En Caracas roban al día 15 motos, todas a mano armada; el que rehúse es asesinado
Tener una moto en Caracas es viajar con el peligro de parrillero. Y es que los que tienen una están expuestos a mucho, hasta a morir a tiros. Ya en la ciudad, según cifras de la División de Estadísticas del Cicpc, han sido asesinados, hasta ayer, 71 motorizados que se resistieron al robo de su vehículo durante 2009.
Al cierre de esta edición, la última de las víctimas caídas por negarse a entregar su moto fue Enderson Castillo. Él tenía 19 años. El sábado, a eso de las 7:05 de la noche, Enderson regresaba a su hogar. Transitaba por la calle Principal de La Bombilla, sector San José.
Allí, a pocas calles de su casa, dos jóvenes que iban a pie lo interceptaron para robarle la moto, pero Enderson, según le contaron a Reina Caraballo, su mamá, trató de esquivarlos. Los dos jóvenes comenzaron a dispararle. Uno de los proyectiles lo alcanzó directamente al estómago, pero no lo tumbó. Así que Enderson aceleró y trató de huir. Llegó hasta un módulo de la Guardia Nacional y allí murió. Pero esta no es la primera vez que a Reina le toca llorar a un hijo asesinado. El 1 de julio de 2007 fue su primera vez. Ese día le asesinaron a uno de sus hijos mayores. Para ese momento, Diego Castillo tenía también 19 años. Lo asesinaron, igualmente, para robarle su moto.
A granel
El problema se repite en toda Caracas y con una frecuencia abrumadora. Los robos de motos se reportan a diario. Según cifras del Cicpc, 15 motocicletas son robadas en promedio a diario en Caracas. Es decir que durante 2009, sólo en Caracas se han registrado 2.160 robos de moto, aproximadamente.
"Esas son las que se reportan, pues hay un número de robos indeterminado aún. Se trata de motorizados que no denuncian porque saben que compraron un vehículo robado o porque, aunque no son robadas, prefieren pagar rescate", explicó un policía que prefirió mantener su nombre en reserva.
Los puntos más vulnerables para los motorizados son: Autopista Francisco Fajardo a la altura de La California, Los Cortijos, Los Ruices, El Marqués, Jardín Botánico, Hornos de Cal, Caricuao y Antímano; también se convirtieron en peligrosas guillotinas las avenidas Páez, en El Paraíso; Teherán, en Montalbán; La Paz, en El Paraíso; la Boyacá (Cota Mil), la redoma de Petare, la de La Urbina y la Río de Janeiro, según las denuncias que figuran en el Cicpc.
Las razones
El auge de robos de motos repuntó, según demuestran las estadísticas del Cicpc, desde finales de 2006. Desde entonces, cuando empezaba el auge de los mototaxistas -debido al cerrado tráfico de todas las arterias viales, ya no sólo en las horas pico-, llegaron cantidad de motos chinas cuyos costos eran muy bajos y fueron varios los que decidieron obtener una; representaban un trabajo "seguro" y desplazamientos rápidos. Fue tanta la demanda, y tan exigente la asignación de dólares oficiales para importar, que la oferta de repuestos se volvió "muy escasa"; así que comenzaron a crearse mafias para robar motos (las que estuvieran más nuevas) para revender los repuestos que eran indispensables para que el vehículo siguiera operativo: cadenas, coronas, piñones (estos últimos insustituibles, pues son los que hacen que funcione el motor, el arranque y el caucho trasero), manillas de freno, croche, cambios de luces, guaya aceleradora, faros y cauchos traseros.
Todos deben ser sustituidos cada nueve meses o un año. "Son muy caros y a veces no los conseguimos. Entonces, muchos mandan a buscar repuestos con choros, y ahí es donde nos matan, o nos quedamos sin instrumento de trabajo, eso si se tiene mucha suerte", dijo Joel Hernández, un motorizado. Otros sencillamente terminan como dos de los cuatro hijos de Reina, muertos por defender su moto.
Al cierre de esta edición, la última de las víctimas caídas por negarse a entregar su moto fue Enderson Castillo. Él tenía 19 años. El sábado, a eso de las 7:05 de la noche, Enderson regresaba a su hogar. Transitaba por la calle Principal de La Bombilla, sector San José.
Allí, a pocas calles de su casa, dos jóvenes que iban a pie lo interceptaron para robarle la moto, pero Enderson, según le contaron a Reina Caraballo, su mamá, trató de esquivarlos. Los dos jóvenes comenzaron a dispararle. Uno de los proyectiles lo alcanzó directamente al estómago, pero no lo tumbó. Así que Enderson aceleró y trató de huir. Llegó hasta un módulo de la Guardia Nacional y allí murió. Pero esta no es la primera vez que a Reina le toca llorar a un hijo asesinado. El 1 de julio de 2007 fue su primera vez. Ese día le asesinaron a uno de sus hijos mayores. Para ese momento, Diego Castillo tenía también 19 años. Lo asesinaron, igualmente, para robarle su moto.
A granel
El problema se repite en toda Caracas y con una frecuencia abrumadora. Los robos de motos se reportan a diario. Según cifras del Cicpc, 15 motocicletas son robadas en promedio a diario en Caracas. Es decir que durante 2009, sólo en Caracas se han registrado 2.160 robos de moto, aproximadamente.
"Esas son las que se reportan, pues hay un número de robos indeterminado aún. Se trata de motorizados que no denuncian porque saben que compraron un vehículo robado o porque, aunque no son robadas, prefieren pagar rescate", explicó un policía que prefirió mantener su nombre en reserva.
Los puntos más vulnerables para los motorizados son: Autopista Francisco Fajardo a la altura de La California, Los Cortijos, Los Ruices, El Marqués, Jardín Botánico, Hornos de Cal, Caricuao y Antímano; también se convirtieron en peligrosas guillotinas las avenidas Páez, en El Paraíso; Teherán, en Montalbán; La Paz, en El Paraíso; la Boyacá (Cota Mil), la redoma de Petare, la de La Urbina y la Río de Janeiro, según las denuncias que figuran en el Cicpc.
Las razones
El auge de robos de motos repuntó, según demuestran las estadísticas del Cicpc, desde finales de 2006. Desde entonces, cuando empezaba el auge de los mototaxistas -debido al cerrado tráfico de todas las arterias viales, ya no sólo en las horas pico-, llegaron cantidad de motos chinas cuyos costos eran muy bajos y fueron varios los que decidieron obtener una; representaban un trabajo "seguro" y desplazamientos rápidos. Fue tanta la demanda, y tan exigente la asignación de dólares oficiales para importar, que la oferta de repuestos se volvió "muy escasa"; así que comenzaron a crearse mafias para robar motos (las que estuvieran más nuevas) para revender los repuestos que eran indispensables para que el vehículo siguiera operativo: cadenas, coronas, piñones (estos últimos insustituibles, pues son los que hacen que funcione el motor, el arranque y el caucho trasero), manillas de freno, croche, cambios de luces, guaya aceleradora, faros y cauchos traseros.
Todos deben ser sustituidos cada nueve meses o un año. "Son muy caros y a veces no los conseguimos. Entonces, muchos mandan a buscar repuestos con choros, y ahí es donde nos matan, o nos quedamos sin instrumento de trabajo, eso si se tiene mucha suerte", dijo Joel Hernández, un motorizado. Otros sencillamente terminan como dos de los cuatro hijos de Reina, muertos por defender su moto.
María Isoliett Iglesias
EL UNIVERSAL
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