domingo, 24 de mayo de 2009

VENEZUELA. Hampa desangra a Libertador


El índice de asesinatos en Distrito capital supera al de 18 estados del país

Antímano es el segundo lugar más violento de Caracas. El año pasado hubo allí 160 homicidios (Venancio Alcázares)

Durante los primeros cuatro meses y medio del año los asesinatos ocurridos en el municipio Libertador de Caracas superan los homicidios registrados durante los doce meses de 2008 en 18 de los 23 estados que componen el país.

Libertador representa 70% de toda la criminalidad caraqueña, la cual, en la actualidad, es superada sólo por Miranda, Carabobo, Aragua y Zulia. La parroquia más peligrosa de Caracas sigue siendo Sucre (Catia) cuyas cifras parciales indican que los asesinatos ya han rebasado los ocurridos en once entidades de la República. En esa zona se han contabilizado 296 homicidios en lo que va de año.

Antímano es la segunda parroquia más peligrosa. Allí, "el Pata", considerado como el líder de la banda "los Guajiros" que opera en la parte alta de Carapita no ha asesinado a un lugareño desde hace cuatro semanas cuando acribilló a tres jóvenes integrantes de una familia y provocó que dos agentes de la Policía Metropolitana huyeran en veloz carrera.

Ese día las víctimas fueron arrastradas y abandonadas lejos del lugar del crimen conocido como La Represa de Carapita. Minutos después, los delincuentes avistaron a un sujeto ebrio que deambulaba por la zona y también lo asesinaron. Los vecinos lo identificaron como León María Hernández Velazco, de 37 años de edad.

Los funcionarios tuvieron que regresar a la avenida Principal de Antímano donde se encuentra anclada la carpa del operativo "Caracas Segura". Desde el primero de enero al 15 de mayo la policía científica ha registrado 32 homicidios en esa barriada.

El pasado año, 70 residentes fueron muertos por las bandas criminales que allí operan para así convertirse Carapita en el barrio más violento de la capital y tal vez de todo el país.

Sólo en la parroquia Antímano han asesinado a 68 ciudadanos y el pasado año concluyó con 160 homicidios. Aún así la Policía Metropolitana sólo dispone de 61 funcionarios por turno, cuatro patrullas y siete motos para custodiar desde La Yaguara hasta Las Adjuntas.

Hasta la primera quincena del mes de mayo el Cicpc ha contabilizado 643 homicidios en el municipio Libertador, lo que equivale a la extinción de 129 familias conformadas por un promedio de cinco miembros. Algo similar a todos los residentes de un edificio de 26 pisos con cinco apartamentos por planta.

Las estadísticas indican que en Catia, la delincuencia ha acabado durante este año con trece salones de clases conformados por un promedio de 20 alumnos.

La señora Marlene Mora, dirigente comunitaria de Catia, atribuyó el fenómeno de la inseguridad a la deserción escolar y a los espasmódicos operativos policiales. "Los muchachos ahora andan cada vez más en las esquinas buscando la vida fácil y atracando. La policía toma las calles durante una jornada y sólo paran a la gente que llega cansada de su trabajo".

Desde su perspectiva observó que debido a la crisis económica muchos padres se ven obligados a salir a las calles a buscar el sustento diario mientras dejan a sus hijos a la buena de Dios.

"Esos muchachos andan por ahí a la deriva y después caen en las drogas", acotó.

Depuración policial "El día de las Madres a los policías los hicieron correr porque los malandros estaban mejor armados. Andaban buscando a un malandro y les dispararon con armamento sofisticado. Los policías están mal dotados y mal pagados. Ahora la gente los ve como un azote más", dijo.

Edinson Rincón, también dirigente comunitario de Catia aseguró que la criminalidad puede contenerse depurando a los cuerpos policiales.

"Los módulos policiales ya no funcionan. El de La Silsa la misma comunidad lo derrumbó porque mataron adentro a un muchacho sano. El módulo policial de la avenida Circunvalación lo quitaron y pusieron un Barrio Adentro y tampoco funciona. La Guardia Nacional la mandan de jueves a domingo y lo primero que hace es encompincharse con la gente de los barrios y hasta con los delincuentes. Así no sirve", dijo. La Zona 2 de la Policía Metropolitana cuyo radio de acción le corresponde la parroquia Sucre posee dos módulos policiales abiertos y nueve cerrados.


Gustavo Rodríguez
EL UNIVERSAL

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