La Policía cree que sujetos dispararon por accidente dentro de la carpa
Oriana Yoyote Villarroel estaba sentada a las 5:15 de la tarde del domingo en la parte más baja de las gradas del Nuevo Circo con su mamá, su hermana y su novio. Frente a ellos ya habían desfilado los actores presentándose, los músicos habían hecho su primera muestra, y ya se veían los malabaristas contando una historia. En medio del silencio del público un ruido, como el de una botella cuando la pisan, sonó de pronto. Oriana puso la cabeza sobre las rodillas, y Walter Yépez, su novio, se dio cuenta de que sangraba. Los vecinos de asiento se congregaron y el técnico de iluminación enfocó la escena, pero todos pensaron que se trataba de un ataque epiléptico. Oriana murió poco después, mientras la función continuaba.
La mamá de Oriana, Yumaira Villarroel, y la hermanita de quince años, corrieron a la puerta mientras Walter la llevaba en brazos. Un guardia nacional les impedía salir, pues decía que debían esperar una ambulancia. La colocaron en el piso, pero urgía ir a un hospital y Walter buscó un taxi y la llevaron para el Clínico. Al llegar ya había muerto; los médicos dijeron que la bala entró por la parte alta de la cabeza, era de bajo calibre y corto alcance.
"Allí estaba la Policía de Caracas, pero no revisan al entrar, son inútiles", comenta Yépez.
El joven recuerda que unas tres filas detrás había un grupo de muchachos, pero ellos no se fijaron. Los efectivos de la División contra Homicidios del Cicpc presumen que uno de ellos estaba manipulando un arma y disparó.
Además cuando la policía fue al sitio del suceso todo estaba alterado, pues la función siguió. Al parecer en la carpa no había orificio, pero este lunes, a la luz del sol, le realizaron nuevas experticias al lugar.
Oriana y su familia fueron el sábado al circo con unas entradas que había dado en el colegio una maestra que tiene un proyecto acerca del espectáculo circense. Pero a la joven le gustó mucho, y un amigo trapecista les regaló unas entradas más, y ellas decidieron volver el domingo. Esa mañana Oriana llamó a su novio y le pidió que las acompañara.
Un plan de vida
La mañana del lunes maestras y profesores rodeaban a Yumaira Villarroel, subdirectora del colegio Jesús Obrero de la zona F de 23 de Enero. Todos conocían a Oriana: "Una niña excepcional", dicen de ella.
Oriana creció en el bloque 29 de 23 de Enero. Gladys Gómez, maestra del Jesús Obrero, y amiga de la mamá de la chica, comenta: "Viven en un lugar donde hay tiros todos los días, y les pasa esto en el circo".
La chica, estudiante de primer semestre de Bibliotecología en la Universidad Central de Venezuela, ya había eximido cinco materias y le decía a su mamá: "yo quiero buscar trabajo". Pero Villarroel es conocida como una mujer de temple, que no la iba a dejar, pues crió a sus dos hijas con dedicación y para que estudiaran.
Además esperaba presentarse el 14 de junio de este año para estudiar Comunicación Social, al igual que su tía, Yira Yoyote, periodista de la Asamblea Nacional. Wilmer Yépez cuenta que iba a presentar con ella para estar juntos. Su hermanita dice que muchos planes quedaron pendientes, entre ellos el viaje a Disney que su papá les había regalado a las dos por sus cumpleaños y que harían con su tía el próximo 13 de febrero.
Laura Dávila Truelo
EL UNIVERSAL
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