Durante el fin de semana asesinaron a 32 personas en la capital
Efectivos del cuerpo de policía regional acudieron a la morgue para tramitar la entrega del cadáver (Venancio Alcázares)
Alfredo Valerio le pidió a su esposa el domingo en la tarde que le planchara su uniforme de Polimiranda, pues el lunes empezaba la guardia temprano.
A las 10:00 p.m. el agente salió en motocicleta de su casa, ubicada entre las calles Boyacá y 19 de Abril, en El Cementerio. Pasando el túnel del sector, en la autopista, dos sujetos motorizados le dispararon para quitarle una pistola Glock, el arma de reglamento de Valerio.
El policía, de 28 años, cayó herido en el sitio y fue trasladado al cercano Centro de Diagnóstico Integral Ludovico Silva, donde murió.
El reporte médico indica que la bala le atravesó la región occipital derecha y le salió por el temporal derecho.
Valerio trabajaba en la División de Patrullaje Vehicular de la policía regional y llevaba 8 años en la institución.
La División contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) se encargará de investigar el caso, que forma parte de la lista de 32 cadáveres ingresados en la morgue de Bello Monte entre el viernes y ayer en la mañana.
El total de homicidios en el país durante las 3 semanas que van de agosto suma 329 casos.
Muerto en Santa Cruz Breyner Alonso Rodríguez, de 21 años, se desempeñaba como obrero en una importadora ubicada en El Cafetal. El sábado en la mañana salió de su casa en Las Minas de Baruta y tomó como atajo el sector Santa Cruz del Este.
En la calle Las Flores unos sujetos le dieron quince balazos y lo despojaron de dinero en efectivo y de su reloj.
El joven fue trasladado por vecinos del lugar de los hechos hasta el Centro de Diagnóstico Integral de Chuao, pero no pudieron salvarle la vida.
Rodríguez era de origen colombiano y deja una hija de dos años. Sus familiares ayer realizaban los trámites en el consulado de ese país para buscar los documentos requeridos.
En el barrio Bolívar de Petare asesinaron el sábado a Julio Pérez, que acababa de cumplir 42 años, vivía con sus padres y hacía mandados a la gente del sector.
A Pérez lo mataron a quemarropa con una escopeta y las balas le perforaron el corazón.
Briamel González Zambrano
EL UNIVERSAL
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