jueves, 17 de septiembre de 2009

ARGENTINA. Detuvieron a un violador serial acusado de más de 50 abusos

Los abusos sexuales del malviviente ocurrieron desde 1995, tanto en Provincia como en Capital. Es considerado uno de los mayores violadores seriales de los últimos tiempos en la Argentina. La modalidad era siempre la misma: se trepaba a través de árboles y paredes hasta balcones o ventanales y cuando veía a una mujer sola entraba al departamento, la ataba, abusaba de ella y luego le robaba

Un ex convicto de 36 años fue detenido hace 15 días en la localidad bonaerense de Garín, aunque la información recién fue difundida este miércoles, acusado de haber violado desde 1995 al menos 50 mujeres, luego de subir como un "hombre araña" a sus departamentos de la Capital Federal y de la zona norte del Gran Buenos Aires y sorprenderlas mientras dormían.

El apresado es considerado "uno de los mayores violadores seriales de los últimos tiempos" en la historia criminal argentina y ya se le probaron 12 hechos a través de estudios comparativos de ADN, afirmó el subcomisario Miguel Di Conza, de la División Delitos contra la Salud de la Policía Federal Argentina (PFA).

La pesquisa para atrapar al sospechoso comenzó en enero de 2008, cuando los detectives comenzaron a investigar violaciones ocurridas en Nuñez, Belgrano, Saavedra y Coghlan, detalló el jefe de la División Medios de Difusión Institucionales, Tomás Vigliatore.

Ambos jefes policiales señalaron que la modalidad del violador era siempre la misma: se trepaba a través a árboles y paredes hasta llegar a balcones o ventanales y cuando veía a una mujer sola, entraba al departamento, la ataba, abusaba de ella y luego le robaba dinero, alhajas y otros objetos de valor.

"No soy asesino ni violador, soy ladrón", les susurraba el agresor a las víctimas, a quienes siempre violaba con preservativos, luego de colocarlas boca abajo y taparles la cara con una capucha o vendarles los ojos.

Otro detalle que relataron las mujeres, de entre 20 y 60 años, es que el violador, antes de someterlas, les cambiaba la bombacha que tenían puesta por otra que buscaba en el placard y cuando escapaba, se llevaba la prenda íntima.

En todos los casos, el violador ingresaba a los departamentos alrededor de las 3 y salía a las 6, ya que se pudo comprobar que se tomaba tiempo para comer, tomar algo o fumar y nunca dejaba ninguna huella, explicaron los investigadores.

"Para nosotros, era buscar una sombra porque nadie jamás lo podía ver", dijo el subcomisario Di Conza, quien precisó que uno de los pocos datos con los que contaban era que tenía un tatuaje.

"Hasta ahora tenemos alrededor de 50 hechos investigados, 38 en la Capital Federal y el resto en la provincia, de los cuales 12 ya están comprobados", dijo Di Conza.

En tanto, otra fuente confirmó que el detenido tenía un "trabajo independiente" y se encuentra en pareja desde este año con una mujer policía bonaerense, que aparentemente desconocía su accionar.

Cómo se atrapó al malviviente
Para dar con el violador serial, los investigadores comenzaron a pedir antecedentes de hechos similares y establecieron que un hombre con el mismo "modus operandi" había atacado en esos barrios porteños y en la zona norte bonaerense entre 1995 y mediados de 2001, volviendo a atacar desde septiembre de 2007.

Una de las pruebas para esclarecer los casos se las aportó el fiscal de San Isidro Diego Molina Pico, quien entre 1998 y 2001 investigó al llamado "violador de la Quinta de Olivos", guardó el semen que había dejado en algunas víctimas y cuando ahora se lo comparó con el del detenido dio resultado positivo. Es que durante ese período, el violador no usaba preservativos y por eso se pudo obtener su perfil genético.

En tanto, los fiscales Martín Niklison y Horacio Amelotti, que investigaron 10 hechos cometidos entre septiembre de 2007 y enero de 2009 en Capital Federal, solicitaron a todas las empresas de telefonía el listado de celulares que estuvieron activados en esos barrios en días y horarios en que se cometieron las violaciones.

Como en esa franja horaria no hay muchas llamadas, de allí surgió que un mismo teléfono estaba activado mientras se consumaba el hecho de la ciudadana belga y otro ocurrido en abril de 2008 en Palermo y que luego se desactivaba en la zona de Garín, donde vivía el sospechoso.

Además, se determinó que el detenido tenía una condena de prisión por "robo por escalamiento" en la provincia de Buenos Aires que cumplió a partir de 2001 y que salió de una cárcel en junio de 2007, tres meses antes de que comenzaran nuevamente los ataques.

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