viernes, 2 de enero de 2009

COLOMBIA. Explosión de una granada en Atánquez (Cesar) provocó la muerte a cinco personas y dejó heridas a 65


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Foto: Archivo particular

En el hospital Rosario Pumarejo de Valledupar son atendidos la mayoría de heridos (foto) que dejó el ataque con granada en el bailadero Patio Fresco, en la comunidad Kankuama de Atánquez (Cesar).

Según testigos, el autor del hecho es un hombre de aproximadamente 35 años que las autoridades ya tienen identificado. Los hechos ocurrieron en un establecimiento llamado Patio Fresco.

Allí más de 150 personas disfrutaban de un baile. El pánico fue total en el sitio.

Atánquez es un antiguo corregimiento de Valledupar y hoy jurisdicción del recién creado resguardo Kankuamo, en el departamento del Cesar.

El hombre accionó la granada en el centro de la caseta a las 11:20 de la noche. Ayer en la tarde las autoridades entregaron las identidades de cuatro de las cinco víctimas. Se trata de las amas de casa Gloria Lucía Árias, de 26 años; Marelvis Mindiola Díaz, de 48 años y María Teresa Arias Cáceres, de 24; y del agricultor Azael Arias Pinto, de 25 años.

'No fue acción terrorista'

"Descartamos que se trate de una acción terrorista de grupos al margen de la ley que tiempo atrás operaron en esta zona ubicada en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta", aseguró el coronel Miguel Orlando Abella Riaño, comandante encargado de la Décima Brigada Blindada, quien junto con el general Luis Felipe Paredes Cadena, comandante de la Primera División del Ejército inspeccionaron el resguardo.

"El caso está en investigación. Creemos que se trató de algún lugareño, quien aprovechando el jolgorio de fin de año y activó la granada sin medir las consecuencias", dijo el general Paredes.

Además del impacto de la explosión, muchas personas resultaron heridas al ser atropelladas y pisoteadas por quienes, despavoridos, abandonaban el lugar.

"Todo fue confusión, pánico. Cada uno corría desesperado buscando a sus familiares", narró Jair Maestre, uno de los asistentes, y quien sufrió heridas en la cara y una de sus extremidades por esquirlas.

Los lesionados fueron trasladados a seis centros médicos de Valledupar, la mayoría de ellos al hospital Rosario Pumarejo López.

Sin embargo, debido a la gravedad de varios de los heridos, no se descarta que pueda aumentar el número de muertos. A dos de los lesionados tuvieron que amputarles las piernas y muchos están en estado crítico.

A la salida de estas clínicas se apostaron familiares de los afectados, varios de los cuales sufrieron crisis nerviosas al enterarse del delicado estado de salud de sus parientes.

'Es un acto macabro'

Para el coordinador del territorio Kankuamo, Beethoven Arlant, el hecho merece una investigación a fondo. Cree que no se trató de un atentado terrorista pero manifestó que para su comunidad urge una explicación.

El líder cívico Nevid Carrillo, de la comunidad Kankuama, calificó de perverso el acto que sembró el terror en Atánquez. "Este acto macabro no puede quedar impune. Las autoridades tienen que mostrar resultados. Todos los muertos y heridos son Kankuamos", afirmó.

Atánquez, localizado a unas tres horas de la capital cesarense, es habitado por unas 6.000 personas de la esta comunidad indígena. No obstante, debido a las festividades de fin de año, su población aumenta a 8.000 mil aproximadamente.

El gobernador del Cesar, Cristian Moreno Panezo, lamentó el trágico hecho sucedido en el corregimiento de Atánquez.

"Según reportes de la Policía todavía no se sabe con certeza si se trató de un atentado o un accidente, pero es muy lamentable lo sucedido. En nombre del Gobierno del Cesar enviamos un mensaje de solidaridad y de pesar a las familias de las víctimas y a toda la población de Atánquez en general", dijo el gobernador Moreno, quien se trasladó en helicóptero desde Curumaní hacia el lugar de los hechos.

Piden que DDHH acompañen el caso

En un comunicado, la Organización Indígena Kankuama, OIK, "rechaza y convoca la solidaridad de su pueblo para con las víctimas, y a los organismos de derechos humanos a seguir acompañán- dolos; a las autoridades civiles y militares a esclarecer el hecho de manera oportuna y sin dilación".

Por su parte, la Organización Nacional Indígena de Colombia- ONIC, "repudia el acto criminal, y convoca a la comunidad nacional e internacional a volcar su mirada nuevamente ante el pueblo Kankuamo, que requiere de apoyo directo para seguir superviviendo y fortaleciendo su proceso organizativo".

"Demuestra esto que es imperativo que se mantengan las medidas provisionales y cautelares de la CIDH, más no su desmonte tal como lo requirió hace menos de un mes el gobierno de Álvaro Uribe y su política de Seguridad Democrática", puntualizó Luis Evelis Andrade Casama, Consejero Mayor de la ONIC.

VALLEDUPAR

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