sábado, 26 de diciembre de 2009

VENEZUELA. Sólo la víspera de Navidad dejó 49 muertes violentas en Caracas

Durante una semana se registraron 123 decesos en la capital

Familiares deberán esperar hasta 24 horas los cuerpos de sus seres queridos por la gran cantidad de cadáveres (Eduardo Fuentes)

Familiares de las 49 personas que murieron entre las 6:00 de la mañana del 23 y la misma hora del 25 debieron pasar las horas de espera -hasta que los cuerpo de sus seres queridos llegaran a la medicatura y fueran entregados- arrullados por aguinaldos y caricaturas infantiles que desfilaban en el televisor a las puertas de la morgue, y que fue el escenario de fondo que la Dirección del lugar consideró apropiado para la ocasión.

Una de esas muertes fue la de Rafael Ernesto Oliveros, de 29 años, asesinado en la avenida Sucre cerca de las 2 a.m. del 24. En el lugar quedó su moto Yamaha negra.

Su hermano, Ander Olivero, explicó que Rafael vivía con su papá en la calle Termopilas de La Pastora, y trabajaba en el negocio de su padre, en un cafetín que la familia tiene hace 20 años en la Escuela de Economía de la Universidad Central.

Olivero fue llevado al Periférico de Catia, pero murió. Su hermano cree que querían robarlo. Ahora comenta: "Estamos amenazados 100% si salimos de casa no se sabe si volvemos".

Otra de las muertes en la madrugada de Navidad fue la de José Yánez, de 20 años, a quien ultimaron en Las Minitas, parte baja en Baruta, a las 3;10 a.m. cuando regresaba a su casa. Su hermana, Cristina Yánez, cuenta que él trabajaba como pizzero en un restaurante en El Recreo y deja dos hijos de 4 y 3 años y a su esposa embarazada.

A pesar de la presencia de la recién estrenada Policía Nacional, la subdelegación Oeste del Cicpc, al mediodía de este 24, aún tenía 9 cadáveres )entre la vía pública y hospitales) de víctimas de la violencia en la zona.

De las víctimas de Catia, otra fue Brian José Fajardo, de 18 años, muerto en Sierra Nevada en Gramoven, a las 11:00 p.m. del 23, y quien falleció en el 24 en el Periférico de Catia.

Además, Luis Olivares (33) fue asesinado a las 9:30 p.m. del 23 en la avenida Anauco de San Bernardino, cuando estaba reunido con amigos y llegaron miembros de una banda de Los Lanos en quebrada Anauco, los sujetos comenzaron a disparar y todos corrieron, pero Olivares recibió un tiro en la nuca.

A Olivares lo trasladaron al Instituto de Diagnóstico pero falleció. Su familia relató que era comerciante informal. Comentan que el Gobierno no hace nada porque si investigan los primeros en ir presos son los policías. En otro caso, a la 1:00 a.m. de este 24, fue asesinado Yenfri Eduardo Cabriles, de 21 años cuando volvía a su casa en el sector San Antonio de El Valle.

Su mamá, Rosalba Ochoa, escuchó tiros y al asomarse encontró al chico muerto. Dice que se trató de un enfrentamiento entre bandas y él quedó en medio.

A pesar de las cifras de homicidios, el primer comandante de los Bomberos del Distrito Capital, Ángel William Martínez, explicó que la noche de Navidad ellos no reportaron muertes por incendios o accidentes de tránsito. Aún así la mañana de este viernes un motorizado murió en un choque en San Bernardino.

Cifras de muerte Hasta el 24, a la morgue habían ingresado 392 cadáveres, pero para la tarde de este 25 la cifra superaba los 430, la mayoría de ellos de forma violenta. Desde el viernes 18 hasta el viernes 25 la cifra en la capital alcanza 123 decesos. Con respecto a 2008 sólo entre 23 y 24 hubo 49.

Para la mañana del 25, entre los cuerpos que había en la vía pública y los que estaban en hospitales contabilizaban 21, todos asesinados. Un funcionario del Cicpc explicó que, sumado a la violencia regular, muchos de los heridos fueron trasladados a hospitales como el Universitario cuya Emergencia no está operando, o Coche, donde no hay médicos de guardia, y esa situación precipitó los decesos.

Laura Dávila Truelo
EL UNIVERSAL

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