José Alberto Sosa, de 72 años, que estaba residiendo en Valencia, será deportado para ser juzgado en Neuquén. El hombre es acusado de 18 delitos de lesa humanidad entre 1975 y 1977
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía español detuvieron en la localidad valenciana de Ontinyent a Jorge Alberto Sosa, de 72 años, que estaba reclamado por las autoridades judiciales argentinas por ser el supuesto autor de varios delitos de lesa humanidad.
Según fuentes policiales, Sosa está acusado de participar en 18 casos de detención ilegal, secuestro y torturas cuando ocupó el cargo de subcomisario de la Policía Federal y segundo jefe de la Delegación de Neuquén.
El Juzgado Federal de esa provincia emitió la orden de captura internacional y la demanda de extradición a través del Ministerio de Exteriores, para que sea investigado y juzgado en la Argentina.
El fugitivo, que era buscado por hechos durante el período comprendido entre septiembre de 1975 y principios de 1977 en la ciudad de Neuquén, se había instalado en Ontinyent en 1992 junto a su familia y había adquirido la nacionalidad española. Fue detenido el día 7 de este mes.
Testimonios de distintas víctimas sostienen que en la delegación de la cual él formaba parte, existía una sala de torturas. Además, Sosa asistió al traslado de detenidos desaparecidos en los primeros meses de 1976.
Según fuentes policiales, Sosa está acusado de participar en 18 casos de detención ilegal, secuestro y torturas cuando ocupó el cargo de subcomisario de la Policía Federal y segundo jefe de la Delegación de Neuquén.
El Juzgado Federal de esa provincia emitió la orden de captura internacional y la demanda de extradición a través del Ministerio de Exteriores, para que sea investigado y juzgado en la Argentina.
El fugitivo, que era buscado por hechos durante el período comprendido entre septiembre de 1975 y principios de 1977 en la ciudad de Neuquén, se había instalado en Ontinyent en 1992 junto a su familia y había adquirido la nacionalidad española. Fue detenido el día 7 de este mes.
Testimonios de distintas víctimas sostienen que en la delegación de la cual él formaba parte, existía una sala de torturas. Además, Sosa asistió al traslado de detenidos desaparecidos en los primeros meses de 1976.
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