sábado, 10 de octubre de 2009

ARGENTINA. Brutalmente golpeada en su casa durante un asalto en plena mañana

Fue en la vivienda de una profesora de tenis y una estudiante de Odontología. Los ladrones ingresaron con una ganzúa. La alumna universitaria terminó hospitalizada.


Si no se trata de un hecho azaroso, se podría pensar que estamos en presencia de la "banda de las llaves", que ingresa a las casas utilizando llaves ganzúa.

Es lo que les pasó a las amigas Mariela Cardone (32) y Laura Rocco (44), quienes comparten una casa ubicada en Bajada de Arrollabes 3001 en la Cuarta Sección.

En la mañana de ayer, dos sujetos armados entraron utilizando una llave y rompiendo de una patada la resistencia de cadena que permite una parcial apertura para ver quién llama.

Los ladrones de entre 40 y 45 años, uno de ellos de grueso físico y 1,85 m de estatura, la emprendieron a golpes contra Mariela, que fue a la primera que encontraron.

La otra moradora, Laura, estaba en el baño y cuando salió, alertada por los gritos de su amiga, fue reducida y atada a una silla.

La parte más difícil de esta odisea la vivió Mariela. Los golpes que le propinaron en la cara le produjeron hematomas y una posible fisura del mentón, lesiones de las que se reponía en la clínica Asistir de calle Alem, tras ser derivada allí desde hospital Luis Lagomaggiore.

Conmocionada por lo ocurrido, prefirió no hablar con Los Andes, pero sí lo hizo Laura, profesora particular de tenis, y alguna vez integrante del circuito mendocino de ese deporte.

"Estuvieron alrededor de 25 minutos, fueron muy violentos, exigían plata, pero la verdad que no teníamos; por un momento temimos que nos mataran por el estado de arrebato que exhibían".

Finalmente los ladrones se fueron llevándose una mochila en la que había instrumental de odontología, ya que Mariela es estudiante de esa disciplina en la Universidad de Mendoza. También se hicieron de unas zapatillas y de un celular.

Sangre

En uno de los ambientes cercanos al ingreso de la propiedad había manchas de sangre, evidencia del castigo sufrido por la menor de las ocupantes de la casa.

Aparentemente los delincuentes habían estado haciendo sondeos el día anterior, preguntando por el posible alquiler de la casa. Además, para encubrir o disimular el propósito de asalto, los sujetos se desplazaban con una escalera y un bolso, como aparentando ser operarios convocados para una determinada tarea.

Por otra parte, las chicas temieron por la suerte de sus perros, que estaban en el patio y ladraban con excitación. "De haber entrado adonde estábamos, seguro que los mataban", acotó Laura.

Consultados algunos vecinos sobre la condición de la zona, señalaron que no escapa a los parámetros de inseguridad del Gran Mendoza. "Por Arrollabes pasa mucha gente, de a pie, en bicicleta o en carretelas, en dirección a la ciudad o de regreso a Las Heras", comentaron.

La madre de Mariela llegó a la casa de las víctimas probablemente cuando adentro se encontraban los dos intrusos. La señora, todavía compungida por el suceso, contó en el centro médico donde atendían a su hija que alrededor de la hora del atraco (aproximadamente las 10.30 de la mañana), ella golpeó la puerta.

Al no recibir respuesta, pensó que no había nadie y se fue con la idea de volver o llamar por teléfono. Minutos más tarde se enteraba de la desagradable situación.

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