Rodrigo Ezcurra tenía 27 años. Cursaba Filosofía en la UBA y vivía en Palermo. La Policía lo encontró en un pasillo de la villa. No le sacaron plata ni los documentos.
La violencia que desde hace años viene golpeando en los barrios marginales del Bajo Flores sumó a su lista de muertos a una víctima atípica. El fin de semana, en pleno Barrio Rivadavia (muy cerca de la villa 1.11.14) cayó asesinado de un balazo en el pecho Rodrigo Ezcurra, de 27 años, un estudiante de filosofía de la UBA que vivía en Palermo Holliwood.
Los investigadores sospechan que el joven fue hasta el lugar donde lo mataron luego de encontrarse con unos amigos en la zona de la facultad, y por una razón: "su adicción a las drogas, que era conocida por su familia", confiaron a Clarín fuentes del caso.
"Todo es muy reciente.
Ayer, mientras Rodrigo era sepultado en el cementerio de Recoleta, la noticia de su muerte comenzó a propagarse en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde era alumno. El impacto fue tal que la Junta del Departamento de Filosofía decidió suspender las clases por venticuatro horas y declarar día de duelo en la facultad.
"Rodrigo había estudiado un tiempo abogacía y llegó a trabajar en Tribunales. Pero se dio cuenta de que no le gustaba y se metió a estudiar filosofía en 2005", contó Diego, un amigo de la facultad.
Rodrigo Ezcurra vivía con su familia en el Pasaje Voltaire al 5800 en la zona hoy rebautizada como Palermo Hollywood. Su padre, Horacio Ezcurra, es oceanógrafo e integra una conocida familia de navegantes. Y es socio en una empresa especializada en ingeniería oceánica e hidráulica. Según sus amigos, Rodrigo estaba a punto de independizarse. Había alquilado una pieza cerca de la facultad, en Caballito, y su mudanza lo tenía muy entusiasmado.
"Rodrigo tenía muchas inquietudes. Estudiaba y laburaba. Ultimamente se las rebuscaba haciendo tours en bicicleta. Hablaba francés e inglés", agregó otro amigo.
Fue con su bicicleta de trabajo que Rodrigo habría partido el sábado a la noche desde su casa de Palermo hacia la zona de la facultad para encontrarse con un grupo de amigos. "De allí se fue, también en bicicleta a ver a otros amigos", contaron fuentes del caso.
Lo siguiente que se supo de Rodrigo fue cuando, en la madrugada del domingo, se recibió un llamado al 911 sobre un herido en uno de los pasillos del Barrio Rivadavia, pegado a la villa 1.11.14. Cuando los policías de la comisaría 38° llegaron al lugar encontraron al joven muerto, con un balazo en el pecho. No le habían robado nada y fue fácilmente identificado porque llevaba encima su billetera con todos sus documentos.
A un lado del cuerpo se halló una vaina 9 milímetros, por lo que se cree que lo mataron con una pistola de ese calibre. Los detalles ayer eran analizados por la seccional 38°, la División Homicidios de la Federal y el fiscal de Instrucción N° 7 Justo Joaquin Rovira.
"De la bicicleta no hay rastros. No sabemos qué pasó. Si fue hasta allí andando y se la robaron o salió de su casa en bici, fue hasta lo de algún amigo y no llegó al Bajo Flores pedaleando", especularon las fuentes, más inclinadas hacia la segunda hipótesis.
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