Héctor Villalobos Ríos, patrullero, y Alfonso Aníbal Vásquez Ciro, agente, tienen cargos de homicidio agravado, tortura y privación ilegal de la libertad. La Fiscalía pidió pena de 60 años.
Un hombre de entre 25 y 35 años, cuya identidad no se ha podido establecer, fue golpeado con un bate de béisbol y posteriormente asesinado de un disparo en la cabeza el 9 de enero pasado.
Ese día, en la zona de Puente Aranda, unos 16 habitantes de la calle estaban parados en una esquina, esperando el bus que los lleva a los hogares de la Secretaría de Integración Social, donde les brindan alimentación, baño y lavado de su ropa.
Un camión de la Policía de placas 0BG 277 pasó por el lugar y subió allí a los indigentes con otras personas indocumentadas que habían encontrado en la calle. El grupo fue llevado a la UPJ y cuando los hombres eran bajados del camión, Héctor Villalobos Ríos, patrullero, y Alfonso Aníbal Vásquez Ciro, agente, le quitaron una cobija a uno de los indigentes.
El hombre se quejó y uno de los uniformados le propinó patadas y puños. Posteriormente fue esposado y subido nuevamente al camión por Villalobos Ríos, quien lo golpeó con un bate de béisbol.
Al bajarlo del vehículo para que ingresara de nuevo a la UPJ, el habitante de la calle se cayó al piso, debido a los empujones, y se dio un fuerte golpe en la cara.
Los uniformados no contaban con que el agente de la UPJ Juan Carlos Valdés les dijera que no les recibía al hombre golpeado de esa manera, lo que llevó a Villalobos y a Vásquez a llevárselo en el camión.
Los oficiales tomaron la vía a Choachí, por la avenida Circunvalar, y en el kilómetro 9 Villalobos asesinó al habitante de la calle con un impacto en la cabeza y le quitaron su ropa. El cuerpo fue dejado en el prado.
Pero ni Villalobos ni Vásquez contaban con que a un subintendente del CAI Mirador le pareciera sospechoso ver un camión de Puente Aranda por el sector y tanto subiendo como bajando a toda velocidad. El hombre, además, reconoció al conductor del vehículo, a quien había conocido en el desarrollo de su trabajo.
Tampoco con que habitantes de la zona encontraran el cadáver del indigente y avisaran al CAI solo cinco minutos después de los hechos.
El subintendente avisó a su superior y la Sijín, de inmediato, inició la búsqueda del camión, que fue encontrado en un lavadero del barrio Galán, en la carrera 60 con calle primera, donde le estaban limpiando las evidencias.
En ese lugar fue detenido Vásquez. Villalobos ya había huído de allí. Las autoridades también encontraron un proveedor que no era del arma de dotación de los uniformados, manchas de sangre y la ropa del indigente fallecido tirada en un caño cercano.
Héctor Villalobos Ríos aceptó los cargos y ya hizo un preacuerdo con la Fiscalía. La defensa de Alfonso Aníbal Vásquez Ciro manifiesta que este no participó en los hechos (no disparó ni le pegó al indigente fallecido).
El 19 de febrero, en los juzgados de Paloquemao, se dictará la sentencia.
JOHN MARCOS TORRES
Periodista Citynoticias
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