
Cicpc presume que homicidas son los que asesinaron a chofer de camión
La balacera comenzó de pronto y sin que diera tiempo de guarecerse. El grupo de maleantes arremetía contra un joven que procuraba huir del asalto que segundos antes intentaron propinarle. Querían robarle la moto.
Jonathan Javier Durán Brito, de 24 años, hizo lo que pudo para salvarse del robo, pero no le dio tiempo. Tres de los cuatro que lo rodearon para quitarle su Yamaha RX-115, de color rojo, año 2005 y placas ABK-509, desenfundaron sus pistolas y comenzaron, a las 6:35 de la mañana de este lunes, a disparar. Tres tiros alcanzaron a Jonathan por la espalda. Cada bala lo atravesó y salieron por su pecho. La embestida fue tan fuerte, que el joven, de inmediato y sin controlar las contorsiones obligadas por el impacto brusco de cada proyectil, perdió el control de la moto y derrapó en la vía.
Sobre el pavimento, justo en el sector Agua China de la carretera vieja Caracas-Los Teques, cayó el muchacho. Su cabeza fue la primera en rebotar sobre el suelo, por eso una herida abierta a un lado remató el total de lesiones de este trabajador del Metro de Caracas y miembro, además, de uno de los sindicatos, refirió una amiga que no quiso identificarse.
Pero él, que a esa hora iba rumbo a su trabajo, no fue la única víctima de la balacera, Lorena Rosales Aparicio, de 28 años, también cayó muerta al lado de su pequeño de cuatro años, a quien llevaba para el colegio. Una bala la alcanzó directo a la cabeza. El impacto, según comentaron quienes vieron lo que ocurría, fue tan duro que la desvaneció "en cuestión de segundos", repitieron. Ella cayó boca abajo. Su pequeño no entendía qué ocurría y asustado sólo alcanzó a entregarse a un llanto profundo y agobiante.
Lorena era licenciada en Enfermería, según quedó registrado en la minuta de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas adscritos a la subdelegación de Caricuao, y trabajaba en el hospital Miguel Pérez Carreño.
Una tercera víctima se suma a este tiroteo. Pero ésta logró sobrevivir.
A Henry Castro, de 50 años, lo alcanzó una bala en uno de su hombros, rasante. Le dejó un raspón incómodo.
Cuando quedó atrapado en medio del tiroteo, le dio tiempo de maniobrar para lanzarse al piso, por eso el proyectil sólo lo rasguñó. El hombre iba camino a su trabajo en la Clínica Popular de Caricuao.
Ladrones que ganan "fama" Los que dispararon lograron su cometido, cargar con la moto de Jonathan. Uno de los tres, cuando lo vio caer, se le acercó y tomó el vehículo y se lo llevó.
Los efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas ya tienen sus hipótesis preliminares en cuanto a posibles victimarios.
Presumen que puede tratarse de los mismos que el sábado en la noche quisieron robar al conductor del camión 350, tipo cava, que fue localizado sin vida pasadas las 10:30 de la noche.
Y es que ese homicidio ocurrido el sábado tuvo lugar muy cerca del sector Agua China de la carretera vieja Caracas-Los Teques.
Y los que interceptaron a José Manuel Arias, de 61 años, también andaban en moto.
Se trata, según las averiguaciones preliminares, de un grupo de por lo menos seis, todos motorizados.
Siempre andan en grupos de por lo menos tres. Su fuerte es el robo -de todo tipo- en esos predios de la carretera vieja Caracas-Los Teques.
Según indicaron los funcionarios de la policía científica, este grupo es nuevo. Y los recurrentes homicidios responden a la necesidad de ganar "fama" y "respeto" ante las comunidades aledañas y ante los ojos de los maleantes de la zona.
Jonathan Javier Durán Brito, de 24 años, hizo lo que pudo para salvarse del robo, pero no le dio tiempo. Tres de los cuatro que lo rodearon para quitarle su Yamaha RX-115, de color rojo, año 2005 y placas ABK-509, desenfundaron sus pistolas y comenzaron, a las 6:35 de la mañana de este lunes, a disparar. Tres tiros alcanzaron a Jonathan por la espalda. Cada bala lo atravesó y salieron por su pecho. La embestida fue tan fuerte, que el joven, de inmediato y sin controlar las contorsiones obligadas por el impacto brusco de cada proyectil, perdió el control de la moto y derrapó en la vía.
Sobre el pavimento, justo en el sector Agua China de la carretera vieja Caracas-Los Teques, cayó el muchacho. Su cabeza fue la primera en rebotar sobre el suelo, por eso una herida abierta a un lado remató el total de lesiones de este trabajador del Metro de Caracas y miembro, además, de uno de los sindicatos, refirió una amiga que no quiso identificarse.
Pero él, que a esa hora iba rumbo a su trabajo, no fue la única víctima de la balacera, Lorena Rosales Aparicio, de 28 años, también cayó muerta al lado de su pequeño de cuatro años, a quien llevaba para el colegio. Una bala la alcanzó directo a la cabeza. El impacto, según comentaron quienes vieron lo que ocurría, fue tan duro que la desvaneció "en cuestión de segundos", repitieron. Ella cayó boca abajo. Su pequeño no entendía qué ocurría y asustado sólo alcanzó a entregarse a un llanto profundo y agobiante.
Lorena era licenciada en Enfermería, según quedó registrado en la minuta de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas adscritos a la subdelegación de Caricuao, y trabajaba en el hospital Miguel Pérez Carreño.
Una tercera víctima se suma a este tiroteo. Pero ésta logró sobrevivir.
A Henry Castro, de 50 años, lo alcanzó una bala en uno de su hombros, rasante. Le dejó un raspón incómodo.
Cuando quedó atrapado en medio del tiroteo, le dio tiempo de maniobrar para lanzarse al piso, por eso el proyectil sólo lo rasguñó. El hombre iba camino a su trabajo en la Clínica Popular de Caricuao.
Ladrones que ganan "fama" Los que dispararon lograron su cometido, cargar con la moto de Jonathan. Uno de los tres, cuando lo vio caer, se le acercó y tomó el vehículo y se lo llevó.
Los efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas ya tienen sus hipótesis preliminares en cuanto a posibles victimarios.
Presumen que puede tratarse de los mismos que el sábado en la noche quisieron robar al conductor del camión 350, tipo cava, que fue localizado sin vida pasadas las 10:30 de la noche.
Y es que ese homicidio ocurrido el sábado tuvo lugar muy cerca del sector Agua China de la carretera vieja Caracas-Los Teques.
Y los que interceptaron a José Manuel Arias, de 61 años, también andaban en moto.
Se trata, según las averiguaciones preliminares, de un grupo de por lo menos seis, todos motorizados.
Siempre andan en grupos de por lo menos tres. Su fuerte es el robo -de todo tipo- en esos predios de la carretera vieja Caracas-Los Teques.
Según indicaron los funcionarios de la policía científica, este grupo es nuevo. Y los recurrentes homicidios responden a la necesidad de ganar "fama" y "respeto" ante las comunidades aledañas y ante los ojos de los maleantes de la zona.
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