viernes, 24 de octubre de 2008

VENEZUELA. Banda de asaltantes de quintas se afianza en calles de Alto Prado

En los últimos tres meses ha habido un promedio de 5 hurtos o robos mensuales


"¡Epa, qué pasa!, ¡qué!", gritaba el muchacho al tiempo que veía cómo el arma del hombre que estaba junto a su hermano se le hundía en la sien.

Los cuatro hombres insistían en que no les miraran a la cara. Los dos jóvenes no sabían qué hacer cuando de pronto la mascota, un golden retriever, comenzó a ladrarles a los hampones. Tanto escándalo dejó claro que no habría posibilidad de ejecutar el robo, así que uno de los asaltantes, justo antes de salir, le disparó en la pierna al muchacho de 23 años.

El joven tuvo fractura de fémur ocasionada por el disparo. El ataque ocurrió el 5 de octubre pasado en la avenida 6 de Alto Prado. Eran cerca de las 10 de la noche cuando el muchacho llegó a su casa, en la que estaba sólo con su hermano de 27 años, se bajó distraído de su camioneta y enfiló rumbo a la puerta, pero antes de entrar fue interceptado por cuatro sujetos que se habían bajado de una carro pequeño.

Quince años atrás, cinco disparos cambiaron la concepción de los vecinos de Alto Prado, que decidieron mudar la libertad de entrar y salir de sus casas por la opción de trancar las calles y procurar encerrarse en sus casas lo más posible. Un vecino fue herido en esa época, y desde entonces comenzó el uso de las garitas, llevando tranquilidad a la zona. Pero desde hace tres meses esa situación ha cambiado y han comenzado a registrarse unos cinco hurtos o robos a residencias, burlando incluso la seguridad que se supone brindan las empresas que prestan servicios en los accesos.

Belkis de Sacco, presidenta de la Asociación de Vecinos de Alto Prado, explica que en la urbanización hay 1.500 casas, dos conjuntos multifamiliares de townhouses y un edificio de unos 20 apartamentos.

Otro de los asaltos ocurrió hace menos de dos meses en la avenida Principal cuando sujetos entraron a la residencia de la familia un día de semana y amordazaron a la pareja y a sus niños y se llevaron todo lo que había, robándose además una camioneta en la que cargaron toda la mercancía.

Otra pareja fue víctima de un robo un domingo y cuando hacía la fiesta fue sorprendida por sujetos que la amordazaron y la dejaron atada.

Todas las víctimas coinciden en que los delincuentes parecen saber lo que hacen, pues operan de forma coordinada como si fueran un grupo comando.

Algunos vecinos han protestado por la seguridad, pues consideran que no se justifican estos robos si hay tantas garitas en cada una de las cuales hay dos cámaras de circuito cerrado.

Además, dicen que poco se puede pedir si las empresas de seguridad les pagan a los vigilantes apenas un sueldo mínimo. Sólo los residentes de la Asomeseta, que agrupa desde las avenidas 4 a la 7, y de la calle 5 a la 7A y la avenida Los Senderos, ahora no quieren pagar la seguridad y además están estudiando colocar seis cámaras por avenida y dos portones, uno en cada garita que además incluya una alarma, de tal forma que si un carro trata de pasar detrás de un vecino se dispara la alarma.

Sacco explica que para encerrarse no tiene sentido, porque bien te pueden agarrar antes de llegar a la reja. Aun si cada sector se está reuniendo para determinar qué recursos está dispuesto a costear. Pero considera que hay que implementar un plan conjunto con la policía, bien puede ser un punto de control o coordinar que la base del circuito cerrado esté en el módulo de Polibaruta.

Los residentes explican que sólo tres patrullas y dos motos de Polibaruta custodian el casco de Baruta, La Limonera, La Palomera, Manzanares, Lomas de Prados del Este y Alto Prado.

Pero mientras los nuevos sistemas llegan con un costo superior a los 40 millones de bolívares y las reuniones continúan, cada residente ha comenzado a evaluar instalar sistemas de seguridad en sus propias casas para encerrarse lo más posible.

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