domingo, 29 de marzo de 2009

VENEZUELA. Reportan al menos 36 casos de secuestros express en Baruta


Número de casos no denunciados supera 90%, según grupos de vecinos

Garitas y mecanismos de vigilancia son importantes para prevenir el flagelo del secuestro express, pero no suficientes (Venancio Alcázares)


Ricardo Marrero no se percató de la camioneta aparcada tan cerca de la garita. Pero no tardó en darse cuenta de quiénes se trataba: los sujetos lo interceptaron y se lo llevaron antes de que cruzara la entrada de la calle en Prados del Este para buscar a su hijo pequeño que le esperaba en casa de un amigo con el que estudiaba.

Marrero, vecino de Colinas de Valle Arriba, pasó dos días en cautiverio. Él no supo dónde estaba, pero recuerda que en la casa en la que lo mantuvieron unas horas había otras personas secuestradas que permanecían en las demás habitaciones.

Marrero -su identidad fue cambiada para protegerlo- es uno de las decenas casos de secuestros express que se han registrado en los últimos tres meses en Baruta. Más de 90% de ellos no han sido reportados a las autoridades por el temor a volver a ser víctimas y a la información que los delincuentes poseen de ellos y sus familias.

Según las asociaciones de vecinos, las urbanizaciones donde ha habido más casos reportados son Santa Fe, Colinas de Valle Arriba y Colinas de Bello Monte. En las demás hay muy poco conocimiento de éstos, pues la gente ha decidido mantenerlos en silencio.

John Zubizarreta, presidente de la Asociación de Vecinos de Colinas de Valle Arriba, explica que no ha habido denuncias y por ello es muy difícil precisar lo que está pasando, aunque ha conocido de unos tres casos en las últimas semanas. Estima que la denuncia es sustancial para que Polibaruta pueda hacer su trabajo, aunque sólo sea para explicar el modus operandi. Xiomara Scovino, presidenta de la Asociación de Vecinos de Prados del Este, dice que aunque ellos no registran casos donde se hayan llevado a las personas, ella misma ha sido seguida por sujetos de fuera de la urbanización. Para Scovino, las casetas de vigilancia en la urbanización inhiben a los secuestradores pero no a los delincuentes que se meten a robar en las residencias.

Lorena Nieto, miembro de la Asociación de Vecinos de Manzanares, explica que ellos han sabido de cuatro secuestros express en las últimas semanas, dice que esperan mayor presencia de patrullaje y la policía requiere de más recursos para eso.

Elsa Salazar, de la Asociación de Vecinos de Caurimare, dice que la inseguridad ha crecido mucho en los últimos meses. En Cumbres de Curumo la situación no es diferente. Yolanda Ferrer explica que ellos han tenido conocimiento de varios de estos casos; "la gente tiene que cuidarse porque no tiene custodia privada". Explica que la presencia de la policía se ha incrementado en las salidas de la urbanización, y aun así falta apoyo de las autoridades, pues los casos se siguen presentando.

Nastra Abdula, presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Fe, en donde en el último mes se han registrado al menos 12 secuestros conocidos, explica que ellos están trabajando en el anteproyecto de instalación de cámaras de seguridad, y para ello esperan contar con el apoyo de la Gobernación de Miranda, que tiene una partida destinada para los consejos comunales.

Según han explicado los vecinos, el alcalde de Baruta, Gerardo Blyde, ha sostenido reuniones con los vecinos comprometiéndose a proteger la identidad de las víctimas y a intermediar con las autoridades de la policía de investigación para que se investiguen estos casos.

En los últimos meses vecinos y representantes comunales de Baruta han conocido de 36 casos de secuestros express. En ocasiones los victimarios parecen tener conocimientos especializados sobre armas y procedimientos como los funcionarios policiales.

Por ello el miedo ha crecido entre las víctimas, que se niegan a denunciar, lo que ha llevado a las asociaciones de vecinos a idear sistemas para proteger a las comunidades, a veces insuficientes contra delincuentes que, tal como le aseguraron a algunas de las víctimas, están "haciendo su trabajo".


Laura Dávila Truelo
EL UNIVERSAL

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