miércoles, 24 de diciembre de 2008

VENEZUELA. Ultimaron a dos jovenes dentro de su casa en Antímano


El homicida, según recordó un familiar, tocó la puerta de la casa de sus víctimas

Con pistola en mano, con la que bajaba disparando desde el Sexto Plan de La Pedrera en Antímano, llegó Manuel Javier Martínez hasta el Quinto Plan, justo hasta la puerta de la casa de los Medina. Eran las 2:25 de la mañana del domingo pasado.

Tocó desesperado. Salvador Abraham Medina, de 28 años, le abrió la puerta. Sofocado, Manuel intentó entrar, pero Deivis Javier Meza, de 38 años y cuñado de Salvador se lo impidió. Le pedía que saliera de la casa o que en su defecto guardara el arma porque había niños.

Pero Manuel se desesperó más y le disparó dos veces: una en un brazo y otra en el estómago. Salvador, al ver aquello, se le abalanzó a Manuel para intentar quitarle el arma. Allí se volvió a accionar la pistola... cuatro de los por lo menos seis tiros que se dispararon alcanzaron a Salvador en una mano, en el pecho y en el estómago; los otros dos hirieron a Jolber y a Cristian Luna.

Cuando Salvador cayó al piso, luego de contorsionarse varias veces mientras logró estar de pie, Manuel se dio cuenta de lo que pasaba. Bajó la mano donde tenía el arma, según recordó Ruth Medina (hermana de Salvador y cuñada de Deivis), se quedó viendo lo que había hecho y huyó despavorido de la casa.

Allí, se celebraba una fiesta. Los 30 asistentes eran todos de la misma familia y amigos muy allegados; todos vecinos también. Los únicos que se salvaron fueron Jolber y Cristian, a ellos los llevaron de inmediato hasta el hospital Miguel Pérez Carreño.

Salvador y Deivis murieron de inmediato en la mitad de la sala y frente a todos: niños, mujeres, adolescentes...

Tuvieron que esperar ocho horas, recordó Ruth, a que llegaran los funcionarios del Cicpc a recoger los cuerpos. A las 10:30 a.m. del domingo fue que levantaron todo.

A las 11:00 a.m. un grupo de la familia estaba ya en la medicatura. Cuando preguntaron para saber si los cadáveres ya habían llegado, les dijeron que los cuerpos iban primero rumbo al P´´erez Carreño y luego llegarían a Bello Monte. Por este trance es la segunda vez que pasan, hace seis meses vivieron lo mismo cuando a un primo, Eliécer Araque, lo asesinaron en la avenida Sucre de Catia para robarle la moto. mii

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