El chat y los fotolog, los canales de comunicación preferidos por los adolescentes de hoy,
resultan cada vez una herramienta más peligrosa para los chicos, quienes revelan ingenuamente sus asuntos personales ante desconocidos, y no desconfían de subir fotos íntimas.
Esa fuente rica de datos, entregados como en bandeja por los propios jóvenes cibernautas, facilitan la captación engañosa, particularmente de mujeres, para ser empleadas en redes de explotación sexual.
Esta metodología es una triste tendencia que está golpeando de manera recurrente en los hogares argentinos, advierten organizaciones sociales que abordan el tema.
La problemática de la desaparición de los adolescentes está ligada, casi siempre, a las crisis de identidad de ese grupo etario y a los conflictos en el hogar.
Sin embargo; en los últimos tiempos, el secuestro de chicas con fines de explotación sexual a través del uso del chat "es una realidad, aunque aún no sabemos si va en aumento o si es una
tendencia nueva", sostiene Lidia Grichener, presidenta de la ONG Missing Children.
"Cada vez más estamos recibiendo llamados o e-mails de papás que denuncian la desaparición de sus hijas luego de que se fueran de la casa para encontrarse personalmente con alguien a quien habían conocido sólo en la red, y ya nunca más se supo de ellas", relató la mujer a Noticias Argentinas.
Y citó como ejemplo un reciente caso de una joven cordobesa, que tras alejarse por un rato de su hogar con uno de sus dos hijos, una nena de 8 años, para encontrarse con el joven con quien chateaba habitualmente, llamó días después desde Misiones, primero diciendo que volvería pronto; luego, pidiendo ayuda, aunque hasta ahora no pudo ser rastreada.
Episodios como el de esta joven –dijo Grichener- son cada vez más frecuentes. Por eso, "nosotros insistimos en advertir sobre el uso de internet o de subir fotos a la web, que luego sirven como fuentes para la redes de trata".
Grichener es clara y remarca: "Nosotros no decimos que los adolescentes no deben chatear, pero si lo hacen, tienen que tomar conciencia y ser responsables de las consecuencias que provoca la divulgación de información privada ante alguien al que ni le conocemos la cara, o que si la vemos, puede ser falsa".
Frente a este mar de desconciertos, la presidenta de Missing Children no duda en insistir: "Si conocen a alguien chateando, no deben largarse a conocerlo personalmente sin antes saber más sobre su vida, dónde vive, qué hace, entre otras cuestiones".
Al tiempo que recomendó no cargar en los fotolog, u otros canales digitales, tantas fotos, y menos siendo provocativas.
Para dimensionar la problemática en cifras, la ONG está recién ahora comenzando a procesar los datos de denuncias que recibe, dado que hasta hace un tiempo no muy lejos "no había tantos casos alertados".
www.26noticias.com.ar
resultan cada vez una herramienta más peligrosa para los chicos, quienes revelan ingenuamente sus asuntos personales ante desconocidos, y no desconfían de subir fotos íntimas.
Esa fuente rica de datos, entregados como en bandeja por los propios jóvenes cibernautas, facilitan la captación engañosa, particularmente de mujeres, para ser empleadas en redes de explotación sexual.
Esta metodología es una triste tendencia que está golpeando de manera recurrente en los hogares argentinos, advierten organizaciones sociales que abordan el tema.
La problemática de la desaparición de los adolescentes está ligada, casi siempre, a las crisis de identidad de ese grupo etario y a los conflictos en el hogar.
Sin embargo; en los últimos tiempos, el secuestro de chicas con fines de explotación sexual a través del uso del chat "es una realidad, aunque aún no sabemos si va en aumento o si es una
tendencia nueva", sostiene Lidia Grichener, presidenta de la ONG Missing Children.
"Cada vez más estamos recibiendo llamados o e-mails de papás que denuncian la desaparición de sus hijas luego de que se fueran de la casa para encontrarse personalmente con alguien a quien habían conocido sólo en la red, y ya nunca más se supo de ellas", relató la mujer a Noticias Argentinas.
Y citó como ejemplo un reciente caso de una joven cordobesa, que tras alejarse por un rato de su hogar con uno de sus dos hijos, una nena de 8 años, para encontrarse con el joven con quien chateaba habitualmente, llamó días después desde Misiones, primero diciendo que volvería pronto; luego, pidiendo ayuda, aunque hasta ahora no pudo ser rastreada.
Episodios como el de esta joven –dijo Grichener- son cada vez más frecuentes. Por eso, "nosotros insistimos en advertir sobre el uso de internet o de subir fotos a la web, que luego sirven como fuentes para la redes de trata".
Grichener es clara y remarca: "Nosotros no decimos que los adolescentes no deben chatear, pero si lo hacen, tienen que tomar conciencia y ser responsables de las consecuencias que provoca la divulgación de información privada ante alguien al que ni le conocemos la cara, o que si la vemos, puede ser falsa".
Frente a este mar de desconciertos, la presidenta de Missing Children no duda en insistir: "Si conocen a alguien chateando, no deben largarse a conocerlo personalmente sin antes saber más sobre su vida, dónde vive, qué hace, entre otras cuestiones".
Al tiempo que recomendó no cargar en los fotolog, u otros canales digitales, tantas fotos, y menos siendo provocativas.
Para dimensionar la problemática en cifras, la ONG está recién ahora comenzando a procesar los datos de denuncias que recibe, dado que hasta hace un tiempo no muy lejos "no había tantos casos alertados".
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