
MARÍA ISOLIETT IGLESIAS
EL UNIVERSAL
Los dos jóvenes, ya adentro del local y con armas en mano, gritaron fuerte y claro: "Todos quietos, esto es un asalto".
De inmediato y en medio de los gritos se abrieron paso hasta las cajas del reconocido local de comida rápida, ubicado en la entrada del barrio Chapellín, en La Florida, con el fin de cargar el dinero hecho durante todo el día de trabajo. Eran las 8:30 de la noche del domingo.
Justo en ese momento, el distinguido de la Policía Metropolitana Johan José Nieves, de 25 años, quien cenaba con su familia en ese local, decidió enfrentar a los dos maleantes y con arma en mano los encaró.
En el restaurante comenzó el tiroteo, según indicaron testigos a los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas adscritos a la Subdelegación de Simón Rodríguez, y continuó ya en la calle.
Justo en una de las esquinas cayó el primero de los maleantes y resultó herido el segundo. El efectivo también recibió tres heridas.
El primero en caer fue Luis Manuel Barbosa, de 20 años. Él murió de inmediato. Una cuadra más lejos, intentado huir, se desvaneció Giovanni Enrique Mendoza, de 21 años. A él sí lo pudieron llevar hasta el Hospital Periférico de Coche, pero a los pocos minutos de su ingreso murió.
El funcionario de la Policía Metropolitana también fue llevado a un centro asistencial, pero privado. Allí, en una clínica, convalece. Tres heridas lo mantienen de reposo: una en el pómulo derecho, otra en el mentón de ese mismo lado y la última en el brazo izquierdo. Está fuera de peligro.
Ese día el uniformado estaba franco de servicio. Está adscrito a la Comisaría Andrés Bello. según indicaron fuentes de ese mismo cuerpo de seguridad.
Los efectivos de la policía científica incautaron dos revólveres, uno de los cuales estaba solicitado, y la moto en la que llegaron los maleantes.
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