La fachada de la casa donde han sucedido los hechos con la sierra al fondo. | Curro Vallejo
- Cóbdar convoca una concentración silenciosa por la muerte de sus tres vecinosç
- El funeral se celebrará este sábado, en la segunda jornada de luto oficial
El pequeño pueblo de Cóntar, de poco más de 200 habitantes, en el corazón de la Sierra de los Filabres, despertó el jueves por la mañana sobresaltado por el crimen cometido por Antonio N.C., un vecino de 72 años que primero mató a hachazos a su mujer, Herminia S., de 67, y después a su propio hermano, Rafael, de 80, quien padecía alzheimer desde hacía varios años, con el mismo arma y cuando se encontraba todavía en la cama. A continuación se suicidó.
Los hechos se produjeron sobre las ocho de la mañana en el domicilio donde vivían los tres. Sobre esa hora, el presunto agresor intentó contactar con su hijo, que vive en El Ejido, para decirle lo que acababa de hacer, pero no cogía el teléfono, por lo que llamó a su nuera y le comunicó que había cometido una locura. Después de colgar, se ahorcó.
Fue una vecina de la calle San José, la misma en la que se produjo el asesinato, quien alertó al servicio de emergencias solicitando ayuda médica para tres personas. Inmediatamente se dio aviso a la Guardia Civil y al 061, aunque al domicilio se trasladó finalmente un médico rural de la zona, quien comprobó que Antonio, el agresor, se había ahorcado y estaba muerto, al igual que su hermano.
Sin embargo, la mujer todavía se encontraba con vida, si bien en estado crítico. Un helicóptero del 061 en Huércal-Overa se trasladó a Cóbdar para trasladarla al hospital, pero cuando llegó al pueblo la mujer acababa de fallecer.
Manuel N., primo hermano de Antonio y de su misma edad, 72 años, y que por tanto conocía a los tres miembros de la familia "de toda la vida", reconoce que la última vez que les vio, hace dos días, encontró a su primo "como preocupado, enfadado, amargado, a pesar de que siempre ha tenido un carácter alegre", en su opinión debido a que últimamente tenía que afrontar el cuidado de su hermano y de su propia mujer, quien había sido operada de las dos rodillas y también tenía problemas de salud.
Pese a todo, como todo el pueblo, nunca sospechó que iba a cometer un acto como el que ha acabado con la vida de toda la familia, sobre todo ahora que acababa de tener una nieta de su hija, que vive en Almería. El matrimonio también contaba con un hijo, que tiene un bar en Almerimar (El Ejido).
En su opinión, su primo pudo sufrir "un ataque de locura" por la difícil situación de salud que atravesaban su hermano y su mujer, puesto que Rafael apenas podía andar por su enfermedad y se veían obligados a cuidarle a diario, "aunque últimamente comía solo". A pesar de que algunos vecinos han apuntado que el presunto agresor sufría de problemas mentales, su primo lo desmiente.
Aunque Herminia S. también estaba aquejada de problemas de movilidad, era frecuente verla junto a su cuñado tomando el sol, ahora con la llegada de los primeros fríos, y en verano dando pequeños paseos. Según la familia, no había ningún otro problema aparte de sus dolencias.
"No quiero ir a la casa, no quiero ver nada", decía ayer Manuel N., quien prefiere recordar a sus primos con la imagen de las últimas veces en las que se había sentado con ellos a la puerta de su casa, charlando tranquila y amigablemente.
'Gente normal'
Carmen, una vecina de la misma calle donde se ha producido el crimen, también define al matrimonio como «gente normal», por lo que no se explica «qué puede haber pasado por esa cabeza».
«Ella nunca me refirió ningún problema con su marido», señala, aunque también apunta a las dificultades que, con su edad, tenía para cuidar de su cuñado, a quien «tenían que lavar, porque apenas podía hacer nada por sí mismo, a sus 80 años». «Además, no tenían otra familia en el pueblo que pudiera ayudarles», explica.
Antonio N., como su mujer y su hermano, estaban jubilados y vivían de sus pensiones. El agresor había sido toda su vida agricultor y tenía una pequeña finca a las afueras del pueblo en la que cultivaba patatas y otros productos, aunque ya la había abandonado, al igual que sus dos mulas, que había regalado a un vecino porque ya no podía cuidarlas. Hacía varios años que también se había desprendido de su pequeño rebaño de cabras.
El homicida era "una bellísima persona", según el alcalde de la localidad almeriense, José Fuentes (PSOE), quien asegura desconocer cómo ha podido ocurrir el trágico suceso.
Tres días de luto
Fuentes ha anunciado la decisión adoptada en pleno extraordinario de declarar tres días de luto oficial en el municipio. Durante las tres jornadas de condolencia, las banderas ondearán a media asta y con un lazo negro en señal de duelo por el "terrible" suceso acaecido en el pueblo.
El Ayuntamiento de la localidad ha convocado también una concentración para el mediodía del viernes durante la que se guardará silencio en memoria de las tres personas fallecidas. El sábado se celebrará el funeral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario