Los plagiarios previamente evalúan el perfil de sus potenciales víctimas
De 57 secuestros que ocurrieron en la capital el año pasado, 48% salían de locales nocturnos al ser plagiados (Fernando Sánchez/Archivo
Hacer gala de una colección de tarjetas de crédito, ostentar joyas y jactarse en público de tener suerte para los negocios constituye, en la mayoría de los casos, la llave para convertirse en una virtual víctima del secuestrado.
Un joven vendedor de autos quien permaneció secuestrado durante sábado y domingo reveló que una velada con la que pretendió consolidar una relación, terminó en su más traumática experiencia.
El comerciante de 29 años dijo que un grupo de hombres lo abordó cuando dejaba a su amiga en su casa ubicada en Terrazas del Ávila. Fue liberado después que sus captores certificaron que se trataba de un humilde trabajador que contaba con una cuenta de ahorros y un auto que adquirió de oportunidad. Su prometida declaró en el Cicpc que habían estado en un restaurante de Las Mercedes.
Horas más tarde llegó a la sede de la División Antiextorsión y Secuestros el profesor universitario Manuel Serrano de 42 años, para denunciar que sujetos armados lo habían secuestrado cuando dejaba a su novia en la urbanización Manzanares de Baruta. Dijo que los secuestradores lo habían dejado abandonado cerca del terminal del Nuevo Circo y que los plagiarios habían huido con su novia y su auto Mazda, adquirido recientemente con esfuerzo.
Los detectives simularon el pago de un rescate y lograron liberar a la dama. En un allanamiento posterior realizado en el sector La Cañada del 23 de Enero los funcionarios recuperaron el auto del docente así como también las tarjetas de crédito del vendedor de autos. En ambos casos, las víctimas habían estado en restaurantes del este.
La pesquisa posterior condujo a los investigadores a considerar que las víctimas fueron "entregadas" por inescrupulosos empleados de restaurantes que mantienen vínculos con bandas de secuestradores. Los registros del Cicpc refieren que de los 488 secuestros que se denunciaron en Venezuela durante el pasado año 57 ocurrieron en la capital, de los cuales 48% de las víctimas acababan de abandonar locales nocturnos.
El último trimestre del pasado año el director de la Policía Municipal de Baruta, comisario Wilfredo Borras ordenó realizar un detallado censo de empleados y mesoneros que laboraban en Las Mercedes. El registro tiene como propósito deslastrar a delincuentes que se ocultan detrás de un delantal.
El penalista y criminalista Mario Mármol, quien desde hace diez años se dedica a asesorar a víctimas del secuestro, dijo que en las investigaciones se ha comprobado que el alto consumo en restaurantes y vehículos lujosos, son tomados en cuenta por los plagiarios quienes poseen cómplices encubiertos.
Un joven vendedor de autos quien permaneció secuestrado durante sábado y domingo reveló que una velada con la que pretendió consolidar una relación, terminó en su más traumática experiencia.
El comerciante de 29 años dijo que un grupo de hombres lo abordó cuando dejaba a su amiga en su casa ubicada en Terrazas del Ávila. Fue liberado después que sus captores certificaron que se trataba de un humilde trabajador que contaba con una cuenta de ahorros y un auto que adquirió de oportunidad. Su prometida declaró en el Cicpc que habían estado en un restaurante de Las Mercedes.
Horas más tarde llegó a la sede de la División Antiextorsión y Secuestros el profesor universitario Manuel Serrano de 42 años, para denunciar que sujetos armados lo habían secuestrado cuando dejaba a su novia en la urbanización Manzanares de Baruta. Dijo que los secuestradores lo habían dejado abandonado cerca del terminal del Nuevo Circo y que los plagiarios habían huido con su novia y su auto Mazda, adquirido recientemente con esfuerzo.
Los detectives simularon el pago de un rescate y lograron liberar a la dama. En un allanamiento posterior realizado en el sector La Cañada del 23 de Enero los funcionarios recuperaron el auto del docente así como también las tarjetas de crédito del vendedor de autos. En ambos casos, las víctimas habían estado en restaurantes del este.
La pesquisa posterior condujo a los investigadores a considerar que las víctimas fueron "entregadas" por inescrupulosos empleados de restaurantes que mantienen vínculos con bandas de secuestradores. Los registros del Cicpc refieren que de los 488 secuestros que se denunciaron en Venezuela durante el pasado año 57 ocurrieron en la capital, de los cuales 48% de las víctimas acababan de abandonar locales nocturnos.
El último trimestre del pasado año el director de la Policía Municipal de Baruta, comisario Wilfredo Borras ordenó realizar un detallado censo de empleados y mesoneros que laboraban en Las Mercedes. El registro tiene como propósito deslastrar a delincuentes que se ocultan detrás de un delantal.
El penalista y criminalista Mario Mármol, quien desde hace diez años se dedica a asesorar a víctimas del secuestro, dijo que en las investigaciones se ha comprobado que el alto consumo en restaurantes y vehículos lujosos, son tomados en cuenta por los plagiarios quienes poseen cómplices encubiertos.
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