jueves, 29 de enero de 2009

VENEZUELA. Vigilante bancario ultimó a cajera y luego se quitó la vida


El hecho conmocionó a los empleados de la entidad (Venancio Alcázarez)

Empleados y clientes que aguardaban para ingresar a una agencia bancaria ubicada al final de la avenida Baralt fueron testigos del asesinato de una de las cajeras de la entidad, luego de que un vigilante le propinara tres impactos de bala y, posteriormente, se quitara la vida.

El hecho ocurrió la mañana de este miércoles, minutos antes de que se iniciaran las labores bancarias. Las víctimas quedaron identificadas como Ninoska Betzabeth Garzón, de 19 años, y Edgar Alexander Daniel Olivares, de 25.

El hombre, al parecer obsesionado por la dama, se le acercó y le disparó con su arma de reglamento, un revólver calibre .38, en tres oportunidades.

Tras cometer el crimen, Daniel Olivares subió hasta el segundo piso de la agencia y se quitó la vida, disparándose en la cabeza.

El terror se apoderó de los empleados, quienes inmediatamente llamaron a los efectivos de la Policía Metropolitana, pues intentaron salvarle la vida a la joven.

La entidad fue cerrada de inmediato, mientras los uniformados levantaban información acerca del hecho.

El director general del Cicpc, comisario Wilmer Flores Trosel, llegó al lugar y declaró que la joven fallecida había sido acosada por el vigilante en diversas oportunidades, y luego consumó el asesinato para quitarse la vida.

Detalló, además, que la joven había expuesto a sus compañeros de trabajo que el vigilante la tenía amenazada, pues quería unirse sentimentalmente con ella. "Le mandaba mensajes de texto y no la dejaba trabajar en paz", dijo Flores.

Familiares de la jovencita llegaron la lugar luego de que les notificaran del suceso. Su madre, destrozada, sólo pedía a Dios que no fuera su hija, pero tristemente lo fue.

En la reja de seguridad de la entidad se desplomó conmocionada. El llanto se apoderó de los deudos, quienes lograron indicar que la fallecida tenía un año laborando en la agencia bancaria como ejecutiva de ventas. Residía en El Paraíso con sus padres, un hermano de 15 años, y su pequeña hija, de apenas dos años.

"Ella estaba diciendo que la tenían amenazada, pero nunca pensamos que la situación sería tan grave. No sabemos si era ese hombre", detalló una amiga de la familia.

El vigilante tenía cinco meses laborando en la agencia bancaria. Uno de sus compañeros indicó que era una persona tranquila, pero que se la pasaba hablando con la joven cajera todos los días. "Nos sorprendimos cuando pasó todo esto", comentó. DRM

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