La víctima fue encontrada en su cama y también presentaba mordeduras de un perro
El cuerpo sin vida de un ciudadano inglés fue hallado el lunes en el interior de su casa con una flecha de ballesta clavada a escasos centímetros del corazón. El cadáver también presentaba mordeduras de un perro, pero la Guardia Civil no halló indicios criminales tras la minuciosa inspección que realizó en la vivienda de la víctima.
Este extraño suceso ha dejado consternado al vecindario de la pedanía de Torremendo, en la localidad alicantina de Orihuela. Según informaron fuentes de la investigación, el hombre dejó una carta de despedida.
Este hallazgo ha permitido centrar las investigaciones del suceso, que había generado numerosas especulaciones que aludían a todo tipo de hipótesis, desde un homicidio a un accidente o un suicidio.
Finalmente, las investigaciones refuerzan la opción de que el inquilino de la casa decidió él mismo poner fin a su vida. Su propiedad no estaba revuelta y cerca del cuerpo había una ballesta.
La puerta no estaba forzada
Otra de las hipótesis que barajó la Guardia Civil fue la de una muerte accidental, puesto que la puerta de entrada a su casa no estaba forzada y, además, su cuerpo no presentaba otros signos de violencia. Sin embargo, será la autopsia la que determine la causa de la muerte.
El hombre fallecido, que tenía 53 años de edad, fue encontrado por su compañero de piso, un compatriota con el que compartía gastos, pero con quien mantenía una relación mínima.
Fue esta persona quien avisó a la Guardia Civil al entrar a casa y comprobar que el cuerpo sin vida de su compañero de piso estaba en la cama con signos de haber sido mordido por su propio perro que, probablemente, ingirió parte de su cuerpo tras varios días sin comer.
Según los vecinos, el fallecido era muy aficionado a coleccionar armas blancas (cuchillos, navajas y catanas) y otras relacionadas con el tiro deportivo, como arcos y ballestas.
De hecho, incluso se le vio practicar con ellas en un campo cercano en alguna que otra ocasión. Además, aseguran que muchas veces llegaba ebrio a su casa y frecuentaba malas compañías, aunque, de momento, se descarta la implicación de más personas en esta extraña muerte.
La última vez que se vio al fallecido con vida fue el sábado por la mañana y el cadáver fue hallado el lunes a las 10 de la mañana.
El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Alicante para practicarle la correspondiente autopsia.
Este extraño suceso ha dejado consternado al vecindario de la pedanía de Torremendo, en la localidad alicantina de Orihuela. Según informaron fuentes de la investigación, el hombre dejó una carta de despedida.
Este hallazgo ha permitido centrar las investigaciones del suceso, que había generado numerosas especulaciones que aludían a todo tipo de hipótesis, desde un homicidio a un accidente o un suicidio.
Finalmente, las investigaciones refuerzan la opción de que el inquilino de la casa decidió él mismo poner fin a su vida. Su propiedad no estaba revuelta y cerca del cuerpo había una ballesta.
La puerta no estaba forzada
Otra de las hipótesis que barajó la Guardia Civil fue la de una muerte accidental, puesto que la puerta de entrada a su casa no estaba forzada y, además, su cuerpo no presentaba otros signos de violencia. Sin embargo, será la autopsia la que determine la causa de la muerte.
El hombre fallecido, que tenía 53 años de edad, fue encontrado por su compañero de piso, un compatriota con el que compartía gastos, pero con quien mantenía una relación mínima.
Fue esta persona quien avisó a la Guardia Civil al entrar a casa y comprobar que el cuerpo sin vida de su compañero de piso estaba en la cama con signos de haber sido mordido por su propio perro que, probablemente, ingirió parte de su cuerpo tras varios días sin comer.
Según los vecinos, el fallecido era muy aficionado a coleccionar armas blancas (cuchillos, navajas y catanas) y otras relacionadas con el tiro deportivo, como arcos y ballestas.
De hecho, incluso se le vio practicar con ellas en un campo cercano en alguna que otra ocasión. Además, aseguran que muchas veces llegaba ebrio a su casa y frecuentaba malas compañías, aunque, de momento, se descarta la implicación de más personas en esta extraña muerte.
La última vez que se vio al fallecido con vida fue el sábado por la mañana y el cadáver fue hallado el lunes a las 10 de la mañana.
El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Alicante para practicarle la correspondiente autopsia.
lasprovincias.es
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