lunes, 1 de diciembre de 2008

MÉXICO. Noviembre cruento en 3 estados


Durante el mes pasado, las expresiones del crimen organizado, principalmente las disputas entre los cárteles de la droga, se extendieron con mayor vigor a los sitios públicos de esas tres demarcaciones del norte del país, segando incluso la vida de inocentes. En el extremo opuesto, con un solo ejecutado en el año, está Baja California Sur, cuya capital, La Paz, hace honor a su nombre

El Universal
Lunes 01 de diciembre de 2008

TIJUANA, BC.— El Servicio Médico Forense (Semefo) trabaja tiempo extraordinario ante el incremento de los homicidios cometidos en las últimas semanas en Tijuana, que alcanzaron la cifra de 200 sólo en noviembre, y lo convirtieron en el mes más violento de la historia de la ciudad.

Personal de periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) tampoco se da abasto para dar resultados sobre la ola criminal que se registra hace ya 60 días, pero que se intensificó este mes, reconoció el subprocurador de Justicia en Tijuana, Salvador Ortiz Morales.

Dijo que las instalaciones del Semefo están saturadas por los cadáveres de personas asesinadas o fallecidas por otras causas, por lo que tuvieron que recortar el tiempo de permanencia de quienes no son recogidos por familiares, antes de enviarlos a la fosa común.

Aun con el incremento de la presencia de agentes federales y militares, quienes incluso relevaron a 500 policías locales de la zona este, durante noviembre se registraron más de seis ejecuciones diarias, casi 6% de los nacimientos que se atienden en los diferentes hospitales de la ciudad (alrededor de 110).

Cifra récord

Reportes de la PGJE señalan que 200 personas habían sido ejecutadas hasta ayer domingo, casi una cuarta parte del total de homicidios de todo el año, cuya estadística también ha marcado récord al llegar a 769. Durante 2007, fueron asesinadas 335 personas.

Sobre las condiciones del Semefo, el subprocurador dijo que “lamentablemente” se ha acortado el tiempo de permanencia de cadáveres, por lo que sólo están 15 días en el lugar antes de ser enviados a la fosa común.

Sin embargo, sostuvo que la mayoría de los cuerpos, en particular de los de quienes tuvieron alguna relación con hechos criminales, son recogidos con mayor premura por sus familiares.

Guerra criminal

Autoridades encabezadas por el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán; el alcalde de Tijuana, Jorge Ramos Hernández (ambos panistas), y su gabinete de seguridad sostienen que la violencia es resultado de una guerra entre grupos criminales que se disputan el control de la plaza.

Argumentan que la detención de integrantes de esos grupos ha recrudecido la guerra, pues intentan aprovechar cualquier oportunidad para avanzar.

Reconocen que la violencia seguirá cobrando vidas, no sólo de los criminales, pues los enfrentamientos también alcanzan a víctimas inocentes que se encontraban en las zonas de balaceras, incluidos recién nacidos.

Los ajustes de cuentas ocurren en cualquier lugar y hora, por lo que entre los asesinados se contabilizan no sólo sicarios que fueron ejecutados en cines, centros comerciales, hospitales, centros nocturnos o en plena vía pública, sino los asistentes a esos sitios que no tenían ninguna relación con los hechos.

Uno de los ataques más sangrientos ocurrió en el billar La Banana Loca, el 16 de noviembre, cuando un grupo armado atacó y dio muerte a por lo menos cinco personas que se encontraban en el lugar.

Una semana después, el 22 de noviembre, en el bar Utopía, otro grupo irrumpió y disparó contra los asistentes, con un saldo de seis personas muertas y varios lesionados.

Fallan estrategias

Operativos y estrategias como el relevo de policías municipales por agentes federales y militares no han detenido la incidencia criminal, y aunque durante cortos periodos se percibe una breve calma, la situación vuelve a violentarse, consideró el investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), José María Ramos García.

El director del Departamento de Estudios de Administración Pública del Colef advirtió que la “amplia capacidad de estrategia”, sumada a su flexibilidad y poder económico, permiten que los grupos criminales se adelanten a las corporaciones, y en consecuencia las estadísticas de homicidios y otros delitos siguen al alza.

Cuestionó que no se hayan logrado resultados contundentes en el combate a la delincuencia pese a que la Policía Federal, el Ejército y la Marina asumieron el control de las cuatro delegaciones más inseguras de Tijuana —La Mesa, La Presa, Cerro Colorado y El Centenario—, y lo atribuyó a las deficiencias y desventajas.

Los sicarios que cometen delitos no sólo tienen capacidad económica y de equipamiento, sino que han cambiado estrategias para movilizarse y ya no viajan en convoyes como lo hacían, sino que se trasladan en grupos menores, en vehículos de transporte, y hasta disfrazados.

Un jefe policiaco consideró que el error de la estrategia federal radica en la cobertura deficiente de la ciudad, debido al desconocimiento de la plaza por parte de las fuerzas federales, quienes además se mueven en pocas unidades. (Con información de Julieta Martínez)

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