Parientes del menor afirman que autores de su deceso fueron agentes de Polisucre

Relatan que la señora Rosángel Mora no ha parado de llorar desde que su hijo desapareció y luego fue hallado asesinado (Fernando Sánchez)
Los habitantes del minúsculo barrio Lagunita, situado en la avenida Principal de Los Dos Caminos, se encontraban consternados, desde hacía quince días, ante la extraña desaparición de un menor de edad, pero los moradores pasaron de la congoja a la ira al enterarse de que el niño fue asesinado por presuntos agentes policiales.
En un ataúd sellado fue velado el infante de 13 años de edad cuyo cadáver lo hallaron en un tramo de la autopista Valle-Coche. La madre de la víctima, Rosángel Mora Aranda, dijo que su niño era una persona muy especial.
Contó que su hijo desapareció el pasado 10 de octubre cuando se encontraba en la estación del Metro de Los Dos Caminos. "Esa noche nos preocupamos y al día siguiente lo buscamos hasta debajo de la tierra. Fuimos a la Policía de Sucre, a la Policía Metropolitana, hospitales y la medicatura forense, pero nadie nos daba respuesta. Pasé 13 días desesperada hasta que llamaron de la morgue a mi esposo y le dijeron que allí estaba".
Los parientes se sorprendieron al enterarse de que el niño fue localizado en ropa interior, amordazado y además presentaba un disparo en la cabeza. Su perplejidad aumentó cuando a la casa llegó un amiguito para contar que él era el único testigo y acusó a dos funcionarios de la Policía Municipal de Sucre de ser los autores del secuestro y posterior asesinato. El habilidoso chico dijo haberse grabado las identidades de los dos efectivos porliciales porque leyó el portanombre que llevaban en los uniformes.
"Nos llamaron a declarar a la petejota y a la Fiscalía. Me dijeron que harían todo lo posible por aclarar el caso, pero ahora yo pido una medida de protección. Temo por mi vida, la de mi esposo y la de mis hijos. Tengo miedo porque policías ajusticiaron a mi hijo y ahora quieren silenciarme", dijo la dama.
El menor desapareció a las siete de la noche del día 10 de octubre y fue localizado a las doce de la noche del día siguiente. "Los muchachos del barrio nos han dicho que esos policías acostumbran a utilizarlos para obligarlos a vender drogas y cometer robos. El que se niega corre con las consecuencias".
Debajo de la sellada urna colocaron dos bandejas repletas de hielo para refrescar la atestada habitación y evitar que el calor incrementara el proceso de descomposición. Numerosos niños acudieron a las exequias. Algunos llegaron procedentes del colegio José Cortez de Madariaga. La vida en el barrio Lagunita transcurrre en relativa calma, pues todos los vecinos se conocen desde hace varias generaciones. Sin embargo, en los últimos años atribuyen parte de su zozobra a los desmanes que cometen los policías municipales. "Mi hijo era tranquilo. Echaba bromas como todos los niños de su edad, pero nadie me lo puede calificar. Era un ser humano que no merecía morir así. En Petare hay muchos delincuentes, pero ellos no se atreven a enfrentarlos. Matan a la gente inocente. Espero que se haga justicia".
Los residentes de la barriada dijeron que estarán pendientes del proceso hasta que se castigue a los homicidas, de lo contrario están dispuestos a tomar acciones más contundentes.
A los miembros de la familia González Mora les sugirieron que se abstuvieran de denunciar la muerte extrajudicial ante los medios de comunicación porque podía perjudicar las investigaciones. No obstante, en el barrio aseguran que los presuntos homicidas se encuentran suspendidos y que de noche salen a la calle. Por ello desconfían de todos los policías uniformados que transitan por la avenida Sucre de Los Dos Caminos. Temen que por sus denuncias se tomen represalias.
En un ataúd sellado fue velado el infante de 13 años de edad cuyo cadáver lo hallaron en un tramo de la autopista Valle-Coche. La madre de la víctima, Rosángel Mora Aranda, dijo que su niño era una persona muy especial.
Contó que su hijo desapareció el pasado 10 de octubre cuando se encontraba en la estación del Metro de Los Dos Caminos. "Esa noche nos preocupamos y al día siguiente lo buscamos hasta debajo de la tierra. Fuimos a la Policía de Sucre, a la Policía Metropolitana, hospitales y la medicatura forense, pero nadie nos daba respuesta. Pasé 13 días desesperada hasta que llamaron de la morgue a mi esposo y le dijeron que allí estaba".
Los parientes se sorprendieron al enterarse de que el niño fue localizado en ropa interior, amordazado y además presentaba un disparo en la cabeza. Su perplejidad aumentó cuando a la casa llegó un amiguito para contar que él era el único testigo y acusó a dos funcionarios de la Policía Municipal de Sucre de ser los autores del secuestro y posterior asesinato. El habilidoso chico dijo haberse grabado las identidades de los dos efectivos porliciales porque leyó el portanombre que llevaban en los uniformes.
"Nos llamaron a declarar a la petejota y a la Fiscalía. Me dijeron que harían todo lo posible por aclarar el caso, pero ahora yo pido una medida de protección. Temo por mi vida, la de mi esposo y la de mis hijos. Tengo miedo porque policías ajusticiaron a mi hijo y ahora quieren silenciarme", dijo la dama.
El menor desapareció a las siete de la noche del día 10 de octubre y fue localizado a las doce de la noche del día siguiente. "Los muchachos del barrio nos han dicho que esos policías acostumbran a utilizarlos para obligarlos a vender drogas y cometer robos. El que se niega corre con las consecuencias".
Debajo de la sellada urna colocaron dos bandejas repletas de hielo para refrescar la atestada habitación y evitar que el calor incrementara el proceso de descomposición. Numerosos niños acudieron a las exequias. Algunos llegaron procedentes del colegio José Cortez de Madariaga. La vida en el barrio Lagunita transcurrre en relativa calma, pues todos los vecinos se conocen desde hace varias generaciones. Sin embargo, en los últimos años atribuyen parte de su zozobra a los desmanes que cometen los policías municipales. "Mi hijo era tranquilo. Echaba bromas como todos los niños de su edad, pero nadie me lo puede calificar. Era un ser humano que no merecía morir así. En Petare hay muchos delincuentes, pero ellos no se atreven a enfrentarlos. Matan a la gente inocente. Espero que se haga justicia".
Los residentes de la barriada dijeron que estarán pendientes del proceso hasta que se castigue a los homicidas, de lo contrario están dispuestos a tomar acciones más contundentes.
A los miembros de la familia González Mora les sugirieron que se abstuvieran de denunciar la muerte extrajudicial ante los medios de comunicación porque podía perjudicar las investigaciones. No obstante, en el barrio aseguran que los presuntos homicidas se encuentran suspendidos y que de noche salen a la calle. Por ello desconfían de todos los policías uniformados que transitan por la avenida Sucre de Los Dos Caminos. Temen que por sus denuncias se tomen represalias.
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