En un mes tres adultas mayores han sido asesinadas en Caracas
Tras las denuncias, la familia de la abuela fue la tarde de este viernes a retirar el cuerpo (Fernando Sánchez/archivo)
Cuando Elba Arrechedera de Gedler, de 79 años, escuchó que llamaban a la puerta de su casa, al final de la tarde del jueves, se dispuso a abrir. No bien hubo destrancado la cerradura, los dos hombres encapuchados empujaron la puerta y sometieron a la abuela.
En el apartamento 21, en el piso 9 del bloque 21 del 23 de Enero, los delincuentes esperaron a que llegara el hijo de doña Elba, Fedor Francisco Gedler, de 50 años, a quien también golpearon.
Primero revisaron y recogieron prendas y el dinero que pudieron encontrar. Pero optaron por quedarse en la casa con ellos retenidos. Poco más tarde llegó una chica de 17 años, nieta de doña Elba, y finalmente llegó la mamá de la joven.
Los dos hombres mantuvieron a la familia sometida durante horas. Les quitaron las llaves de una Sport Wagon, roja y gris, placas DAC-46U, propiedad de la familia, y fueron a los cajeros a sacar dinero y regresaron a la casa.
La situación se prolongó durante mucho tiempo, hasta que en la madrugada los asaltantes decidieron marcharse. Pero, al parecer, en el proceso del asalto los delincuentes decidieron matar a doña Elba y la estrangularon con un trapo.
Pero vecinos de la familia dicen que a doña Elba la mantuvieron atada y le colocaron un trapo en la boca y la amordazaron, y fue esto lo que le ocasionó la muerte.
En cualquiera de los casos su familia la vio morir, entre ellos la hija de doña Elba, que es enfermera.
Los vecinos dicen que la mañana siguiente la camioneta no estaba en el estacionamiento del bloque y que los asesinos se fueron en ella. Además, se llevaron una computadora y todos los objetos de valor que encontraron en el apartamento. La policía buscó el cuerpo de la abuela la mañana de ayer.
Asesinos conocidos
Los vecinos de doña Elba de toda una vida dicen que los responsables de su muerte son residentes del mismo bloque, y lo creen en especial porque se taparon la cara para mantener cautiva a la familia.
Algunos dicen querer tomar justicia por su mano pues explican que lo que hicieron, no solo dañó la vida de la familia Arrechedera, sino que afecta la vida dentro de la comunidad.
Doña Elba es la tercera anciana que es asesinada en 30 días en la capital.
La primera de ellas fue Aura Mejía, de 76 años, asesinada el 15 de marzo en su casa en Puente Hierro. Ella se permitió ayudar a Eddy José Sarmiento, una suerte de mendigo al que protegió hasta que él la robó, y quince días después fue a su casa, la golpeó y con una bata de casa la asfixió.
Luego fue doña Teresita Aguilera, una economista de 78 años, asesinada a puñaladas en su casa en Prados del Este. Los asesinos entraron a robar, luego tumbaron la puerta de su cuarto y la mataron.
Laura Dávila Truelo
EL UNIVERSAL
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