martes, 2 de diciembre de 2008

VENEZUELA. Asesinaron a un jugador de Los Criollitos en La Vega

El fin de semana murieron 53 caraqueños, según reportes del Cicpc

Altagracia Escalona, tía de los primos, desesperada, exigió justicia para la muerte de sus familiares (Fernando Sánchez)

La noticia corrió rápido por el callejón donde ambos vivían. Pero no lo suficiente como para que diera tiempo de llevarlos hasta un centro asistencial y poder así salvar su vida.

Los dos murieron de inmediato. Cuando llegaron hasta el hospital Miguel Pérez Carreño ya no había ni un ápice de vida en ninguno de los dos adolescentes.

Según recordó Esther Sozaya, la madre del joven de 14 años y tía del muchacho de 17 años, el sábado a las 4:15 de la tarde los dos salieron de su casa, ubicada en el callejón La Unión del barrio 1º de Mayo, en La Vega, rumbo a un puesto de teléfonos de alquiler que queda en la avenida principal del sector.

Cuando estuvieron fuera del callejón, a muy pocos metros de la entrada, un grupo de jóvenes arremetió contra los dos muchachos.

A los dos primos los acribillaron. Cada uno recibió más de cinco tiros sin contemplación alguna, y no porque ellos fueran parte de una banda rival sino porque era la manera de forzar a los integrantes del grupo que defienden el callejón a que salieran. Querían un enfrentamiento. Y es que desde hace ocho meses, según se pudo conocer, los miembros de la banda que llega hasta el callejón Unión juraron asesinar a todos los que allí viven para así vengar la muerte de uno de sus cómplices que, según dicen, fue tiroteado por uno de esos integrantes.

Pero el sábado, nadie salió a enfrentar a los tiradores. Ellos acribillaron a los muchachos de 14 y 17 años y huyeron.

Los moradores que vieron lo que pasó, avisaron a la familia. Todos corrieron hasta donde estaban los pequeños malheridos y se apuraron a llevarlos hasta el hospital Miguel Pérez Carreño, pero ya era tarde, los dos llegaron muertos.

Sanos y sin problemas Con vehemencia, Esther y su cuñada, Altagracia Escalona, repetían que tanto el joven de 14 años como el de 17 eran muchachos sanos, estudiantes, trabajadores y deportistas.

El chico de 14 años estudiaba segundo año de bachillerato en el liceo Pedro Fontes, en Montalbán, y además practicaba beisbol con la liga de Los Criollitos de Venezuela, así como en el IND. "Esa era su vida, jugar beisbol. Amaba ese deporte... tanto que cuando me lo entreguen lo voy a vestir con su uniforme de Criollito", repetía Esther, vencida por el llanto y aferrada a la gorra que usaba su hijo.

El niño era el menor de dos hermanos. "Esta es la primera vez que pierdo a un familiar en unas circunstancias como ésta... y claro que tengo miedo, pero voy a denunciar porque hay que parar esto. A la policía le pido que trabaje el caso y no lo engavete. Ni mi hijo ni mi sobrino eran malandros, sólo fueron víctimas de una rencilla que tiene ocho meses y en la que nada tenían que ver", agregó la mujer.

El muchacho de 17 años ya se había graduado de bachiller y recién había comenzado sus pasantías como técnico medio en Administración en la Clínica Loira.

"Él era muy responsable. Quería salir adelante... seguir estudiando. Era el mayor de tres hermanos y un verdadero ejemplo para su familia", recordaron con afecto sus tías.

Fin de semana rojo Los primos que murieron a tiros en La Vega fueron de los 54 que perdieron la vida en Caracas de forma violenta durante el fin de semana.

De acuerdo con las cifras ofrecidas por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas y Penales, desde las 8:00 a.m. del viernes hasta la misma hora del domingo se reportaron 41 muertes violentas. Desde esa hora hasta la misma del lunes ocurrieron otros 11 homicidios.

María Isoliett Iglesias
EL UNIVERSAL

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