Claro que los lentos procesos judiciales terminaron beneficiando al asesino, quien en 2003 recuperó su libertad, tras haber pasado dos años en prisión sin proceso alguno. Pese a todo, se comenzó el juicio y se lo condenó a prisión perpetua por "homicidio agravado por ensañamiento y alevosía", aunque siguió libre durante la apelación.
Finalmente, cuando la Corte Suprema de la Nación ratificó la condena, la Policía fue a buscarlo a su casa, pero Marcovich ya no estaba.
Así pasaron los años, casi seis para ser precisos, hasta que un informante le indicó a la Policía de Tucumán que el prófugo estaba en Neuquén. Después de varias averiguaciones, la fuerza de seguridad detuvo al individuo, quien trabajaba como cosechero de fruta en El Chañar, a 70 kilómetros de la capital de esa provincia, donde vivía junto a una porteña más joven que él, publicó el diario Clarín.
Finalmente, cuando la Corte Suprema de la Nación ratificó la condena, la Policía fue a buscarlo a su casa, pero Marcovich ya no estaba.
Así pasaron los años, casi seis para ser precisos, hasta que un informante le indicó a la Policía de Tucumán que el prófugo estaba en Neuquén. Después de varias averiguaciones, la fuerza de seguridad detuvo al individuo, quien trabajaba como cosechero de fruta en El Chañar, a 70 kilómetros de la capital de esa provincia, donde vivía junto a una porteña más joven que él, publicó el diario Clarín.
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