miércoles, 27 de enero de 2010

ARGENTINA. El abogado asesinado en Olavarría estaba atado y con un billete en la boca

El penalista Marcos Alonso (42) estaba desaparecido desde ayer. Esta madrugada, su cuerpo fue hallado en el asiento trasero de su coche. Estaba atado, amordazado y tenía siete disparos. En la boca le habían puesto un billete de un dólar. Investigan un crimen mafioso.


HALLAZGO.
El auto de Marcos Alonso, abandonado en una calle de Olavarría.
(Gentileza Diario El Popular de Olavarría)

Marcos Alonso, un conocido abogado de la ciudad de Olavarría, estaba desaparecido desde ayer. Al llegar la noche, su mujer, preocupada, fue hasta la comisaría y radicó una denuncia. La última vez que había hablado con su marido, él le había dicho que se retrasaría en llegar a su casa porque tenía cosas que hacer. De todas maneras, se hizo más tarde de lo habitual. La Policía, por orden de la fiscalía de turno de esa localidad, comenzó a buscarlo. Y esta madrugada, el final llegó de la peor manera. La víctima, de 42 años, apareció asesinada de siete balazos en la parte trasera de su auto. Alonso, además, estaba atado, amordazado y los asesinos le habían colocado un billete de un dólar en la boca.

La familia de la víctima y su socio dijeron que Alonso no estaba manejando causas peligrosas, y a primera vista, tampoco tenía enemigos. De todas maneras, teniendo en cuenta como lo mataron, la Policía investiga un homicidio mafioso. Otra hipótesis implica a un cliente de Alonso preso en la localidad de Tapalqué.

Anoche, preocupada, la esposa de la víctima fue hacia la comisaría y presentó una denuncia. La fiscal de la jurisdicción de Azul, Susana Alonso, inició un sumario y ordenó diversas medidas para buscarlo. Esta madrugada, cerca de las 2, el abogado fue encontrado muerto en el asiento trasero de su Peugeot 307 color gris. El auto estaba bien estacionado, en la calle Chiclana al 2100, entre Del Valle y Pellegrino, en la localidad de Olavarría.

Según detalló un jefe policial, el cuerpo estaba recostado en el asiento trasero, atado y a simple vista presentaba al menos dos balazos: uno en el pecho y otro en la cabeza. Pero tras la autopsia, se confirmó que el abogado recibió siete balazos: en la cabeza, en el pecho y en un brazo. Vecinos de la zona dijeron haber visto el vehículo de Alonso abandonado allí desde ayer a la tarde. Una de las hipótesis apunta a una venganza relacionada con su profesión: una version habla de un cliente "despechado" que está preso.

Esta mañana, el socio de Alonso, Alberto Matthioli, dijo estar "muy sorprendido" por lo ocurrido. "Para mí es una sorpresa, porque no considero que las causas que trabajamos tengan peligrosidad extrema, había causas que él manejaba solo y que yo no conozco, pero si hubiera tenido una muy pesada me hubiera comentado", dijo el hombre. Matthioli manifestó que vio a su socio por última vez el viernes al mediodía y que ayer habían hablado por teléfono: "No estaba nervioso". El socio no descartó que Alonso haya sido víctima de un hecho de inseguridad: "Olavarría no escapa a lo que ocurre en la provincia".

La investigación, o al menos una de las hipótesis, gira en torno a una venganza vinculada a su trabajo, en especial a la defensa de un hombre que días atrás fue detenido y quedó acusado de herir de once tiros a otro en pleno centro de Olavarría. Ese hombre, cliente de Alonso, está detenido en una comisaría de Tapalqué. Según testigos, "estaba muy enojado con su abogado porque había prometido lograr su excarcelación y no había cumplido".

Medios de Olavarría destacaron que la víctima que fue baleada por el cliente de Alonso, indentificada como Fabricio Amendano, mantenía una amistad con el abogado asesinado. En noviembre pasado, Armendano fue atacado en el centro de esa localidad. El lunes pasado, cerca de las 11, Armendano y Alonso hablaron por teléfono: "Me llamó para consultarme cómo estaba y si necesitaba algo", indicó el hombre a un medio local.

El 14 de noviembre de 2009, Amendano recibió once disparos a la salida de un bar. Alonso se hizo cargo de la defensa del acusado, Walter Gallastegui, pese a ser amigo de la víctima. "Teníamos una buena relación, cada dos o tres días él me llamaba para saber si necesitaba dinero u otra cosa. De hecho el otro día le comenté que necesitaba una silla de ruedas y enseguida me consiguió una. Cuando Marcos agarró la causa era un trabajo para él. Me consultó y yo estuve de acuerdo", declaró Armendano. "Yo era amigo de la familia Alonso. Casualmente él iba a ser el padrino de mi hijo de ocho meses", concluyó.

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