En horas de la mañana de hoy, segundos después que una jueza de circuito de Broward le ordenó que tenía que volver a la cárcel, un hombre escapó de la sala del tribunal, logró evadir a los alguaciles de la corte, saltó al río New River y se ahogó.
El Departamento de Policía de Broward (BSO) todavía no ha dado a conocer la identidad del hombre. Sin embargo, el BSO dijo que el hombre había sido acusado con anterioridad de agresión con agravantes y que estaba en libertad bajo fianza.
Según la policía, la juez de Corte de Circuito Cynthia G. Imperato acababa de ordenarle al hombre que debía esperar en la cárcel hasta las próximas vistas, cuando de repente el acusado escapó de la sala del tribunal de Fort Lauderdale antes de que los alguaciles tuvieran tiempo de esposarlo.
Desde allí, el hombre corrió unos 500 pies hacia el norte, y se dirigió al New River.
Ryan Fitzgerald y Ray Castellanos, quienes estaban a bordo de un yate privado anclado en el río, dijeron que vieron al hombre correr en dirección oeste a lo largo del lado sur del río.
Al principio, pensaron que se trataba de un corredor, pero los jeans y la gran camisa que tenía puesta, los hizo pensar de otra forma.
Según Fitzgerald, el hombre les preguntó si podía subir al yate. Cuando Castellanos, el capitán de la embarcación, le dijo que no, el hombre los sorprendió con otra pregunta inesperada.
''Oigan, ¿les molesta si salto aquí?'', les preguntó, refiriéndose al agua.
Fitzgerald y Castellanos dijeron que les pareció una idea terrible, porque la corriente estaba demasiado fuerte para que el hombre pudiera nadar en ella.
Pero antes de que pudieran decirle nada, el fugitivo saltó a la cubierta del yate, y desde allí se lanzó hacia el río, dijeron.
Castellanos dijo que el hombre luchó contra las fuertes corrientes y nadó hacia la parte norte del río, pero que la fuerza de las corrientes lo arrastró hacia el oeste.
Fitzgerald, tomó un salvavidas y corrió a lo largo del lado sur del río, siguiendo la ruta que había recorrido el hombre para tratar de tirárselo. Detrás del fugitivo venían dos policías del BSO, que también se lanzaron al agua, intentando sacarlo del río.
Con el salvavidas en la mano, y sin haber podido lanzárselo, Fitzgerald vio cómo el hombre salía a la superficie en busca de aire, mientras los policías le gritaban que regresara. El hombre estaba a unos 100 pies del yate cuando no emergió más a la superficie, expresó Fitzgerald.
''Sabía que le hubiera resultado difícil hasta a un buen nadador poder alejarse'', dijo por su parte Castellanos. ``Era una locura''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario