martes, 23 de septiembre de 2008

VENEZUELA. Acribillan a dos hermanos dentro de un cyber café en Vargas

Un amigo que los acompañaba sobrevivió pues fingió que estaba muerto

Los cuerpos fueron llevados a la morgue de Bello Monte (FERNANDO SÁNCHEZ)

Catia La Mar.- Los tres jóvenes mantenían una posición invicta. Ataviados como un trío de policías se dedicaban a imponer la ley, pero esa disciplina no superaba los limites del computador. Allí ellos eran los reyes del Counter Strike. Justamente estaban en su rol policial cuando tres sujetos armados, ingresaron al cyber café en el que estaban jugando, y les dispararon en repetidas oportunidades.

Eran pasadas las ocho de la noche del lunes. Los hermanos Kevin David Morocaima Castro (17) y Rubén Alberto Morocaima Castro (19) llegaron al cyber de su barrio, junto a uno de sus amigos, Juan José Veñalez (18), para jugar, como de costumbre, a ser los policías.

Según narraron los encargados del local, ubicado en el sector La Roraima del barrio La Soublette, en Catia La Mar, a los cuerpos de seguridad; los hermanos Morocaima y su amigo estaban entretenidos cuando de pronto llegaron los tres asesinos armados y fueron directo a los tres jóvenes.

La lluvia de tiros -narraron testigos- hizo que todos los que estaban dentro del local, se lanzaran al piso o corrieran sin ninguna dirección. Pero era más fácil echarse al piso e intentar protegerse con las sillas, dijeron los encargados del establecimiento, porque el trío de homicidas estaban atravesados impidiendo la salida de sus víctimas y de quienes estaban a su alrededor.

Fuentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas del estado Vargas, informaron que el móvil que cobra más fuerza en la investigación es el del ajuste de cuentas.

Según declararon a la policía científica los testigos del crimen, el mayor de los hermanos Morocaima, abría salido del local y tras regresar le habría dicho a su hermano menor para irse, porque afuera habían unos muchachos que los estaban viendo con actitud sospechosa.

Pero Kevin no quiso darle importancia al alerta que le estaba haciendo su hermano mayor. Él insistía en quedarse a como diera lugar. Desde entonces, según los testigos, pasaron sólo unos minutos y entraron al establecimiento los tres sujetos que desde afuera del local, no les quitaban la mirada de encima.

Fueron más de treinta las detonaciones que se hicieron dentro del reducido local. El primero en caer fue el menor de los dos hermanos. Rubén, aún con varios tiros en su cuerpo, logró salir del establecimiento, pero sólo pudo llegar hasta poco después de la puerta, donde se desvaneció en el suelo. Sus vecinos lo alzaron y lo trasladaron hasta el Hospital Alfredo Machado, ubicado en la entrada del barrio. Allí murió pocos minutos después de su ingreso.

Adentro en el cyber, justo al lado del cuerpo, ya sin vida de Kevin, estaba el amigo que los acompañaba: Juan José Veñales, de 18 años. A pesar de que también recibió varios disparos por estar en la línea de fuego, logró salir con vida del local. Según dijo él mismo mientras lo trasladaban al hospital, fue gracias a que se había hecho el muerto, que logró sobrevivir.

Según el testimonio de los testigos, quienes arremetieron contra los hermanos y su amigo, son azotes del mismo barrio donde ocurrieron los hechos.

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