Entre viernes y lunes se registraron 45 muertes violentas en la capital
Más de 24 horas tuvieron que esperar algunos de los familiares de las víctimas del fin de semana por la entrega de los cuerpos (Eduardo Fuentes)
La protección a testigos que la Fiscalía 21 de Caracas le ofreció a la esposa de Alexander Rojas, de 41 años, no sirvió para evitar que a él lo mataran de cuatro tiros a las 6:00 a.m. del domingo cuando estaba reunido con amigos en la avenida Panteón, diagonal a la Biblioteca Nacional.
Según algunos testigos el asesino de Rojas es Darwin Escobar, hermano de Jonathan Escobar, quien es pareja de la hermana de Rojas, y aseguran que su muerte fue ordenada por su cuñado. Todo comenzó hace dos meses cuando Jonathan, en un arranque de violencia, atacó a tiros a su compañera en la pieza en la que viven en el edificio Van Raalte en La Yaguara.
Rojas y su familia también vivían en La Yaguara, pues el grupo fue enviado allí desde que fueron desalojados de sus casas cerca de la Panteón.
Tras el ataque, la esposa de Rojas sirvió de testigo en Fiscalía en el caso contra Escobar, pero luego de eso el joven amenazó incluso con quemar a los niños de la pareja dentro de su casa. Escobar estuvo preso apenas un mes en La Planta antes de que un juez le diera la libertad.
Por las amenazas y porque Rojas estaba trabajando como albañil en la construcción del proyecto de Caracas Socialista en la parroquia Altagracia, ellos se mudaron de nuevo a la Panteón a casa de un familiar. Hasta allí llegaron en moto para matarlo.
La familia explica que en el ataque un amigo de Rojas, llamado Erick, de 24 años, fue herido en el brazo y la pierna.
Ahora la esposa de Rojas está aún más atemorizada, y se quedó sola con tres niños.
Otra de las muertes de este fin de semana fue la de Darío Nuñez (16), estudiante de tercer año en la U.E. Parasistema Formación Integral Catia.
Los padres de Núñez le dieron una moto hace un año y desde hacía dos semanas le permitieron que hiciera carreritas de 6:00 a 9:00 p.m. desde la estación de Gato Negro en Catia hacia la carretera vieja, cerca de Blandín, donde vivía con sus padres.
La noche del sábado su hermana, quien iba a tomar un autobús lo vio discutiendo con unos sujetos, pero luego fue el papá del chico y éste dijo que no pasaba nada. Cerca de las 9.30 p.m. del sábado, iba en dirección de Plan de Manzano cuando fue atacado a tiros por otro motorizado. Su familia cree que pretendían quitarle la motocicleta, pero cuando le dispararon chocó y la moto quedó en mal estado.
Otro de las muertes fue la de Freddy Javier Valera, quien habría cumplido 27 años el próximo 24 de diciembre. Él fue atacado a las 9.45 p.m. del domingo por sujetos que le dieron con una piedra en la cabeza en Turumo, en una zona llamada la Esquina Caliente, por lo peligrosa.
Su familia cuenta que Valera trabajaba en la construcción y el viernes había cobrado y tenía dinero. Creen que lo golpearon para robarlo porque se llevaron el dinero y su celular.
Estas muertes son parte de los 45 cuerpos que ingresaron a la morgue de Bello Monte por muertes violentas entre las 6:00 de la mañana del viernes y la misma hora del lunes.
Laura Dávila Truelo
EL UNIVERSAL
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