viernes, 16 de abril de 2010

VENEZUELA. Banda que asesinó a PM se dedica al robo de carros y al secuestro


Los dos que pretendieron robar y secuestrar al policía ya están detenidos

Los familiares se mostraron muy herméticos en la morgue de Bello Monte, no quisieron hablar y exigieron respeto (Fernando Sánchez)

Mientras uno de los maleantes aceleró el motor de la Cherokee Laredo, el otro empezó a forcejear con el fornido funcionario de la Policía Metropolitana que acababan de secuestrar y que intentaba frustrar todo aquello. En la pelea encerrada hubo golpes y después tiros.

El que conducía perdió el control, y a pocos metros de donde comenzó el robo chocó contra un árbol. Después del sonido seco que se produjo cuando el amasijo de hierro se arrugó contra la mata, se escucharon más disparos: remataban al comisario de la Policía Metropolitana, Juan Hernández, de 41 años, a quien se llevaron de la calle 19 de La Urbina el miércoles a las 8:35 de la noche.

Cuando creyeron que era suficiente, los hampones huyeron en un carro.

Según dijeron los testigos a los efectivos de la Policía Metropolitana y luego a los de la policía científica, pudieron irse en un Fiat Siena, o un Palio, o un Neón, de color azul.

El miércoles en la noche, el comisario adjunto a la Dirección de Orden Público de la Policía Metropolitana había llegado hasta la calle 19 de La Urbina para buscar a su esposa (también funcionaria de esa institución) que estaba en la casa de una amiga.

Según explican fuentes del Cicpc, él la llamó y le dijo que había llegado. Cuando terminó la llamada, él esperó. Lo hizo con el vidrio de la ventana del puesto del piloto abajo. Durante esos minutos llegaron los dos hombres con armas en mano. Le colocaron el cañón frente a la cara y lo obligaron a bajarse y a montarse en la parte de atrás de la camioneta. Los investigadores estiman que mientras uno de los asesinos tripulaba la camioneta, el otro le pegaba -presumen los investigadores que con la cacha larga de las armas- en la cabeza para obligarlo a acurrucarse.

Estos dos maleantes, dijeron fuentes del Cicpc, pertenecen a una banda de por lo menos cinco antisociales que se dedican, desde hace unos dos meses a robar carros y secuestrar en La Urbina. En algunos casos, cuando capturan a sus víctimas piden rescate y convierten la captura en un secuestro express. En otros no plagian a nadie, solo le quitan el carro y pasean a la víctima para sacar dinero de cajeros.

Detenidos

La esposa del efectivo lo escuchó todo. Cuando bajó vio que era su marido, el padre de su hija de 10 años, al que habían acribillado.

Cuando la funcionaria llegó abajo, ya los maleantes habían huido. Más tarde, y en medio de un fuerte despliegue policial, se supo que un joven había ingresado al Seguro Social de Guarenas con una herida en una pierna. Las características coincidían con las de uno de los hampones. Polimiranda lo detuvo y lo entregó a Fiscalía cuando le dieron de alta. Luego dieron con otro en el Hospital Clínico Universitario.

El Ministerio Público los presentó a los dos por ser los presuntos asesinos del comisario. Con la muerte de este efectivo suman 19 los uniformados caídos en Caracas durante 2010.

María Isoliett Iglesias
EL UNIVERSAL

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