El último de ellos fue un menor de edad a quien tirotearon en el 23 de Enero
Desde el fin de semana van cinco motociclistas ultimados por el hampa en la capital (Fernando Sánchez)
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Un adolescente, quien hace dos meses se había estrenado como mototaxista, fue asesinado la noche del lunes de un disparo para robarle la moto en la parroquia 23 de Enero.
Su consternado padre, Salvador Ramírez, acudió a la morgue de Bello Monte donde también les practicaron la autopsia a otros cuatro motorizados, quienes fueron ultimados durante el pasado fin de semana. "Esa zona es muy insegura. ¿Hasta cuándo tanta delincuencia?", se preguntó.
La víctima de 17 años de edad fue hallada en las adyacencias del bloque 30 de la referida parroquia. Era casado y residía en la calle Negro Primero. La familia Ramírez Peña hace cuatro años pasó por una situación similar cuando asesinaron al distinguido de la Policía Metropolitana Oscar Antonio Vásquez Peña, hijastro de Salvador.
Ahora no conciben que a un joven lo maten por una moto, cuyo valor no supera los dos mil bolívares fuertes. En lo que va de año han ingresado a la morgue de Bello Monte 27 motorizados asesinados, de los cuales 19 eran motototaxistas. En la actualidad resulta casi rutinario localizar en las arterias viales a víctimas que sujetan un casco.
El pasado año las autoridades reportaron 156 asesinatos de motorizados. Es decir, un motorizado muerto cada dos días, aproximadamente. En ese mismo lapso, en la División de Vehículos se denunció el robo de 11.230 motocicletas, mientras otras 4.227 fueron hurtadas. El año anterior, en 2007, se denunciaron 10.471 motos robadas y 3.731 fueron hurtadas.
Sólo en Caracas desaparecen más de mil motos cada mes y cada día 31 unidades pasan a manos del hampa. Los expertos de la División de Vehículos sostienen que existe un subregistro estimado en 25%, pues las víctimas deciden realizar gestiones unilaterales para recuperar sus bienes en el mercado delictivo.
Las autopistas son las arterias viales más utilizadas por los antisociales para apoderarse de las motos. Por lo general, éstos salen en pareja para cazar a sus víctimas. Bajo amenaza de muerte mediante el uso de armas de fuego los obligan a detener la marcha y los conductores son dejados abandonados.
Su consternado padre, Salvador Ramírez, acudió a la morgue de Bello Monte donde también les practicaron la autopsia a otros cuatro motorizados, quienes fueron ultimados durante el pasado fin de semana. "Esa zona es muy insegura. ¿Hasta cuándo tanta delincuencia?", se preguntó.
La víctima de 17 años de edad fue hallada en las adyacencias del bloque 30 de la referida parroquia. Era casado y residía en la calle Negro Primero. La familia Ramírez Peña hace cuatro años pasó por una situación similar cuando asesinaron al distinguido de la Policía Metropolitana Oscar Antonio Vásquez Peña, hijastro de Salvador.
Ahora no conciben que a un joven lo maten por una moto, cuyo valor no supera los dos mil bolívares fuertes. En lo que va de año han ingresado a la morgue de Bello Monte 27 motorizados asesinados, de los cuales 19 eran motototaxistas. En la actualidad resulta casi rutinario localizar en las arterias viales a víctimas que sujetan un casco.
El pasado año las autoridades reportaron 156 asesinatos de motorizados. Es decir, un motorizado muerto cada dos días, aproximadamente. En ese mismo lapso, en la División de Vehículos se denunció el robo de 11.230 motocicletas, mientras otras 4.227 fueron hurtadas. El año anterior, en 2007, se denunciaron 10.471 motos robadas y 3.731 fueron hurtadas.
Sólo en Caracas desaparecen más de mil motos cada mes y cada día 31 unidades pasan a manos del hampa. Los expertos de la División de Vehículos sostienen que existe un subregistro estimado en 25%, pues las víctimas deciden realizar gestiones unilaterales para recuperar sus bienes en el mercado delictivo.
Las autopistas son las arterias viales más utilizadas por los antisociales para apoderarse de las motos. Por lo general, éstos salen en pareja para cazar a sus víctimas. Bajo amenaza de muerte mediante el uso de armas de fuego los obligan a detener la marcha y los conductores son dejados abandonados.
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