El mayor acababa de supervisar el Centro de Coordinación Policial en La Pastora
Una carroza fúnebre de la Guardia Nacional trasladó el cuerpo a la capital carabobeña (Venancio Alcázares)
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Una cadena de incongruentes circunstancias se confabularon la noche del pasado sábado para que el coordinador del emblemático operativo policial Caracas Segura, mayor (GN) Delio Amado Hernández Da Costa, fuera asesinado por unos antisociales cuando cumplía con sus funciones.
El oficial de 36 años inspeccionó las operaciones que se ejecutaban desde la carpa del Centro de Coordinación Policial de La Pastora, situado entre las esquinas de San Fernando a Glorieta. Luego de tomar nota de las necesidades logísticas y de verificar que sus subalternos estuvieran desplegados en todo el sector decidió retirarse para cenar. Antes había planificado la toma policial del Oeste para neutralizar los robos y crímenes.
A las nueve de la noche subió a su camioneta Jeep Cherokee de color negro, modelo 2009, placas AA-921-CC. A diez cuadras de la carpa, en la esquina Los Robles del sector El Manicomio fue interceptado por sus asesinos, dos azotes de barrio que han sido detenidos en reiteradas ocasiones, pero que en breve lapso regresan a las calles.
El lugar del crimen estaba desguarnecido. Allí dos delincuentes despojaban de sus pertenencias a una mujer que regresaba a su casa. La dama declaró en la División contra Homicidios que el militar redujo la velocidad por tratarse de una curva y los delincuentes lo apuntaron. Dijo que desistieron de despojarla de su cartera y optaron por "el pez gordo". Ella quedó allí presa del pánico. Al ver a su víctima uniformada decidieron dispararle. Lo bajaron del auto, lo dejaron herido en el piso y huyeron. El proyectil pasó por un lado del chaleco antibalas y el hombro izquierdo.
Tiempo después fue socorrido por transeúntes y policías, quienes lo trasladaron hasta el hospital Jesús Yerena de Lídice. En el centro asistencial una serie de cartelones le dan la bienvenida a las personas que acuden a la emergencia en busca de salud. "Aquí no hay anestesiólogos los fines de semana. Qué pelazón. No hay médicos especialistas, no hay cirujanos, no hay traumatólogos ni material médico quirúrgico".
Sus homicidas huyeron con la camioneta último modelo y su arma de reglamento, una pistola Browning, calibre 9 milímetros. Un gigantesco e infructuoso operativo fue realizado en toda la ciudad para capturar a los criminales y recuperar el vehículo. Al salir el sol, a las siete de la mañana, fue hallada la camioneta en el barrio 5 de Julio de Petare, adyacente al puente de La Urbina.
Muerte en la víspera Testigos señalaron que la pareja de homicidas huyó hacia la avenida Sucre y de allí tomaron por la autopista Fajardo, pero el dispositivo Autopista Segura está suspendido desde hace varias semanas. La arteria vial era vigilada por 15 policias metropolitanos a bordo de motocicletas.
El jefe del operativo Caracas Segura fue llevado a la morgue de Bello Monte en la víspera del Día de los Muertos. Sólo la noche y la madrugada del domingo fueron asesinadas 15 personas en Caracas. A la medicatura forense fueron ingresadas 36 víctimas de la criminalidad desde el pasado viernes, entre las que se cuentan cuatro funcionarios.
Los parientes del militar acudieron a la morgue de Bello Monte para realizar trámites legales. Se mostraron compungidos y decidieron no ofrecer declaraciones. Sus colegas señalaron que era oriundo de la ciudad de Valencia. Se graduó con honores en su promoción. Era plaza del CORE 2, donde laboró en el Destacamento 21 con sede en la ciudad de Maracay, Aragua. Contrajo matrimonio en 2001 en el municipio San Francisco del estado Zulia. En 2006 se disolvió la comunidad conyugal en la cual no procrearon hijos.
Sus restos fueron llevados a la capital carabobeña donde serán inhumados. Una carroza fúnebre de la Guardia Nacional realizó el traslado del féretro. Hernández Da Costa era el jefe operacional del Plan Caracas Segura para el oeste de la ciudad. Supervisaba los dispositivos en zonas como Catia, 23 de Enero y La Pastora.
El nombre del oficial se cuenta ahora entre las víctimas de la inseguridad en la capital.
El oficial de 36 años inspeccionó las operaciones que se ejecutaban desde la carpa del Centro de Coordinación Policial de La Pastora, situado entre las esquinas de San Fernando a Glorieta. Luego de tomar nota de las necesidades logísticas y de verificar que sus subalternos estuvieran desplegados en todo el sector decidió retirarse para cenar. Antes había planificado la toma policial del Oeste para neutralizar los robos y crímenes.
A las nueve de la noche subió a su camioneta Jeep Cherokee de color negro, modelo 2009, placas AA-921-CC. A diez cuadras de la carpa, en la esquina Los Robles del sector El Manicomio fue interceptado por sus asesinos, dos azotes de barrio que han sido detenidos en reiteradas ocasiones, pero que en breve lapso regresan a las calles.
El lugar del crimen estaba desguarnecido. Allí dos delincuentes despojaban de sus pertenencias a una mujer que regresaba a su casa. La dama declaró en la División contra Homicidios que el militar redujo la velocidad por tratarse de una curva y los delincuentes lo apuntaron. Dijo que desistieron de despojarla de su cartera y optaron por "el pez gordo". Ella quedó allí presa del pánico. Al ver a su víctima uniformada decidieron dispararle. Lo bajaron del auto, lo dejaron herido en el piso y huyeron. El proyectil pasó por un lado del chaleco antibalas y el hombro izquierdo.
Tiempo después fue socorrido por transeúntes y policías, quienes lo trasladaron hasta el hospital Jesús Yerena de Lídice. En el centro asistencial una serie de cartelones le dan la bienvenida a las personas que acuden a la emergencia en busca de salud. "Aquí no hay anestesiólogos los fines de semana. Qué pelazón. No hay médicos especialistas, no hay cirujanos, no hay traumatólogos ni material médico quirúrgico".
Sus homicidas huyeron con la camioneta último modelo y su arma de reglamento, una pistola Browning, calibre 9 milímetros. Un gigantesco e infructuoso operativo fue realizado en toda la ciudad para capturar a los criminales y recuperar el vehículo. Al salir el sol, a las siete de la mañana, fue hallada la camioneta en el barrio 5 de Julio de Petare, adyacente al puente de La Urbina.
Muerte en la víspera Testigos señalaron que la pareja de homicidas huyó hacia la avenida Sucre y de allí tomaron por la autopista Fajardo, pero el dispositivo Autopista Segura está suspendido desde hace varias semanas. La arteria vial era vigilada por 15 policias metropolitanos a bordo de motocicletas.
El jefe del operativo Caracas Segura fue llevado a la morgue de Bello Monte en la víspera del Día de los Muertos. Sólo la noche y la madrugada del domingo fueron asesinadas 15 personas en Caracas. A la medicatura forense fueron ingresadas 36 víctimas de la criminalidad desde el pasado viernes, entre las que se cuentan cuatro funcionarios.
Los parientes del militar acudieron a la morgue de Bello Monte para realizar trámites legales. Se mostraron compungidos y decidieron no ofrecer declaraciones. Sus colegas señalaron que era oriundo de la ciudad de Valencia. Se graduó con honores en su promoción. Era plaza del CORE 2, donde laboró en el Destacamento 21 con sede en la ciudad de Maracay, Aragua. Contrajo matrimonio en 2001 en el municipio San Francisco del estado Zulia. En 2006 se disolvió la comunidad conyugal en la cual no procrearon hijos.
Sus restos fueron llevados a la capital carabobeña donde serán inhumados. Una carroza fúnebre de la Guardia Nacional realizó el traslado del féretro. Hernández Da Costa era el jefe operacional del Plan Caracas Segura para el oeste de la ciudad. Supervisaba los dispositivos en zonas como Catia, 23 de Enero y La Pastora.
El nombre del oficial se cuenta ahora entre las víctimas de la inseguridad en la capital.
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