Por OLGA R. RODRIGUEZ
The Associated Press
MEXICO -- Uno de los principales jefes del cartel de Sinaloa murió durante un enfrentamiento con el ejército, en uno de los mayores golpes asestados a la más poderosa organización del narcotráfico en México desde que el presidente Felipe Calderón lanzó su ofensiva militar contra el crimen organizado en el 2006.
El jefe narcotraficante Ignacio "Nacho" Coronel fue muerto a tiros el jueves 29 de julio del 2010 durante una operación del ejército para capturarlo en la localidad de Zapopan, en el estado de Jalisco, México. La foto de archivo fue facilitada por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos.
Ignacio "Nacho" Coronel, supuesto fundador del tráfico de metanfetaminas en México, fue muerto a tiros el jueves cuando intentó escapar de los soldados en las afueras de la ciudad de Guadalajara, capital del estado occidental de Jalisco, informaron las autoridades.
Coronel era uno de los cómplices allegados al jefe del cartel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, el hombre más buscado en México, y era el número tres en la organización después de Ismael "El Mayo" Zambada.
"Durante esta operación, Nacho Coronel intentó evadir la acción, agrediendo al personal militar con arma de fuego, causando la muerte de un militar e hiriendo a otro más", dijo el general Edgar Luis Villegas, en conferencia de prensa en la Ciudad de México. "Al repeler la agresión falleció el referido capo".
La acción militar afectará considerablemente la capacidad operativa y la distribución de drogas de la organización al mando de Guzmán, agregó.
La caída de Coronel ocurrió entre acusaciones persistentes de que el gobierno de Calderón parecía estar favoreciendo al cártel de Sinaloa, o no golpeándolo de igual manera que a otros grupos del narcotráfico.
Esas acusaciones han sido rechazadas con firmeza por el presidente y sus principales funcionarios policiales, quienes mencionan el arresto en el 2009 de Vicente "El Vicentillo" Zambada -hijo de Ismael "El Mayo" Zambada, segundo líder en importancia del cártel de Sinaloa- como prueba de que perseguían a esa organización delictiva.
Ese arresto es el mayor golpe a los cárteles mexicanos desde que el capo Arturo Beltrán Leyva y seis de sus guardaespaldas murieron el 16 de diciembre del 2009, en un enfrentamiento con soldados de la Armada durante una redada en la ciudad de Cuernavaca, del estado de Morelos, en la región central del país.
Beltrán Leyva, cuya organización fue aliada del cartel de Sinaloa, se había convertido en un enemigo de la organización de Guzmán para cuando ocurrió su muerte.
Coronel, de 56 años, era considerado "el precursor en la producción de cantidades masivas de metanfetaminas en laboratorios clandestinos en México, para luego contrabandearlas a Estados Unidos", según el FBI, que había ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares por su captura.
Villegas señaló que Coronel controlaba las rutas de tráfico a través de los estados de Jalisco, Colima y partes de Michoacán, conocidas en conjunto como la ruta del Pacífico para el contrabando de cocaína.
La magnitud de su influencia y sus operaciones alcanzaba a Estados Unidos, México y otros países de Europa, América Central y Sudamérica, dijo el FBI en un comunicado.
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