sábado, 10 de octubre de 2009

VENEZUELA. Acribillaron a un joven tras suplicar ayuda a unos policías

La víctima, de 22 años, salía de una discoteca en la avenida Libertador

Al menos diez disparos recibió el joven Luis Enrique Pabón tras solicitar ayuda en un módulo policial (Venancio alcásarez)

Un joven de 22 años fue asesinado a tiros en la avenida Libertador luego que abandonara una discoteca y suplicara ayuda en un módulo policial.

A las 5:20 de la mañana del viernes Luis Enrique Pabón, de 22 años de edad, acompañado de su novia, Karen Villarreal, de 23 años, esperaba un taxi entre las avenidas Libertador y Los Samanes, parroquia El Recreo.

Repentinamente llegaron tres sujetos a bordo de una camioneta Toyota, modelo Autana, y comenzaron a dispararle.

La víctima, herida, corrió hasta el módulo policial situado a un lado del hotel Crillón, donde se refugió. Sin embargo, sus homicidas lo siguieron.

Allí se percató de que sus agresores mostraron unas credenciales a los policías de guardia y decidió huir. Cruzó nuevamente la avenida Libertador e intentó refugiarse en la planta baja de un edificio invadido por policías. Los testigos contaron que dos hombres lo alcanzaron, lo acribillaron y después se marcharon.

"Para qué vamos a denunciar si no vamos a obtener justicia", dijo un primo del infortunado joven, quien solicitó reservar su identidad. Pabón vivía en la urbanización Sarría y su novia en Pinto Salinas. Trabajaba en una herrería propiedad de su padre. La joven Villarreal recibió un disparo rasante en el brazo derecho. Corrió y logró ocultarse. Ahora teme por su vida. Cree que puede correr la misma suerte que su novio, pues es la principal testigo del crimen.

Algunos parientes del fallecido trabajador denunciaron a un funcionario del Cicpc, apodado "Thor". "Él estaba amenazado. Esos funcionarios llegan al barrio, les quitan 20 mil bolívares a los delincuentes y después los dejan para que sigan robando y matando".

Testigos refirieron que en el momento cuando los criminales huían llegaron unos funcionarios de la Policía Metropolitana en un Chevrolet Corsa y sostuvieron un ligero intercambio de disparos. Vieron que la camioneta subió en sentido hacia la Cota Mil.

Residentes de la invadida edificación dijeron contar con el número de una patrulla policial que pasó por el lugar mientras remataban al joven, pero los tripulantes hicieron caso omiso de lo ocurrido y continuaron rumbo hacia Plaza Venezuela.

Local violento

Las víctimas habían compartido en la discoteca Vía Escape, situada en el centro comercial Los Cedros. Caminaron por la avenida Los Samanes y se pararon en una plazoleta, ubicada frente a la avenida Libertador.

"Mi primo era una persona sana y honrada. Pedimos que lo investiguen. Nunca había matado ni a una hormiga y ahora la policía lo va a poner como un diablo. Así anda la Justicia en este país", señaló Carlos Pabón. Otro familiar señaló que dentro del módulo policial quedaron rastros de sangre, aunque en las próximas horas esas evidencias podrían ser borradas.

Los padres del joven asesinado llegaron al lugar. Se abstuvieron de hacer algún comentario.Fueron citados para tomarles declaración en la Subdelegación Simón Rodríguez, junto a la sobreviviente.

Luis Pérez, vecino de la zona, dijo que en ese local nocturno suelen ocurrir hechos de sangre. "Ahí van como diez muertos y eso es un peligro para cualquiera de nosotros", dijo.

Los lugareños sostienen que en horas de la madrugada se escuchan detonaciones y gritos. La mayoría de los clientes son personas que provienen de Sarría, Los Manolos y Pinto Salinas. Dijeron que aunque en el negocio se prohíbe el ingreso de armas de fuego, algunas personas logran colar una pistola camuflada en la cartera o en el bolso de una mujer.

Por ello instaron a las autoridades a incrementar el patrullaje policial, pues allí pululan los llamados robabusetas.

Gustavo Rodríguez
EL UNIVERSAL

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