Mataron a 5 personas en Caracas entre 8:00 pm del martes y 8:00 am del miércoles
Los amigos de Gil Alberto Canchica llegaron hasta donde lo mataron para acompañar a su viuda y darle apoyo mientras llegaba el Cicpc (Fernando Sánchez)
Los tres tiros detonaron fuerte. Tanto, que el eco retumbó en las casas aledañas y logró despertar, de un salto, a los vecinos del kilómetro 12 de El Junquito, quienes a las 5:14 de la mañana del miércoles aún dormían.
Un grito desgarrador fue lo que rompió el eco de las detonaciones. Era la esposa de Gil Alberto Canchica, de 37 años, que lo encontraba tendido al lado de su camión de mudanza desangrándose... cuando llegó, ya no pudo hacer hacer nada, Gil Alberto ya estaba muerto.
Isbelia Roque -ese es el nombre de la esposa del hombre asesinado- escuchó los tiros. Ella terminaba de arreglarse, mientras su esposo calentaba el motor del camión. Ambos pretendían salir juntos desde su casa, ubicada en Luis Hurtado, tal y como lo hacían siempre.
Él se le adelantó sólo unos minutos y fue cuando lo mataron. "No hubo tiempo de llevarlo para ningún lado. Yo salí cuando dejaron de sonar los tiros y lo encontré ya muerto. No reaccionaba. Estaba calentito, pero no respiraba", dijo Isbelia entre lágrimas, mientras esperaba a que llegaran las autoridades.
Los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas que llegaron al lugar para tomar los datos necesarios para comenzar con la investigación explicaron que la hipótesis que manejaban era la de la venganza o ajuste de cuentas, por como había ocurrido el hecho.
Y es que a Gil Alberto no lo atacaron para robarle. Incluso cayó a un lado del camión, luego de encenderlo y dejarle las llaves colocadas en la suichera.
Sin embargo, su esposa asegura que Gil Alberto no tenía enemigos. Ella es de las que cree firmemente que pretendieron robarle su camión.
Isbelia y Gil Alberto tenían una hija pequeña. En el momento en que los tres maleantes atacaron a Gil Alberto a una cuadra de su casa, la niña estaba en la casa. Ella, usualmente, se quedaba en casa con su nana porque ellos tenían que salir muy temprano.
Trabajo arduo Gil Antonio tenía 10 años dedicado a hacer mudanzas. Trabajaba por su cuenta y ofrecía servicios para Caracas y para el interior del país.
Manejaba un camión cava marca Pegaso, al lado del cual quedó muerto. Todos sus compañeros de trabajo, aunque sin dar sus nombres, explicaron que Gil era de los mejores amigos que podían tener. "Era una excelente persona", dijeron.
Muertes a granel Gil Alberto se sumó, según indicaron fuentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas a los cinco muertos que durante las doce horas que transcurrieron desde las 8:00 de la noche del martes hasta las 8:00 de la mañana del miércoles cayeron a tiros en la ciudad.
Esa fue la cantidad de ingresos que registró la morgue de Bello Monte durante ese tiempo.
Pero además es uno de los 281 cadáveres que fueron ingresados este mes a la medicatura forense para que se les practicara una autopsia. De ese total, explicaron extraoficialmente algunos de los trabajadores de la morgue, 85% murieron víctimas de la criminalidad.
Estos dos días, martes y miércoles, a esa dependencia han sido ingresadas 15 personas asesinadas. Por eso estiman que el próximo fin de semana, aunque de elecciones, será de los más violentos.
Un grito desgarrador fue lo que rompió el eco de las detonaciones. Era la esposa de Gil Alberto Canchica, de 37 años, que lo encontraba tendido al lado de su camión de mudanza desangrándose... cuando llegó, ya no pudo hacer hacer nada, Gil Alberto ya estaba muerto.
Isbelia Roque -ese es el nombre de la esposa del hombre asesinado- escuchó los tiros. Ella terminaba de arreglarse, mientras su esposo calentaba el motor del camión. Ambos pretendían salir juntos desde su casa, ubicada en Luis Hurtado, tal y como lo hacían siempre.
Él se le adelantó sólo unos minutos y fue cuando lo mataron. "No hubo tiempo de llevarlo para ningún lado. Yo salí cuando dejaron de sonar los tiros y lo encontré ya muerto. No reaccionaba. Estaba calentito, pero no respiraba", dijo Isbelia entre lágrimas, mientras esperaba a que llegaran las autoridades.
Los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas que llegaron al lugar para tomar los datos necesarios para comenzar con la investigación explicaron que la hipótesis que manejaban era la de la venganza o ajuste de cuentas, por como había ocurrido el hecho.
Y es que a Gil Alberto no lo atacaron para robarle. Incluso cayó a un lado del camión, luego de encenderlo y dejarle las llaves colocadas en la suichera.
Sin embargo, su esposa asegura que Gil Alberto no tenía enemigos. Ella es de las que cree firmemente que pretendieron robarle su camión.
Isbelia y Gil Alberto tenían una hija pequeña. En el momento en que los tres maleantes atacaron a Gil Alberto a una cuadra de su casa, la niña estaba en la casa. Ella, usualmente, se quedaba en casa con su nana porque ellos tenían que salir muy temprano.
Trabajo arduo Gil Antonio tenía 10 años dedicado a hacer mudanzas. Trabajaba por su cuenta y ofrecía servicios para Caracas y para el interior del país.
Manejaba un camión cava marca Pegaso, al lado del cual quedó muerto. Todos sus compañeros de trabajo, aunque sin dar sus nombres, explicaron que Gil era de los mejores amigos que podían tener. "Era una excelente persona", dijeron.
Muertes a granel Gil Alberto se sumó, según indicaron fuentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas a los cinco muertos que durante las doce horas que transcurrieron desde las 8:00 de la noche del martes hasta las 8:00 de la mañana del miércoles cayeron a tiros en la ciudad.
Esa fue la cantidad de ingresos que registró la morgue de Bello Monte durante ese tiempo.
Pero además es uno de los 281 cadáveres que fueron ingresados este mes a la medicatura forense para que se les practicara una autopsia. De ese total, explicaron extraoficialmente algunos de los trabajadores de la morgue, 85% murieron víctimas de la criminalidad.
Estos dos días, martes y miércoles, a esa dependencia han sido ingresadas 15 personas asesinadas. Por eso estiman que el próximo fin de semana, aunque de elecciones, será de los más violentos.
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