Una niña de seis años y un adolescente figuran entre las víctimas
Las autoridades ocuparon la parte alta del barrio San Pablito en busca de los criminales (FERNANDO SáNCHEZ)
Cinco personas, entre ellas una niña de seis años y un adolescente de 15, fueron asesinadas a tiros en el patio de una vivienda después que unos azotes del barrio San Pablito de Caricuao irrumpieran y los acribillaran por un perro que murió envenenado la pasada semana.
La masacre que además dejó a siete personas heridas ocurrió a las 3:40 minutos de la madrugada del martes en la casa marcada con el número 57 donde la familia Marín celebraba el Día de los Inocentes. En un rincón quedó tendido el cadáver de Jesús Aurelio Alvarez Ruiz, de 25 años.
Los sobrevivientes trasladaron a los heridos al Hospital Miguel Pérez Carreño mientras que la infante fue internada en el Hospital Materno Infantil de Caricuao, donde falleció minutos después. El cadáver de Álvarez Ruiz fue cargado en hombros hasta la calle Real donde lo dejaron y taparon con unas hojas de plátano mientras esperaban que llegaran las autoridades. Otros adultos muertos fueron identificados como Jorge Rivas (22) y Jesús Pérez (23).
A la emergencia del Hospital Miguel Pérez Carreño fueron trasladados Jordan Rivas (18), Juan Carlos Viloria (29), Rony Marín (18), Wilfredo Gómez (18), Jenny León (21) y Yurber Román (18). El joven Rony Marín es hermano de la niña fallecida. Los vecinos dijeron que ese día cumplía años y extendería la celebración hasta el día siguiente pues a su madre le tocaba festejar su onomástico. "Aquí la gente dice que los mataron por un perro que lo envenenaron la noche del 24 de diciembre. Otros dicen que fue por drogas, pero en realidad a la gente la matan por cualquier cosa", dijo Laura Álvarez, prima de Jesús Álvarez Ruiz, quien laboraba como conserje en un edificio del sector Ruiz Pineda de Caricuao.
Basta de masacres
"Le hago un llamado al presidente Chávez para que se dé cuenta del daño que le está haciendo a los pobres. Mi hijo no era ningún delincuente y me lo mataron. Hay que tomar medidas drásticas. Ir casa por casa buscando a esos ladrones que andan armados. No podemos seguir tolerando eso, basta de masacres de personas inocentes. Todos los días matan en los barrios a mujeres, niños y a todo el que se le antoje", dijo el señor Jesús Ramón Ruiz, padre del conserje Álvarez Ruiz. Los detectives de la División contra Homicidios del Cicpc se encargaron de las investigaciones. Sospechan que los homicidas son unos menores de edad que integran la banda de "el Guajirito". Funcionarios de la Brigada Antibandas del Cicpc y de la Guardia Nacional ocuparon la parte alta del barrio en busca de los criminales. Las puertas de las casas se encontraban cerradas, tal vez para evitar ser interrogados. El concurrido barrio estaba desolado. Pocos se atrevían hablar aunque el tema de la inseguridad constituye su mayor problema.
El patio de la casa de la familia Marín quedó teñido de sangre al igual que las empinadas escaleras por donde bajaron a los heridos.
Los funcionarios de la policía criminal le pidieron a los dueños de la vivienda que los acompañaran para tomarles declaraciones. Algunos vecinos acusaron a los miembros de las bandas del sector La Acequia y del barrio Las Barras.
Otros vecinos se acercaron para corroborar los hechos. Preguntaban por la suerte de los heridos. Los médicos del Hospital Pérez Carreño dijeron que el pronóstico es reservado y en cualquier momento alguno de los tres heridos de mayor gravedad pudiera dejar de existir.
La masacre que además dejó a siete personas heridas ocurrió a las 3:40 minutos de la madrugada del martes en la casa marcada con el número 57 donde la familia Marín celebraba el Día de los Inocentes. En un rincón quedó tendido el cadáver de Jesús Aurelio Alvarez Ruiz, de 25 años.
Los sobrevivientes trasladaron a los heridos al Hospital Miguel Pérez Carreño mientras que la infante fue internada en el Hospital Materno Infantil de Caricuao, donde falleció minutos después. El cadáver de Álvarez Ruiz fue cargado en hombros hasta la calle Real donde lo dejaron y taparon con unas hojas de plátano mientras esperaban que llegaran las autoridades. Otros adultos muertos fueron identificados como Jorge Rivas (22) y Jesús Pérez (23).
A la emergencia del Hospital Miguel Pérez Carreño fueron trasladados Jordan Rivas (18), Juan Carlos Viloria (29), Rony Marín (18), Wilfredo Gómez (18), Jenny León (21) y Yurber Román (18). El joven Rony Marín es hermano de la niña fallecida. Los vecinos dijeron que ese día cumplía años y extendería la celebración hasta el día siguiente pues a su madre le tocaba festejar su onomástico. "Aquí la gente dice que los mataron por un perro que lo envenenaron la noche del 24 de diciembre. Otros dicen que fue por drogas, pero en realidad a la gente la matan por cualquier cosa", dijo Laura Álvarez, prima de Jesús Álvarez Ruiz, quien laboraba como conserje en un edificio del sector Ruiz Pineda de Caricuao.
Basta de masacres
"Le hago un llamado al presidente Chávez para que se dé cuenta del daño que le está haciendo a los pobres. Mi hijo no era ningún delincuente y me lo mataron. Hay que tomar medidas drásticas. Ir casa por casa buscando a esos ladrones que andan armados. No podemos seguir tolerando eso, basta de masacres de personas inocentes. Todos los días matan en los barrios a mujeres, niños y a todo el que se le antoje", dijo el señor Jesús Ramón Ruiz, padre del conserje Álvarez Ruiz. Los detectives de la División contra Homicidios del Cicpc se encargaron de las investigaciones. Sospechan que los homicidas son unos menores de edad que integran la banda de "el Guajirito". Funcionarios de la Brigada Antibandas del Cicpc y de la Guardia Nacional ocuparon la parte alta del barrio en busca de los criminales. Las puertas de las casas se encontraban cerradas, tal vez para evitar ser interrogados. El concurrido barrio estaba desolado. Pocos se atrevían hablar aunque el tema de la inseguridad constituye su mayor problema.
El patio de la casa de la familia Marín quedó teñido de sangre al igual que las empinadas escaleras por donde bajaron a los heridos.
Los funcionarios de la policía criminal le pidieron a los dueños de la vivienda que los acompañaran para tomarles declaraciones. Algunos vecinos acusaron a los miembros de las bandas del sector La Acequia y del barrio Las Barras.
Otros vecinos se acercaron para corroborar los hechos. Preguntaban por la suerte de los heridos. Los médicos del Hospital Pérez Carreño dijeron que el pronóstico es reservado y en cualquier momento alguno de los tres heridos de mayor gravedad pudiera dejar de existir.
Gustavo Rodríguez
EL UNIVERSAL
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