domingo, 15 de febrero de 2009

¡Justicia para MARTA!


Fuente: Safe World


Marta del Castillo fue asesinada del modo más vil y deplorable. Un individuo con el que tuvo una corta relación de tan solo un mes es su verdugo (dicen que "presuntamente", que palabra más desprovista de honestidad).

Miguel discutió con ella y acabó agrediéndole de tal manera que le provocó la muerte y no tuvo mejor cosa que hacer que, ayudado por otro "presunto" asesino, tirar su cuerpo al río Guadalquivir.

El tal Miguel puso carteles que solicitaban ayuda para encontrar a Marta. Parece que sabía que era una búsqueda inútil y aún así calló. No es el primer caso; se han dado otros en que los asesinos formaban parte de las partidas y cuadrillas de búsqueda para de este modo ahuyentar sospechas.

Algunos amigos cercanos a la familia dicen que la Policía lo sabía desde el principio y que el perro que se utilizó para el rastreo siempre conducía a su guía al río. Difícil trabajo el de la Policía que ha de dar explicaciones continuas, informar a la familia, a la prensa, a los políticos, a los ciudadanos, a todos. Una investigación de personas desaparecidas es muy delicada ya que si informas puntualmente de todos los datos, nada más van surgiendo, corres el riesgo de que se tergiversen y provoquen un linchamiento de alguien inocente o seguir una pista falsa o a saber qué. Evidentemente, los padres, a medida que corre el tiempo, se desesperan y piensan que no se está haciendo lo suficiente. Saben que los medios policiales son escasos y que debido a una política restrictiva en la que la desidia se ha instalado desde hace tiempo, los policías no hacen cursos de reciclaje adaptándose a los tiempos actuales (por ejemplo, sobre los últimos avances en criminalística) y los pocos que se deciden a cursarlos se los han de pagar de su bolsillo.

Hay periodistas que aseguran que la Policía ha dado palos de ciego y que la detención no se ha basado en pruebas contundentes sino en la declaración del presunto asesino e incluso que no se ha dicho todo y que puede que halla sorpresas de última hora. Ya sabemos como son algunas cadenas de televisión; si hay pruebas, decidlas enseguida y no hagáis que esa familia sufra más y no que solo queréis mantener la expectación de los televidentes para ganar así más audiendia. Estos profesionales de pacotilla que olvidaron hace tiempo el significado de la ética periodística y que viven de la peor telebasura, hace tiempo que decidieron acomodarse en el morbo.

Pero desde luego, a un padre y a una madre que lloran por su hija asesinada, todo eso les da igual; no se trata de justificar, atacar o defender la actuación policial, ni si los periodistas son más o menos morbosos: ahora se trata de pedir justicia.

Debe estudiarse si la investigación ha sido correcta, por supuesto, para evitar cometer los mismos errores en el futuro pero lo importante ahora es que el juez al que se le presente el caso sea consciente de que es la última esperanza de una familia destrozada que ya nada puede hacer para devolverle la vida a su hija, pero sí clama justicia, no venganza (aunque por dentro la deseen), sino, simple y llanamente, reclaman su derecho a recibir justicia.

Esta palabra la oiremos los próximos días y mucho: JUSTICIA.

Desde esta revista pedimos que tanto las Zonas territoriales de la Guardia Civil como las Jefaturas Superiores de Policía cuenten todas con unidades especializadas en la búsqueda de personas desaparecidas. Que no tengan que desplazarse desde Madrid porque solo las Unidades Centrales posean efectivos humanos y técnicos así como formación para ese tipo de servicio. Reclamamos más agentes especialistas en técnicas e investigación de hombres, mujeres y menores desaparecidos, que sepan como tratar a las familias afectadas porque han recibido formación psicológica al respecto, que indagen en base a su experiencia y que cuenten con los últimos avances y por supuesto con perros adiestrados en el rastreo de personas. Porque contamos con Cuerpos de Seguridad muy eficaces, precisamente por eso, el Gobierno ha de esmerarse en tenerles muy preparados y estimulados debidamente para su difícil trabajo.

Marta ha sido asesinada y con ella todo un pueblo, el español, que se ha volcado en su búsqueda y que no merece tener entre sus vecinos a salvajes como los asesinos de esta joven sevillana que solo deseaba vivir su juventud, ¿desde cuándo eso es un pecado?

Queremos que se cumpla la pena íntegra para esos desalmados y por supuesto que les caiga la misma pena, la máxima posible, a los dos, ya que tan culpable es el que cometió el crimen como el que le ayudó a ocultar el cuerpo, colaborando con él, no denunciándole a la Policía.

JUSTICIA PARA MARTA DEL CASTILLO Y SU FAMILIA.

Este site colocará un cartel permanente de recuerdo de Marta hasta el día de su juicio. Estaremos expectantes ante la decisión judicial, a ver si es cierto que aparte de pedir mejoras salariales (recordemos que los jueces españoles han amenazado con ir a la huelga si no se les sube el sueldo, entre otras reivindicaciones), son también capaces de ser justos y condenar a los asesinos de Marta a que se pudran en la cárcel. ¡QUE NO VUELVA A OCURRIR LO DE LA NIÑA MARILUZ!

Por supuesto, una vez encarcelados, pediremos que se cumplan íntegras las penas y que éstas sean equivalentes a los actos de terrorismo, esto es, que pasen tres o cuatro décadas hasta que los asesinos vuelvan a celebrar una fiesta familiar o a estar entre amiguetes (ser amigo de alguien así solo puede significar una cosa), para que sufran así el mismo dolor (que nunca será el mismo, desde luego) que la familia de Marta, Mari Luz o tantas otras niñas y niños, adolescentes y jóvenes, violados/as y asesinados/as cuyas familias ya no podrán disfrutar más de su compañía, de su alegría, de su sonrisa.

Todos con la familia de Marta y las de las demás asesinadas por terrorismo de género y cualquier otro tipo de violencia.

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