miércoles, 1 de abril de 2009

Cae una banda que estafó 1.500.000 euros con la falsificación de tarjetas

Otro golpe contra la delincuencia organizada en la Comunitat Valenciana. La Policía Nacional ha detenido a 25 miembros de un grupo organizado dedicado a falsificar tarjetas de crédito, cuyos números secretos conseguían en países donde los límites de crédito suelen ser más altos, como Emiratos Arabes o Arabia Saudí.

La red procedía después a clonar en España las tarjetas para usarlas en comercios que colaboraban con los delincuentes en Castellón, Valencia y Tarragona. Los investigadores, que han intervenido 113 tarjetas duplicadas, dos lectores grabadores y dos armas de fuego, estiman que el dinero estafado supera el millón y medio de euros.

La operación Grao se inició a finales de abril de 2008 cuando se detectó la presencia en Castellón de varios individuos que se dedicaban a realizar compras fraudulentas de efectos de alto valor en comercios de la provincia, así como en localidades de Valencia y del sur de Tarragona.

Al parecer, la organización contaba con diversos colaboradores -proveedores de numeraciones de tarjetas- en Europa, principalmente en Rumanía, y en países árabes como Emiratos Arabes o Arabia Saudí.


Estafas de mayor cuantía
Según informó la policía, en estos lugares los importes de crédito aprobados por las entidades emisoras de las tarjetas suelen ser más elevados, por lo que permiten comprar objetos de mayor cuantía económica.

Las claves de las tarjetas de crédito eran obtenidas en los países de origen de sus titulares y posteriormente eran falsificadas por los miembros de la organización en Castellón.

Las falsificaciones, que se realizaban sobre soportes que imitaban a los originales, no eran detectadas hasta que el titular de la tarjeta denunciaba ante la policía que se habían realizado operaciones fraudulentas con ella.

Una vez confeccionadas las tarjetas falsas eran distribuidas entre los miembros de la red que actuaban como pasadores, encargados de su utilización fraudulenta en establecimientos comerciales.

En algunas ocasiones, las compras se realizaban con la connivencia de los empleados de las tiendas de Valencia y Castellón. Una confabulación que a veces resulta muy difícil de demostrar.

Pero estos trabajadores corruptos recibían el 50 por ciento de los beneficios obtenidos por la venta posterior de los productos en el mercado ilícito. Otras veces, los estafadores se hacían pasar por los verdaderos titulares de las tarjetas de crédito.

Según las investigaciones policiales, los propios comerciantes acordaron en algunos casos las citas previas con los delincuentes, donde estos últimos les entregaban las tarjetas manipuladas.

Los vendedores, fuera de los horarios comerciales habituales, cargaban los importes y posteriormente devolvían las tarjetas y los resguardos para que los delincuentes los firmaran.


Dinero para la fianza
Con las tarjetas falsificadas, el grupo efectuaba compras de aparatos electrónicos, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, bolsos y ropa, todos ello de alto valor económico. En ocasiones, las compras se hacían previo encargo para garantizar la venta rápida de la mercancía.

Además, la red prefería adquirir productos de marcas reconocidas o con cierto grado de exclusividad que les permitían obtener dinero en efectivo de forma rápida. Parte del dinero obtenido en las estafas lo enviaban a Rumanía para blanquearlo mediante la compra de inmuebles, y para pagar las fianzas de otros miembros de la organización que se encontraban en prisión por los mismos motivos. También remitían directamente los efectos a su país de origen para que fueran vendidos allí por familiares y allegados.


Delincuentes rumanos
Las 25 detenciones se han llevado a cabo en los últimos días en la provincia de Castellón, 23 en la capital y dos en el municipio de Nules. Asimismo, los agentes de la Policía Nacional han practicado diez registros en viviendas, seis en la ciudad de Castellón, tres en Benicàssim y uno en Betxí.

Los policías intervinieron tres pasaportes falsos, 5.695 euros en efectivo, un cargador de pistola, 47 cartuchos de calibre 38 especial y 45 cartuchos del calibre 9 milímetros parabellum, así como una pistola detonadora, una caja de cartuchos de fogueo y cinco ordenadores portátiles.

La mayoría de los detenidos son de nacionalidad rumana, pero también fueron arrestados varios comerciantes españoles que actuaron en connivencia con la red desarticulada.

Además, la policía se ha incautado de 13 discos duros, 11 pendrive, 14 tarjetas de memoria, tres impresoras, una plastificadora, 26 libretas bancarias, 13 teléfonos móviles, un GPS, siete gafas de sol y dos relojes de lujo.

La operación ha sido realizada por la Sección de Medios de Pago de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) Central, con la colaboración de la Udyco de la Comisaría de Castellón y del Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Tortosa (Tarragona).

lasprovincias.es

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