Es el fin de semana más violento pese a aplicación de plan Bicentenario
La docente Dulce María Oca lloró y denunció el asesinato de su menor hijo a manos de colectivos del 23 de Enero (Fernando Sánchez)
El ingreso de 55 víctimas del hampa a la medicatura forense de Bello Monte en sólo 36 horas provocó que los servicios colapsaran durante la mañana del domingo debido a la gran cantidad de deudos que reclaman los cadáveres para darles sepultura.
Los funcionarios encargados de realizar los trámites médico-legales pedían paciencia a los familiares debido al retraso mientras que la mayoría de los parientes rechazaban porque las empresas funerarias les ponen trabas para velar a las personas que han fallecido a consecuencia de disparos.
Para consolarlos, los policías les referían que se trataba del más sangriento fin de semana en lo que va de año; pero algunos dolientes les echaban en cara que la mortandad ocurría justo en el segundo fin de semana en que se puso en práctica la ambiciosa campaña policial denominada Plan Bicentenario de Seguridad.
La docente Dulce María Oca, subdirectora del plantel educativo Loma Baja, en Hoyo de la Puerta, protestó. "Además de que asesinaron a mi hijo menor, ahora tengo problemas para velarlo. Las funerarias no se atreven porque podría tratarse de algún malandro. Mi niño era una persona buena. Lo mataron miembros del colectivo que se denomina Los Rebeldes, en el bloque 52 de 23 de Enero".
A la voluntad de Dios
La profesora dijo que su hijo Daniel Martínez Oca, de 21 años de edad, recibió un disparo en el rostro. "Esa gente cada día mata a personas inocentes en nombre del Gobierno y la revolución. Le han dado mucho poder y los vecinos no denuncian porque le tienen miedo. ¡Qué descaro!, me dicen que estaban mirando cuando la policía llegó para recoger el cadáver. Yo viví ahí y me mudé porque robaron en mi casa". El joven era bachiller y pretendía estudiar Informática.
También en 23 de Enero fueron asesinados dos jóvenes e hirieron a otro para despojarlos de un teléfono Blackberry. La señora Ana Rondón dijo que su sobrino, Mardeivys Quiñones, de 21 años, cayó muerto junto a un amigo en el bloque 47. Las víctimas observaban una pelea de boxeo por televisión cuando llegaron los criminales.
"La verdad es que la delincuencia es algo sin control. Miren cómo está esta morgue abarrotada de cadáveres y de personas dolientes. El pueblo anda a la voluntad de Dios. Yo no veo ese Plan Bicentenario por ningún lado. Mi sobrino es un venezolano más que muere y no tenemos adónde acudir".
Juan Verdú denunció que su sobrino, Edinson Gómez (30), era una persona honesta que fue asesinado en San Agustín del Sur por negarse a ser despojado de sus pertenencias. "Trabaja en la Misión Barrio Adentro y yo también trabajo para el Gobierno. Hago un llamado al Presidente para que ponga mano dura. No es posible que esta morgue esté abarrotada con tantos muertos".
Gustavo Rodríguez
EL UNIVERSAL
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