Le habían pegado una patada en la cabeza.
Se trata del teniente Adolfo Villalba. Tenía 49 años y vivía en Los Hornos. El 12 de septiembre resultó herido en un procedimiento. Un sujeto lo golpeó salvajemente. El uniformado estaba arrodillado colocándole las esposas a un sospechoso. Estuvo en coma desde aquella jornada
Un policía bonaerense murió ayer tras agonizar por más de seis meses luego de haber sido atacado de una patada en la cabeza por un sujeto de 31 años en un procedimiento policial ocurrido en la terminal de ómnibus de La Plata. Se trata del teniente Adolfo Omar Villalba (49), quien trabajaba como chofer en el ministerio de Seguridad, pero continuaba prestando servicios adicionales en jurisdicción de la comisaría Segunda. En eso estaba el último 12 de septiembre, cuando pasó todo.
El hijo de la víctima, Sergio Villalba (26) dio detalles del caso a Trama Urbana. "Mi papá estaba a cargo de supervisar la seguridad en la terminal. Ese día, cerca de las 20, mi vio a dos hombres que querían abordar un micro de la empresa Plaza y generaban disturbios. Así que los bajó", recordó.
Según informó una fuente policial, Villalba redujo a uno de los sospechosos, identificado como Rodrigo Emmanuel Chamorro (21), a quien lo hizo acostarse boca abajo. Cuando el policía se arrodilló para esposarlo, el segundo hombre le aplicó una patada en la cabeza, que lo derribó al piso.
El agresor escapó luego corriendo, pero fue perseguido hasta diagonal 74 entre 40 y 41, donde lo detuvieron.
La policía identificó a este segundo sospechoso como Juan Eduardo Chamorro (31), hermano del que estaba esposando Villalba.
El policía fue trasladado en grave estado al Hospital Rossi de La Plata, donde lo operaron de una "contusión cerebral frontal izquierda" y debieron colocarle un sensor de presión endocraneal. "Desde que recibió la salvaje agresión, mi papá nunca recobró la consciencia. Para colmo, la ART (Aseguradora de Riesgo de Trabajo) ordenó que lo trasladasen por varias clínicas de rehabilitación de Capital Federal y Adrogué, casi todas sin tomógrafos, hasta que hace tres días lo derivaron al hospital Italiano de La Plata", explicó Gabriela Villalba, de 28 años, la hija mayor de la víctima.
Adolfo falleció a las 3 de la madrugada de ayer, luego de sufrir una más de las decenas de descompensaciones que le tocó padecer desde aquel 12 de septiembre. "Siempre estuvo en terapia intensiva -apuntó Gabriela-; el mayor progreso que tuvo fue que algunos días logró abrir los ojos. Pero hasta tuvieron que sacarle los glúteos porque se le escamaron. Y encima tuvo que superar una meningitis, una neumonía y tenía medio cuerpo parapléjico". Sergio no ocultó su malestar con la ART. "Se demoraron semanas en conseguir elementos indispensables para que mejorara la salud de mi padre", denunció.
En septiembre, los dos sospechosos fueron acusados de "resistencia a la autoridad, lesiones graves y amenazas", pero recuperaron la libertad ya que se trataba de delitos excarcelables. Ahora la cosa cambió. Y la UFI N´ 2 dispuso detener al presunto agresor, lo que todavía no se concretó.
Un compañero de la fuerza comentó: "Villalba siempre estuvo en comisarías, patrullando las calles, haciendo operativos. Se cansó de que no lo ascendieran, de vivir en peligro, y eligió un lugar más tranqui, como es el ministerio". Pero tuvo que seguir con las horas Polad. Y ahí encontró la muerte.
Los restos del policía serán trasladados hoy, a las 8.30, desde la cochería "Río Sepelios", de 24, 45 y 46, hacia el Cementerio Privado "Parque de la Gloria", en Berazategui, donde se realizará la inhumación.
Villalba vivía desde hace años en 52 entre 154 y 155. Estaba casado con Hilda Beatriz Celie (49), con quien tuvo cuatro hijos: Gabriela (28), Sergio (26), Marcos (16) y Víctor (14). Los dos hijos mayores le dieron cuatro nietos de 8, 5 y un año y un bebé de 8 meses.
Se trata del teniente Adolfo Villalba. Tenía 49 años y vivía en Los Hornos. El 12 de septiembre resultó herido en un procedimiento. Un sujeto lo golpeó salvajemente. El uniformado estaba arrodillado colocándole las esposas a un sospechoso. Estuvo en coma desde aquella jornada
Un policía bonaerense murió ayer tras agonizar por más de seis meses luego de haber sido atacado de una patada en la cabeza por un sujeto de 31 años en un procedimiento policial ocurrido en la terminal de ómnibus de La Plata. Se trata del teniente Adolfo Omar Villalba (49), quien trabajaba como chofer en el ministerio de Seguridad, pero continuaba prestando servicios adicionales en jurisdicción de la comisaría Segunda. En eso estaba el último 12 de septiembre, cuando pasó todo.
El hijo de la víctima, Sergio Villalba (26) dio detalles del caso a Trama Urbana. "Mi papá estaba a cargo de supervisar la seguridad en la terminal. Ese día, cerca de las 20, mi vio a dos hombres que querían abordar un micro de la empresa Plaza y generaban disturbios. Así que los bajó", recordó.
Según informó una fuente policial, Villalba redujo a uno de los sospechosos, identificado como Rodrigo Emmanuel Chamorro (21), a quien lo hizo acostarse boca abajo. Cuando el policía se arrodilló para esposarlo, el segundo hombre le aplicó una patada en la cabeza, que lo derribó al piso.
El agresor escapó luego corriendo, pero fue perseguido hasta diagonal 74 entre 40 y 41, donde lo detuvieron.
La policía identificó a este segundo sospechoso como Juan Eduardo Chamorro (31), hermano del que estaba esposando Villalba.
El policía fue trasladado en grave estado al Hospital Rossi de La Plata, donde lo operaron de una "contusión cerebral frontal izquierda" y debieron colocarle un sensor de presión endocraneal. "Desde que recibió la salvaje agresión, mi papá nunca recobró la consciencia. Para colmo, la ART (Aseguradora de Riesgo de Trabajo) ordenó que lo trasladasen por varias clínicas de rehabilitación de Capital Federal y Adrogué, casi todas sin tomógrafos, hasta que hace tres días lo derivaron al hospital Italiano de La Plata", explicó Gabriela Villalba, de 28 años, la hija mayor de la víctima.
Adolfo falleció a las 3 de la madrugada de ayer, luego de sufrir una más de las decenas de descompensaciones que le tocó padecer desde aquel 12 de septiembre. "Siempre estuvo en terapia intensiva -apuntó Gabriela-; el mayor progreso que tuvo fue que algunos días logró abrir los ojos. Pero hasta tuvieron que sacarle los glúteos porque se le escamaron. Y encima tuvo que superar una meningitis, una neumonía y tenía medio cuerpo parapléjico". Sergio no ocultó su malestar con la ART. "Se demoraron semanas en conseguir elementos indispensables para que mejorara la salud de mi padre", denunció.
En septiembre, los dos sospechosos fueron acusados de "resistencia a la autoridad, lesiones graves y amenazas", pero recuperaron la libertad ya que se trataba de delitos excarcelables. Ahora la cosa cambió. Y la UFI N´ 2 dispuso detener al presunto agresor, lo que todavía no se concretó.
Un compañero de la fuerza comentó: "Villalba siempre estuvo en comisarías, patrullando las calles, haciendo operativos. Se cansó de que no lo ascendieran, de vivir en peligro, y eligió un lugar más tranqui, como es el ministerio". Pero tuvo que seguir con las horas Polad. Y ahí encontró la muerte.
Los restos del policía serán trasladados hoy, a las 8.30, desde la cochería "Río Sepelios", de 24, 45 y 46, hacia el Cementerio Privado "Parque de la Gloria", en Berazategui, donde se realizará la inhumación.
Villalba vivía desde hace años en 52 entre 154 y 155. Estaba casado con Hilda Beatriz Celie (49), con quien tuvo cuatro hijos: Gabriela (28), Sergio (26), Marcos (16) y Víctor (14). Los dos hijos mayores le dieron cuatro nietos de 8, 5 y un año y un bebé de 8 meses.
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