viernes, 18 de diciembre de 2009

Absuelto un osteópata acusado de una violación por "la pasividad" de la víctima



  • La presunta agresión sexual se produjo durante una consulta.
  • El tribunal cree que la víctima debería haber sido más contundente.
  • El fiscal pedía 8 años de cárcel y 30.000 euros de indemnización.

20MINUTOS.ES / AGENCIAS

La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto este jueves a un osteópata de un delito de agresión sexual por el que se le pedía ocho años de cárcel al estimar que la víctima "no exteriorizó de forma clara su falta de consentimiento" de la relación sexual, a pesar de que la agredida alegó en el juicio que se quedó "bloqueada" por el miedo que sintió ante lo que estaba pasando.

La sensación era de humillación, de indefensión, quería gritar pero no podía En una sentencia, la Sección Decimoquinta arguye que la absolución se debe a que el hecho de que la víctima no reaccionara adecuadamente condujo a una situación de error sobre el delito de agresión sexual que, "aún siendo vencible, no conllevaría a responsabilidad penal alguna", en virtud del artículo 14 del Código Penal. La Fiscalía pedía para el 8 años de cárcel y una indemnización de 30.000 euros para la agredida.

La Sala argumenta que "la pasividad" de la afectada durante los hechos "reforzó la idea del acusado de que estaba dispuesta a seguirle su juego sexual". "No parecía que la víctima se lo impidiera, por lo que la probabilidad de que el procesado considerara que estaba aceptando la proposición resultaba muy alta", añade.

Sentimiento de culpabilidad

Según los hechos probados, la víctima acudió a la consulta del acusado el 26 de diciembre de 2006. Sin más, éste le solicitó que se desnudara, comentando a la mujer que confiará en el porque llevaba diecisiete años en su profesión, tras lo cual comenzaron los presuntos abusos.

No parecía que la víctima se lo impidiera "Me empujó violentamente contra la camilla, se bajó los pantalones, se puso encima mío y me penetró", narró la mujer, añadiendo que "la sensación era de humillación, de indefensión, quería gritar pero no podía, quería correr y tampoco".

La sentencia expone que la mujer presentó un cuadro de tristeza constante, insomnio, dificultad de concentración, pérdida del apetito, tendencia al aislamiento, anhedonia, baja autoestima y sentimientos de culpabilidad ante la impotencia de no haber sido capaz de reaccinar adecuadamente.

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