viernes, 30 de enero de 2009

EU. Hallado muerto sospechoso de asesinato en el oeste de Miami-Dade


Un hombre que desde ayer estaba siendo buscado por el asesinato de una mujer de 24 años fue hallado muerto de un disparo, en lo que se cree se trata de un asesinato-suicidio.

Todo indica que el sujeto, Richard Oscar Moreno, de 25 años, se suicidó, dijo la policía, aunque la oficina del Médico Forense de Miami-Dade será quien haga una determinación final.

De acuerdo con la policía, Moreno mató a tiros a Paola Cañizares el martes por la noche, dejándola tirada en la calle de un barrio residencial en el oeste de Miami-Dade.

La descripción de Moreno fue dada a conocer por la policía, en tanto comenzaba la búsqueda.

La policía dijo que el motivo del presunto asesino para matar a Cañizares no se sabe con certeza.

Según los vecinos del área, se escucharon dos disparos a alrededor de las 9:45 p.m.

Segundos después, escucharon gritar a Cañizares, luego una pelea corta, y por ultimo cuatro disparos más. Los pocos vecinos que miraron por la ventana o salieron a ver qué ocurría, vieron un Infiniti FX35 de color negro escapar a toda velocidad del lugar.

Después de recibir varias llamadas al 911, la policía de Miami-Dade llegó y encontró a Cañizares muerta frente a una casa estilo townhouse cerca de la Avenida 130 y la 18 Terrace del SW. Un todoterreno negro –que posiblemente usó el asesino- estaba a pocas cuadras de distancia. Posteriormente la policía lo incautó para analizarlo.

Roy Rutland, portavoz de la policía de Miami-Dade dijo que no se sabía si Cañizares vivía o no en el barrio. Las autoridades creen que Moreno, conocido también como ''Kiki'' le disparó a Cañizares cerca de un camión para repartir almuerzos que estaba estacionado cerca, alcanzando al vehículo con algunos proyectiles.

Al parecer, la víctima corrió unos 80 pies hasta una casa. El hombre que vive en la vivienda, que no quiso se publicara su identidad, dijo que al escuchar los primeros tiros, tomó de la mano a su hijastro de 14 años y ambos corrieron a esconderse en una habitación trasera.

Segundos después, dijo el hombre, oyó a alguien que estremecía la puerta del frente de la casa, dos disparos más y los gritos angustiados de una mujer.

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