Amenazaron a todos con armas y robaron celulares, dinero, mochilas y dos camperas. Después los dejaron encerrados con llave en un aula y escaparon.
No hay ámbitos a salvo de episodios delictivos. Dos jóvenes armados entraron, en medio de una clase, a un aula de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y durante 15 minutos se dedicaron a robar a dos docentes y a los 35 alumnos que estaban allí.
Escaparon con celulares, dinero, mochilas y camperas y los dejaron encerrados a todos en el aula, que está alejada del edificio central de la facultad.
Una docente, que durante el asalto logró esconder su celular, pudo pedir ayuda y poco después fueron liberados.
El hecho ocurrió el martes a las 18.30, cuando la ayudante Natalia (27) -quién pidió que no se difunda su identidad- estaba dando un práctico de Química General Inorgánica de primer año de la carrera, en el aula de Fruticultura, ubicada a 300 metros de la entrada a la facultad.
En el salón había 35 jóvenes -la mayoría varones- y otro profesor ayudante. "Trataba de explicar un ejercicio en el pizarrón cuando vi entrar a dos muchachos. Pensé que venían a pedir o a vender algo" contó Natalia. Enseguida los asaltantes, que actuaron a cara descubierta, los amenazaron con pistolas. "Quédense tranquilos, esto es un robo, queremos plata", dijeron mientras empezaban a revisar bolsos y carteras.
Antes trabaron las celosías de las dos ventanas y cerraron la puerta con llave. "En ese momento me asusté mucho, porque se convirtieron en los dueños de nuestras vidas. Se movieron confiados, como si supieran que nadie iba a advertir que nos tenían encerrados", recordó Natalia, quién además es profesora en la Facultad de Ciencias Exactas y becaria de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia (CIC).
La docente recordó que uno de los ladrones "estaba muy sacado" y exigía más dinero. "Son estudiantes, la mayoría no tiene plata", le suplicó la mujer. Uno de los alumnos intentó convencerlos de que se fueran rápido: "En cualquier momento puede venir un empleado de mantenimiento", les advirtió.
La sugerencia generó más violencia: "Te voy a quemar la cabeza de un tiro y al que venga también", le gritó el asaltante que tenía puesto un buzo con capucha de color azul.
Cuando juntaron más de 20 celulares y unos 600 pesos decidieron irse. Antes se acercaron a dos alumnos y les quitaron las camperas. También se llevaron dos mochilas.
"Ninguno se mueve y cuidado con avisar a la cana" fue la última advertencia antes de que cerraran la puerta por fuera y se llevaran la única llave que había en el salón. Patricia usó entonces el celular que había logrado esconder y pidió ayuda. Poco después un empleado de mantenimiento los rescató.
La Facultad de Agronomía es vecina de las sedes de Medicina, Veterinaria y Periodismo. Es parte del predio conocido como "Bosque Este", donde además hay invernaderos y un sector para la cría de animales. Allí hay garitas para los serenos y el personal que recorre la zona.
Según explicaron en la unidad académica, se trata de empleados dedicados a controlar el perímetro y evitar desmanes e incidentes menores en un sector abierto donde transitan más de 800 alumnos por día. "No realizan tareas para prevenir delitos", dijeron en la Dirección de Asuntos Estudiantiles. No obstante, las autoridades de la facultad dijeron que evalúan otras alternativas de control.
Para Natalia, quién comenzó este año con las clases prácticas en Agronomía, el salón de Fruticultura era especial. "Rodeado de verde y aire puro se presenta como un lugar ideal. Jamás pensé que resultaría peligroso", dijo la profesora.
Ayer la Policía detuvo a un joven de 19 años que vive cerca de la Facultad. Fue reconocido por dos de los estudiantes y llevaba puesta una de las camperas robadas. CC
Escaparon con celulares, dinero, mochilas y camperas y los dejaron encerrados a todos en el aula, que está alejada del edificio central de la facultad.
Una docente, que durante el asalto logró esconder su celular, pudo pedir ayuda y poco después fueron liberados.
El hecho ocurrió el martes a las 18.30, cuando la ayudante Natalia (27) -quién pidió que no se difunda su identidad- estaba dando un práctico de Química General Inorgánica de primer año de la carrera, en el aula de Fruticultura, ubicada a 300 metros de la entrada a la facultad.
En el salón había 35 jóvenes -la mayoría varones- y otro profesor ayudante. "Trataba de explicar un ejercicio en el pizarrón cuando vi entrar a dos muchachos. Pensé que venían a pedir o a vender algo" contó Natalia. Enseguida los asaltantes, que actuaron a cara descubierta, los amenazaron con pistolas. "Quédense tranquilos, esto es un robo, queremos plata", dijeron mientras empezaban a revisar bolsos y carteras.
Antes trabaron las celosías de las dos ventanas y cerraron la puerta con llave. "En ese momento me asusté mucho, porque se convirtieron en los dueños de nuestras vidas. Se movieron confiados, como si supieran que nadie iba a advertir que nos tenían encerrados", recordó Natalia, quién además es profesora en la Facultad de Ciencias Exactas y becaria de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia (CIC).
La docente recordó que uno de los ladrones "estaba muy sacado" y exigía más dinero. "Son estudiantes, la mayoría no tiene plata", le suplicó la mujer. Uno de los alumnos intentó convencerlos de que se fueran rápido: "En cualquier momento puede venir un empleado de mantenimiento", les advirtió.
La sugerencia generó más violencia: "Te voy a quemar la cabeza de un tiro y al que venga también", le gritó el asaltante que tenía puesto un buzo con capucha de color azul.
Cuando juntaron más de 20 celulares y unos 600 pesos decidieron irse. Antes se acercaron a dos alumnos y les quitaron las camperas. También se llevaron dos mochilas.
"Ninguno se mueve y cuidado con avisar a la cana" fue la última advertencia antes de que cerraran la puerta por fuera y se llevaran la única llave que había en el salón. Patricia usó entonces el celular que había logrado esconder y pidió ayuda. Poco después un empleado de mantenimiento los rescató.
La Facultad de Agronomía es vecina de las sedes de Medicina, Veterinaria y Periodismo. Es parte del predio conocido como "Bosque Este", donde además hay invernaderos y un sector para la cría de animales. Allí hay garitas para los serenos y el personal que recorre la zona.
Según explicaron en la unidad académica, se trata de empleados dedicados a controlar el perímetro y evitar desmanes e incidentes menores en un sector abierto donde transitan más de 800 alumnos por día. "No realizan tareas para prevenir delitos", dijeron en la Dirección de Asuntos Estudiantiles. No obstante, las autoridades de la facultad dijeron que evalúan otras alternativas de control.
Para Natalia, quién comenzó este año con las clases prácticas en Agronomía, el salón de Fruticultura era especial. "Rodeado de verde y aire puro se presenta como un lugar ideal. Jamás pensé que resultaría peligroso", dijo la profesora.
Ayer la Policía detuvo a un joven de 19 años que vive cerca de la Facultad. Fue reconocido por dos de los estudiantes y llevaba puesta una de las camperas robadas. CC
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