El caso sucedió en marzo de 2008. Los visitantes -todos trasandinos- fueron perseguidos, golpeados y arrestados de "manera irresponsable", según los jueces. Los efectivos resultaron condenados a dos años de prisión efectiva, pero siguen en libertad.
Cuatro policías fueron condenados a dos años de prisión efectiva y cuatro años de inhabilitación para desempeñarse en la función pública por haber sometido a maltratos a cuatro turistas chilenos que visitaron la provincia en marzo de 2008.
Los uniformados -Marcelo Rodolfo García, Ariel Alejandro Senteno, Rodolfo Andrés Ríos y Marcelo Miguel Morales- deberán cumplir esta pena luego de que la sentencia quede firme, es decir después de los próximos quince días, siempre y cuando el caso no sea llevado por los abogados defensores ante la Corte.
En principio, la Justicia imputó a 11 uniformados -entre ellos a dos mujeres policías- por el delito de apremios ilegales pero finalmente sólo cuatro llegaron al banquillo de los acusados, pero por el delito de vejaciones. Todos estos policías se encuentran actualmente en libertad y en condición de "pasiva"
Según la sentencia que se escuchó ayer al mediodía en la Segunda Cámara del Crimen -conformada por Roberto Yanzón, José Valerio y Arlington Uliarte- los cuatro policías maltrataron a los chilenos José Campus, Marcelo Millahual, Cristian Lillo y Nabor Cortez.
Ausentes
Estos cuatro comerciantes, que ayer no estuvieron en el juicio, llegaron a Mendoza en marzo de 2008 para pasear, hacer compras y, de paso, hacerse algunos retoques faciales con un cirujano plástico, pero la historia fue distinta: recibieron una dura golpiza por parte de los uniformados, luego de una persecución cinematográfica que incluyó disparos sobre el Subaru en que se movilizaban los viajeros.
Los jueces aceptaron la pena establecida por el fiscal de Cámara, Adelmo Argüello, quien pidió dos años de prisión efectiva, luego de advertir durante los alegatos que los policías actuaron de forma irresponsable.
De esta forma quedaron fuera de discusión algunos asuntos que no pudieron ser probados pero sí denunciados por los extranjeros.
Los chilenos habían expresado a través de su defensores -Darío Pérez Videla y Pablo Sprazatto- que no sólo habían sido perseguidos, baleados y golpeados, sino que también les habían robado seis mil dólares que estaban ocultos en el vehículo.
El accionar de estos policías fue un verdadero escándalo y llegó a ser presentado no sólo en la Inspección de Seguridad y en la Comisión de Derechos y Garantías sino también tuvo un correlato internacional: Carla Rubilar, presidenta de la comisión de Derechos y Garantías del Congreso de Chile, vino a Mendoza para seguir el caso; y además se presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Persecución, tiros, golpes
Todo comenzó el 29 de marzo por la noche, cuando las cuatro víctimas se encontraban paseando por el parque General San Martín y se produjo una situación confusa con dos vehículos blancos. El Subaru partió a toda velocidad; al instante era perseguido por un móvil policial y, dos cuadras más adelante, por un "ejército" de 9 patrulleros y dos motos.
La persecución se inició en el Parque y cuando los vehículos llegaron a la Casa de Gobierno ya se habían disparados varios proyectiles; algunos impactaron en el auto de los turistas. Cuando los chilenos ingresaron al barrio Bombal fueron encerrados por dos móviles y tras chocar, se detuvieron.
Los cuatro fueron golpeados, esposados y detenidos. Pese a que los policías dijeron que los viajeros les dispararon, nunca apareció un arma. Tampoco los 6.000 dólares que los chilenos denunciaron.
Los uniformados -Marcelo Rodolfo García, Ariel Alejandro Senteno, Rodolfo Andrés Ríos y Marcelo Miguel Morales- deberán cumplir esta pena luego de que la sentencia quede firme, es decir después de los próximos quince días, siempre y cuando el caso no sea llevado por los abogados defensores ante la Corte.
En principio, la Justicia imputó a 11 uniformados -entre ellos a dos mujeres policías- por el delito de apremios ilegales pero finalmente sólo cuatro llegaron al banquillo de los acusados, pero por el delito de vejaciones. Todos estos policías se encuentran actualmente en libertad y en condición de "pasiva"
Según la sentencia que se escuchó ayer al mediodía en la Segunda Cámara del Crimen -conformada por Roberto Yanzón, José Valerio y Arlington Uliarte- los cuatro policías maltrataron a los chilenos José Campus, Marcelo Millahual, Cristian Lillo y Nabor Cortez.
Ausentes
Estos cuatro comerciantes, que ayer no estuvieron en el juicio, llegaron a Mendoza en marzo de 2008 para pasear, hacer compras y, de paso, hacerse algunos retoques faciales con un cirujano plástico, pero la historia fue distinta: recibieron una dura golpiza por parte de los uniformados, luego de una persecución cinematográfica que incluyó disparos sobre el Subaru en que se movilizaban los viajeros.
Los jueces aceptaron la pena establecida por el fiscal de Cámara, Adelmo Argüello, quien pidió dos años de prisión efectiva, luego de advertir durante los alegatos que los policías actuaron de forma irresponsable.
De esta forma quedaron fuera de discusión algunos asuntos que no pudieron ser probados pero sí denunciados por los extranjeros.
Los chilenos habían expresado a través de su defensores -Darío Pérez Videla y Pablo Sprazatto- que no sólo habían sido perseguidos, baleados y golpeados, sino que también les habían robado seis mil dólares que estaban ocultos en el vehículo.
El accionar de estos policías fue un verdadero escándalo y llegó a ser presentado no sólo en la Inspección de Seguridad y en la Comisión de Derechos y Garantías sino también tuvo un correlato internacional: Carla Rubilar, presidenta de la comisión de Derechos y Garantías del Congreso de Chile, vino a Mendoza para seguir el caso; y además se presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Persecución, tiros, golpes
Todo comenzó el 29 de marzo por la noche, cuando las cuatro víctimas se encontraban paseando por el parque General San Martín y se produjo una situación confusa con dos vehículos blancos. El Subaru partió a toda velocidad; al instante era perseguido por un móvil policial y, dos cuadras más adelante, por un "ejército" de 9 patrulleros y dos motos.
La persecución se inició en el Parque y cuando los vehículos llegaron a la Casa de Gobierno ya se habían disparados varios proyectiles; algunos impactaron en el auto de los turistas. Cuando los chilenos ingresaron al barrio Bombal fueron encerrados por dos móviles y tras chocar, se detuvieron.
Los cuatro fueron golpeados, esposados y detenidos. Pese a que los policías dijeron que los viajeros les dispararon, nunca apareció un arma. Tampoco los 6.000 dólares que los chilenos denunciaron.
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