Una compañera de piso de la víctima llamó al 112 al oír gritos y ver que salía sangre por debajo de la puerta

Empleados del retén fúnebre sacan el cadáver de la víctima.
Otro crimen de violencia de género. Un hombre de nacionalidad colombiana asesinó ayer a su pareja, una joven española de 25 años, al asestarle numerosas puñaladas en una vivienda situada en el número 51 de la avenida de Ecuador en Valencia. Luego, el homicida intentó suicidarse.
Una de las inquilinas que compartía piso con la víctima llamó al teléfono de emergencias 112 al oír los gritos de la joven y percatarse de que salía sangre por debajo de la puerta. Tras contemplar la terrible escena, la mujer huyó asustada y pidió auxilio en la calle.
El vecino que vive enfrente relató que los primeros agentes que llegaron al lugar tuvieron que esperar a los bomberos debido a un fuerte olor a gas. La policía temía que el homicida pudiera causar una explosión en el piso.
Según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias, el aviso del apuñalamiento se recibió a las 18.09 horas. Al lugar de los hechos acudieron con urgencia varias patrullas de la Policía Nacional y un equipo médico del SAMU, que no pudo hacer nada para salvar la vida de la mujer.
Los sanitarios asistieron al presunto homicida, un hombre de 33 años de edad, que también presentaba heridas de arma blanca en las muñecas y el cuello. El herido fue trasladado en una ambulancia al Hospital La Fe, donde quedó ingresado en estado crítico. Los médicos temían por su vida debido al corte que se infligió en la yugular.
La vivienda donde se produjeron los hechos está situada en un lateral de la finca que da a un deslunado. El bloque contiguo es un aparcamiento cuya fachada tiene pocos metros de altura. Según explicaron algunos testigos, el presunto homicida fue sacado por los bomberos, visiblemente malherido, a través de la ventana.
Margarita Ávila acudió ayer a ver a su hija, que vive en el mismo bloque de viviendas en Benicalap. Desde la ventana veía una colcha manchada de sangre y rastros también en las paredes, como si la víctima hubiera intentado aferrarse para pedir ayuda. "Enseguida se han escuchado las sirenas de los bomberos y policías, que han acordonado la zona. Pobre muchacha", sentenció, visiblemente afectada. Una vecina del barrio vio cómo sacaban al agresor. Difícilmente olvidará la escena. "Tenía el cuello y las muñecas cortadas", señaló.
Durante los primeros momentos, el desconcierto se extendió por la finca. La policía desalojó a los vecinos debido a un fuerte olor a gas procedente de la vivienda. Los residentes especulaban ayer con que el homicida hubiera intentado suicidarse con una explosión de gas.
La víctima vivía en un piso con su pareja y dos personas más. "Estaban alquilados desde el verano", según un residente. Todo sucedió en el cuarto piso. Pedro, el vecino de enfrente, explicó que "jamás se les había escuchado discutir". También detalló el aspecto del homicida. "Era de color, bajito, fuerte y hablaba castellano como yo", explicó.
Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hicieron cargo de las investigaciones. Los policías realizaron una minuciosa inspección en la escena del crimen y recogieron restos de sangre y otras pruebas para su análisis.
Asimismo, los agentes y el forense examinaron el cuerpo de la mujer, que se encontraba ensangrentado y cosido a puñaladas. El juez de guardia también se personó en la vivienda para supervisar las investigaciones de la policía. Minutos después de las 20 horas, el cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde hoy le practicaran la correspondiente autopsia.
Una de las inquilinas que compartía piso con la víctima llamó al teléfono de emergencias 112 al oír los gritos de la joven y percatarse de que salía sangre por debajo de la puerta. Tras contemplar la terrible escena, la mujer huyó asustada y pidió auxilio en la calle.
El vecino que vive enfrente relató que los primeros agentes que llegaron al lugar tuvieron que esperar a los bomberos debido a un fuerte olor a gas. La policía temía que el homicida pudiera causar una explosión en el piso.
Según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias, el aviso del apuñalamiento se recibió a las 18.09 horas. Al lugar de los hechos acudieron con urgencia varias patrullas de la Policía Nacional y un equipo médico del SAMU, que no pudo hacer nada para salvar la vida de la mujer.
Los sanitarios asistieron al presunto homicida, un hombre de 33 años de edad, que también presentaba heridas de arma blanca en las muñecas y el cuello. El herido fue trasladado en una ambulancia al Hospital La Fe, donde quedó ingresado en estado crítico. Los médicos temían por su vida debido al corte que se infligió en la yugular.
La vivienda donde se produjeron los hechos está situada en un lateral de la finca que da a un deslunado. El bloque contiguo es un aparcamiento cuya fachada tiene pocos metros de altura. Según explicaron algunos testigos, el presunto homicida fue sacado por los bomberos, visiblemente malherido, a través de la ventana.
Margarita Ávila acudió ayer a ver a su hija, que vive en el mismo bloque de viviendas en Benicalap. Desde la ventana veía una colcha manchada de sangre y rastros también en las paredes, como si la víctima hubiera intentado aferrarse para pedir ayuda. "Enseguida se han escuchado las sirenas de los bomberos y policías, que han acordonado la zona. Pobre muchacha", sentenció, visiblemente afectada. Una vecina del barrio vio cómo sacaban al agresor. Difícilmente olvidará la escena. "Tenía el cuello y las muñecas cortadas", señaló.
Durante los primeros momentos, el desconcierto se extendió por la finca. La policía desalojó a los vecinos debido a un fuerte olor a gas procedente de la vivienda. Los residentes especulaban ayer con que el homicida hubiera intentado suicidarse con una explosión de gas.
La víctima vivía en un piso con su pareja y dos personas más. "Estaban alquilados desde el verano", según un residente. Todo sucedió en el cuarto piso. Pedro, el vecino de enfrente, explicó que "jamás se les había escuchado discutir". También detalló el aspecto del homicida. "Era de color, bajito, fuerte y hablaba castellano como yo", explicó.
Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hicieron cargo de las investigaciones. Los policías realizaron una minuciosa inspección en la escena del crimen y recogieron restos de sangre y otras pruebas para su análisis.
Asimismo, los agentes y el forense examinaron el cuerpo de la mujer, que se encontraba ensangrentado y cosido a puñaladas. El juez de guardia también se personó en la vivienda para supervisar las investigaciones de la policía. Minutos después de las 20 horas, el cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde hoy le practicaran la correspondiente autopsia.
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