sábado, 31 de enero de 2009

VENEZUELA. Con tranca vial exigen justicia y paz tras crimen de quiosquero


Comerciantes y residentes de San Martín denuncian cinco robos diarios

Una paloma fue liberada en señal de paz (Venancio Alcázares)

El asesinato de Severo José Palacios Ponce, de 37 años, ocurrido el pasado miércoles 28 de enero en la avenida Principal de San Martín, generó que este viernes, antes del sepelio, familiares y residentes de la localidad realizaran una protesta colectiva para exigir, a viva voz, justicia y paz.

Desde las 10:45 minutos de la mañana, los conmocionados vecinos se reunieron frente al mercado municipal, debajo del puente La Araña, para pedir seguridad, pues aseguran que en la zona se cometen hasta cinco robos diarios.

En ese lugar, Palacios tenía un quiosco desde hacía 15 años. El pasado martes, tres sujetos se acercaron al comercio e intentaron despojarlo de las tarjetas telefónicas que vendía. Como logró salir airoso del asalto, los maleantes lo amenazaron de muerte, al indicarle que al día siguiente vendrían por él para ajustar cuentas.

Pese a la advertencia, Palacios continuó trabajando en el quiosco. El miércoles 21, a las 8:15 minutos de la mañana, tres hombres armados llegaron a bordo de dos motos. Palacios los reconoce y se aleja del local. El parrillero se bajó de la unidad y se le encimó pidiéndole nuevamente las tarjetas telefónicas.

El trabajador se negó y otro de los delincuentes le disparó desde la unidad.

Un disparo en la cabeza le segó la vida, pese a que dos amigos lo trasladaron hasta el hospital Militar.

Durante la manifestación, los presentes prendieron velas y le dieron el último adiós a Palacios. El féretro fue colocado frente al quiosco donde trabajaba. Allí, su hermana Félix, visiblemente afectado, liberó una paloma blanca en señal de su exigencia de paz en la zona.

"Mi hermano ya está muerto. No podemos hacer nada, sólo pedimos justicia por Dios", dijo llorando.

Palacios, quien llegó al país a los 19 años, era oriundo de Ecuador. Los deudos aseguran que era un hombre tranquilo y muy paciente. Nunca comentaba las cosas malas para no angustiar a nadie. "Él era muy amable y no fue justo su asesinato", dijo Margarita Palacios, su hermana.

Explicó, además, que este viernes Palacios cumpliría 38 años de vida. "El mismo día de su nacimiento tuvimos que enterrarlo", manifestó.

La protesta duró una hora y los presentes despidieron a Palacios cantándole cumpleaños.

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