Doce cuerpos han sido abandonados en el corredor en lo que va de año
En la Cota Mil lanzan cadáveres una vez por semanas (Fernando Sánchez)
Las últimas pesquisas realizadas en torno al homicidio del portugués nacionalizado, Avelino Castañeira, refieren que el infortunado maestro de obras en situación de retiro fue asesinado para despojarlo de su automóvil, pero sus homicidas eligieron un paraje de la Cota Mil para dificultar las investigaciones.
El maestro de obras, jubilado, quien residía en la avenida Fuerzas Armadas fue visto por última vez el viernes 13 de marzo en un local comercial situado en la esquina de Manduca de la parroquia Candelaria. Allí compartió con unas damas y luego se ofreció trasladarlas en su Chevrolet Aveo de color amarillo hasta un sector de la Cota 905. Sus parientes lo encontraron tres días después en la morgue de Bello Monte. Tras haber sido golpeado le dispararon en la sien derecha.
La brigada de Homicidios que conduce la investigación también posee el expediente de un hombre cuyo cadáver fue localizado cuatro días antes en el mirador de la avenida Boyacá. El cuerpo que aún no ha sido identificado presentó amputación de sus extremidades y un disparo en la cabeza.
Otro expediente que será acumulado es el que conduce la Subdelegación El Paraíso del Cicpc. Se trata del cadáver de un hombre de unos 60 años de dad cuyo cadáver fue hallado el pasado miércoles en el tramo ubicado entre la avenida Baralt y San Bernardino.
La madrugada del jueves 19 de marzo hallaron el cadáver de Mario Eric Marrero Urbina, de 23 años, empleado del Ministerio de Economía Popular. Sus homicidas le dispararon en la cabeza.
Sitio de liberación En lo que va de año doce cadáveres han sido localizados en distintos parajes de la Cota Mil. Los investigadores atribuyen la profusión de hallazgos a la precaria vigilancia que posee la segunda arteria vial la capital después de la Francisco Fajardo. Refieren que la avenida es preferida por los homicidas, pues les permite diferentes entradas y salidas. Según el Cicpc, el pasado año se registraron 42 hallazgos de cadáveres en esa avenida.
En seis casos se trató de indigentes arrollados y los otros fallecieron en hechos de sangre. Los funcionarios sostienen que la vigilancia corresponde a la GN, pero este componente no patrulla la vía.
El maestro de obras, jubilado, quien residía en la avenida Fuerzas Armadas fue visto por última vez el viernes 13 de marzo en un local comercial situado en la esquina de Manduca de la parroquia Candelaria. Allí compartió con unas damas y luego se ofreció trasladarlas en su Chevrolet Aveo de color amarillo hasta un sector de la Cota 905. Sus parientes lo encontraron tres días después en la morgue de Bello Monte. Tras haber sido golpeado le dispararon en la sien derecha.
La brigada de Homicidios que conduce la investigación también posee el expediente de un hombre cuyo cadáver fue localizado cuatro días antes en el mirador de la avenida Boyacá. El cuerpo que aún no ha sido identificado presentó amputación de sus extremidades y un disparo en la cabeza.
Otro expediente que será acumulado es el que conduce la Subdelegación El Paraíso del Cicpc. Se trata del cadáver de un hombre de unos 60 años de dad cuyo cadáver fue hallado el pasado miércoles en el tramo ubicado entre la avenida Baralt y San Bernardino.
La madrugada del jueves 19 de marzo hallaron el cadáver de Mario Eric Marrero Urbina, de 23 años, empleado del Ministerio de Economía Popular. Sus homicidas le dispararon en la cabeza.
Sitio de liberación En lo que va de año doce cadáveres han sido localizados en distintos parajes de la Cota Mil. Los investigadores atribuyen la profusión de hallazgos a la precaria vigilancia que posee la segunda arteria vial la capital después de la Francisco Fajardo. Refieren que la avenida es preferida por los homicidas, pues les permite diferentes entradas y salidas. Según el Cicpc, el pasado año se registraron 42 hallazgos de cadáveres en esa avenida.
En seis casos se trató de indigentes arrollados y los otros fallecieron en hechos de sangre. Los funcionarios sostienen que la vigilancia corresponde a la GN, pero este componente no patrulla la vía.
Gustavo Rodríguez
EL UNIVERSAL
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