Sus compañeros lo recuerdan como un efectivo intachable y entregado a su labor
A Amarilis no le hizo falta llorar para contagiar su tristeza (F. Sánchez)
Al distinguido de la Policía Metropolitana Edgar Eduardo Velázquez, de 30 años, lo localizaron el sábado a las 10:05 de la mañana, después de varias horas de búsqueda, en una zona montañosa del sector Las Tunitas, de la carretera hacia el oeste de Vargas. Había sido asesinado a tiros y luego incendiado, antes de lanzarlo por la pendiente donde lo ubicaron.
Velázquez estaba desaparecido desde el viernes. Según comentaron algunos funcionarios del Cicpc ligados a las averiguaciones preliminares, el distinguido había recibido una llamada telefónica ese viernes en la noche. Su interlocutor, al parecer, lo había citado para encontrarse en algún punto de la avenida Soublette en Catia La Mar y él accedió.
Desde entonces, nada supieron de él. Su familia se preocupó y comenzó la búsqueda. A las 10:15 de la mañana del sábado llamaron a la esposa del efectivo, que estaba con la madre del funcionario -ambas trabajan como buhoneras en Maiquetía- para decir que ya lo habían encontrado y cómo lo habían hecho.
Amarilis de Velázquez llegó ayer a las 10:35 de la mañana a la morgue de Bello Monte para retirar el cuerpo de su hijo mayor. Se lo había llevado hasta Caracas porque en Vargas no funciona la medicatura forense.
Allí, sumida en una profunda tristeza, la mujer recordó que se cansó de decirle a su muchacho que dejara la policía, porque era un trabajo muy peligroso. Pero él le refutaba que aquello que él había escogido era su vida entera y que no lo dejaría.
Tenía diez años en la institución. Durante la administración de Juan Barreto fue su escolta; luego pasó de comisión de servicio al Ministerio para las Relaciones de Interior y Justicia, donde trabajó hasta el viernes. Todos, superiores y amigos, recuerdan a este padre de un pequeño de siete años y esposo ejemplar como el mejor de los efectivos. Serio, responsable y muy trabajador.
Con esta baja, en 2009, la PM suma 26 policías caídos por distintas causas violentas.mii
Velázquez estaba desaparecido desde el viernes. Según comentaron algunos funcionarios del Cicpc ligados a las averiguaciones preliminares, el distinguido había recibido una llamada telefónica ese viernes en la noche. Su interlocutor, al parecer, lo había citado para encontrarse en algún punto de la avenida Soublette en Catia La Mar y él accedió.
Desde entonces, nada supieron de él. Su familia se preocupó y comenzó la búsqueda. A las 10:15 de la mañana del sábado llamaron a la esposa del efectivo, que estaba con la madre del funcionario -ambas trabajan como buhoneras en Maiquetía- para decir que ya lo habían encontrado y cómo lo habían hecho.
Amarilis de Velázquez llegó ayer a las 10:35 de la mañana a la morgue de Bello Monte para retirar el cuerpo de su hijo mayor. Se lo había llevado hasta Caracas porque en Vargas no funciona la medicatura forense.
Allí, sumida en una profunda tristeza, la mujer recordó que se cansó de decirle a su muchacho que dejara la policía, porque era un trabajo muy peligroso. Pero él le refutaba que aquello que él había escogido era su vida entera y que no lo dejaría.
Tenía diez años en la institución. Durante la administración de Juan Barreto fue su escolta; luego pasó de comisión de servicio al Ministerio para las Relaciones de Interior y Justicia, donde trabajó hasta el viernes. Todos, superiores y amigos, recuerdan a este padre de un pequeño de siete años y esposo ejemplar como el mejor de los efectivos. Serio, responsable y muy trabajador.
Con esta baja, en 2009, la PM suma 26 policías caídos por distintas causas violentas.mii
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