Un hombre que actuó como perito, entre otras causas, en el homicidio de tres policías bonaerenses ocurrido en la planta transmisora de Arana, fue arrestado en Chacabuco acusado de falsificación de documentos.
Un falso perito que actuó en la investigación del crimen de tres policías bonaerenses ocurrido en una planta transmisora del Ministerio de seguridad bonaerense de Arana, en 2007, fue detenido anoche en la localidad de Chacabuco acusado de "falsificación de documentos público de forma reiteradal". El hombre se había presentado como perito de parte de uno de los acusados del homicidio de los policías, y en cada una de las diligencias acreditó títulos de doctor o licenciado en criminología.
El acusado fue identificado como Daniel José Díaz Drulhon, quien, además, tiene seis pedidos de capturas emitidos por distintos juzgados provinciales. La investigación que concluyó con el arresto se inició tras una denuncia de la abogada María Laura Sosa, quien patrocina a Marcos Adrian Ezequiel Casetti, uno de los detenidos por el triple crimen y ex compañero de los policías asesinados –aunque nunca ejerció la defensa-.
Según detallaron fuentes de la investigación a Clarín.com, en 2008 Sosa le había alquilado a Díaz Drulhon una oficina de su buffet judicial. "El falso profesional habría engañado a la letrada con la excusa de instalar en ese lugar la sede de un Instituto de Criminología, para atender la actividad que desarrollaba como perito Criminólogo", indicaron.
Díaz Drulhon exhibió credenciales de coronel a las órdenes de las Naciones Unidas También tenía credenciales como diplomático francés y documentación de un Instituto de Criminología en La Plata (ICP, Instituto de Criminología y Sicopatología Forense). Mientras le alquilaba la oficina a Sosa, Diaz Drulhon pudo fraguar documentación para presentarse en distintos expedientes como perito de parte, incluido el del triple crimen de la Planta Transmisora.
El acusado, incluso, había dictado seminarios de criminología en Junín. Además, presenció varias pericias realizadas por gendarmería. La detención del falso perito (por "falsificación de documentos público de forma reiterada, agravada por la representación final del Estado de indefensión de imputado en delito criminal", lo que hace doloso y afecta a Casetti) podría retrasar la elevación a juicio del Triple Crimen.
En setiembre de 2009, el triple crimen había quedado a un paso del juicio oral. La fiscalía cerró entonces la etapa de investigación con una hipótesis firme sobre los asesinatos: una banda mixta (civiles y policías) habría ingresado al predio para robar estupefacientes y elementos de valor. Cuando fueron descubiertos por los custodios, los mataron a balazos y a puñaladas. Por el hecho hay siete detenidos y un prófugo.
El fiscal Marcelo Romero dispuso el cierre del sumario que acumuló 54 cuerpos de 200 fojas cada una. Allí está la reconstrucción que hizo la Justicia de las muertes de Alejandro Vatalaro, Ricardo Torres Barboza y Pedro Díaz, los agentes de la Bonaerense que el 19 de octubre de 2007 custodiaban el predio de 7 y 630, en la periferia de La Plata.
Para la fiscalía, la masacre se desencadenó luego de que integrantes de una banda dedicada a la venta de drogas y de material de comunicaciones para delincuentes intentó ingresar a la planta. Esa organización tenía un "contacto interno" y utilizaba el predio como depósito. Una pericia detectó resabios de droga en unas cajas arrumbadas en un galpón y un faltante de costosos equipos para interceptar y realizar llamadas.
El acusado fue identificado como Daniel José Díaz Drulhon, quien, además, tiene seis pedidos de capturas emitidos por distintos juzgados provinciales. La investigación que concluyó con el arresto se inició tras una denuncia de la abogada María Laura Sosa, quien patrocina a Marcos Adrian Ezequiel Casetti, uno de los detenidos por el triple crimen y ex compañero de los policías asesinados –aunque nunca ejerció la defensa-.
Según detallaron fuentes de la investigación a Clarín.com, en 2008 Sosa le había alquilado a Díaz Drulhon una oficina de su buffet judicial. "El falso profesional habría engañado a la letrada con la excusa de instalar en ese lugar la sede de un Instituto de Criminología, para atender la actividad que desarrollaba como perito Criminólogo", indicaron.
Díaz Drulhon exhibió credenciales de coronel a las órdenes de las Naciones Unidas También tenía credenciales como diplomático francés y documentación de un Instituto de Criminología en La Plata (ICP, Instituto de Criminología y Sicopatología Forense). Mientras le alquilaba la oficina a Sosa, Diaz Drulhon pudo fraguar documentación para presentarse en distintos expedientes como perito de parte, incluido el del triple crimen de la Planta Transmisora.
El acusado, incluso, había dictado seminarios de criminología en Junín. Además, presenció varias pericias realizadas por gendarmería. La detención del falso perito (por "falsificación de documentos público de forma reiterada, agravada por la representación final del Estado de indefensión de imputado en delito criminal", lo que hace doloso y afecta a Casetti) podría retrasar la elevación a juicio del Triple Crimen.
En setiembre de 2009, el triple crimen había quedado a un paso del juicio oral. La fiscalía cerró entonces la etapa de investigación con una hipótesis firme sobre los asesinatos: una banda mixta (civiles y policías) habría ingresado al predio para robar estupefacientes y elementos de valor. Cuando fueron descubiertos por los custodios, los mataron a balazos y a puñaladas. Por el hecho hay siete detenidos y un prófugo.
El fiscal Marcelo Romero dispuso el cierre del sumario que acumuló 54 cuerpos de 200 fojas cada una. Allí está la reconstrucción que hizo la Justicia de las muertes de Alejandro Vatalaro, Ricardo Torres Barboza y Pedro Díaz, los agentes de la Bonaerense que el 19 de octubre de 2007 custodiaban el predio de 7 y 630, en la periferia de La Plata.
Para la fiscalía, la masacre se desencadenó luego de que integrantes de una banda dedicada a la venta de drogas y de material de comunicaciones para delincuentes intentó ingresar a la planta. Esa organización tenía un "contacto interno" y utilizaba el predio como depósito. Una pericia detectó resabios de droga en unas cajas arrumbadas en un galpón y un faltante de costosos equipos para interceptar y realizar llamadas.
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